Tres músicos se juntaron el sábado pasado por la noche en un campo de la localidad bonaerense de Saladillo. De la reunión, en la que hubo ingesta de drogas y alcohol, también formó parte un joven de 19 años, hijo del dueño del establecimiento rural. Todo terminó en tragedia. Según pudo reconstruir Infobae, no era la primera vez que tocaban juntos. Esa noche, todo transcurría entre acordes de guitarra, de bajo y golpes de batería, hasta que en un momento, el menor, luego identificado como Joaquín Salgado (19), apareció con un revólver calibre .38, mató Lorenzo King, el guitarrista de 37 años e hijo de la concejala Silvina Cotignola; e hirió Tomás Santopolo, el bajista de 31 e hijo de la fiscal local Patricia Hortel.
El caso se descubrió el domingo cerca de las 7 en el Hospital de Saladillo, cuando ingresaron heridos tanto King, con un disparo en el abdomen que luego le causó la muerte, y Santopolo, con una lastimadura en uno de sus brazos. Al lugar los trasladó Ezequiel Emilio Salgado, el padre del presunto tirador.
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Por el ataque, la fiscal Adriana Norma Pippo, titular de la Unidad Funcional de Instrucción N°2 de Saladillo, ordenó la detención de Salgado hijo, acusado de homicidio y tentativa de homicidio. Además, decidió que el padre fuera aprehendido por tenencia y portación ilegal de las armas empleadas en el ataque. Ambos se negaron a declarar.
Aunque todavía se desconoce el móvil del ataque, este miércoles dos testigos declararon ante la fiscal que llegaron al lugar del hecho momentos después del homicidio y aseguraron que Joaquín Salgado los amenazó de muerte con una escopeta. “Váyanse porque los voy a matar”, les dijo mientras los apuntaba con una Maverick calibre 12.
Los dos jóvenes, que también habían sido invitados a la reunión en el establecimiento rural “San José”, ubicado a unos 40 kilómetros del casco urbano de Saladillo, huyeron sin mediar palabra. Ahora, su testimonio complica al acusado y detenido por el delito de “homicidio agravado por el uso de arma de fuego, homicidio agravado por el uso de arma de fuego en grado de tentativa y coacción agravada por el empleo de arma de fuego”.
Según explicaron las fuentes consultadas, ellos llegaron al campo cuando Lorenzo King y Tomás Cotignola ya habían sido baleados y trasladados al hospital de Saladillo, pero en momentos en que Salgado hijo aún no había sido detenido y todavía se encontraba armado.
Al verlos, siempre de acuerdo con el relato de los testigos, el ahora detenido los apuntó con un arma larga y los amenazó, aunque no llegó a dispararles.
En el lugar del hecho, la Policía Bonaerense secuestró una pistola marca Bersa calibre .40 y una escopeta Maverick calibre 12. “Estaban cargadas arriba de una cama. Todas tenían la documentación vencida desde hace mucho tiempo”, explicaron a este medio fuentes con acceso al expediente.
También fue requisada la camioneta Hyundai Tucson, propiedad de Salgado padre, con la que trasladó a los heridos al hospital: allí se incautó un revólver Smith & Wesson calibre .38.
Según pudo saber Infobae, el revólver calibre .38 fue el arma homicida y ahora los investigadores intentan establecer por qué estaba en el vehículo de Salgado padre y no en el lugar del crimen, y si se la llevó para descartarla pero no lo logró.
Mientras tanto, la fiscal Pippo ordenó que a Salgado hijo se le realice un peritaje toxicológico con el objetivo de establecer si estaba consciente de sus actos al momento de gatillar el arma homicida. Además, aguarda el resultado de otros estudios forenses, como el barrido electrónico, para determinar si en sus manos había indicios de que disparado un arma recientemente.
En declaraciones a Radio Rivadavia el papá de la víctima, Mario King, aseguró que su hijo no era amigo de Joaquín Salgado, sino del padre del joven.
“Ezequiel Eduardo Salgado se contactó con Lorenzo porque él tocaba muy bien la guitarra y este hombre tocaba la batería. Pero no tenían ninguna banda de rock, como trascendió. Se conocían de antes: mi hijo había ido al campo en un par de oportunidades, pero no más de tres o cuatro”, dijo King padre, quien también desmintió la versión de un “alocado festejo”.
“Se habló de una fiesta privada, pero esa noche eran solo cuatro personas las que estaban ahí: Lorenzo y Tomás y el asesino y su papá. Esa era la reunión. Tomás, el amigo de mi hijo que resultó herido, me dijo que en un momento Salgado hijo se fue a la cocina, volvió con un arma y empezó a los tiros de la nada”, agregó.
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