Revés judicial para uno de los clanes narcos más temidos. Es que la Cámara Federal de Casación Penal rechazó los planteos de las defensas y confirmó la sentencia del Tribunal Oral en lo Criminal Federal Nº1 de Rosario por medio de la cual se condenó a René Daniel Ungaro como líder de una organización dedicada al tráfico de estupefacientes a la pena de 12 años de prisión.
En la sentencia de la Sala IV, integrada por los jueces Mariano Borinsky, Javier Carbajo y Gustavo Hornos, también se confirmó la condena de los demás miembros de la organización, que oscilaron entre los 3 y 9 años de prisión, y se confirmaron las unificaciones de penas de hasta 14 años de cárcel.
Según el fallo al que accedió Infobae, los condenados “integraban una organización criminal que funcionó, al menos, desde noviembre del 2016″ y cuyo líder era Ungaro, también conocido como ‘El brujo’: “Organizó y coordinó los distintos tramos de la empresa criminal” desde la Unidad N°1 de Piñero, donde estaba preso por el homicidio del ex jefe de la barrabrava de Newell’s, Roberto ‘Pimpi’ Caminos.
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Justamente, la primera condena de “El Brujo” fue en 2011: 13 años de cárcel como uno de los autores del asesinato de ‘Pimpi’. Ya preso en la cárcel de Piñero, Ungaro se dedicó a liderar su estructura a través de celulares. Su organización se fusionó con la del clan Los Funes, que también opera en su mismo territorio: los barrios Tablada, Parque del Mercado, Municipal y República de la Sexta, todos en la zona Sur de Rosario. El objetivo era hacerle frente a Los Caminos, parientes de ‘Pimpi’ y relacionados con Los Monos.
Por esa asociación ilícita, que cometió balaceras, crímenes, usurpaciones y amenazas, recibió otros 7 años de prisión en mayo del año pasado tras un juicio provincial. Luego, llegó la pena de 12 años de cárcel en agosto de 2021, cuando el Tribunal Oral Federal Nº1 de Rosario lo consideró líder de la organización que comercializa estupefacientes, principalmente, en la zona Sur de Rosario, y que ahora confirmó la Cámara Federal de Casación Penal.
En la sentencia queda en claro que Ungaro direccionaba todas las actividades ilícitas del clan, por un lado, por medio de personas ligadas a su círculo familiar más íntimo (tenían roles activos Daniela Ungaro y Gastón Ezequiel Belardinelli) y, por el otro, de miembros del grupo comandado por “los Funes”.
Eran los hermanos Alan Elio y Lautaro Nahuel Funes quienes comandaban el clan y rendían cuentas ante Ungaro. En un eslabón inmediatamente inferior estaban Brisa Amaral y Carlos Jesús Fernández, ambos encargados bajar la línea de sus jefes, reabastecer a los puntos de venta y encargarse de la recaudación. En un tercer escalón, en tanto, estaban Mariel Soledad Lezcano, y Enzo Romero Nicolás Giménez: involucrados en la logística de los puntos de venta o el fraccionamiento de la droga.
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Lo cierto es que con los asesinatos de dos de los hermanos Jonathan y Ulises Funes y las posteriores detenciones de Alan y Lautaro, la dinámica de la organización narco sufrió alteraciones. Así, según se resalta en la sentencia, las órdenes comenzaron a ser comandadas desde la cárcel de Piñero. En ese marco, Amaral se encargaba de hacer ejecutar las maniobras del líder a los subalternos.
En Rawson
Lo cierto es que Ungaro ahora está preso en el penal federal de Rawson, y a fines de octubre pasado su celda fue requisada por fiscal federal Javier Arzubi Calvo ante la sospecha que pudo haber sido quien planificó el atentado a tiros contra el edificio de la Justicia federal de Rosario, ocurrido el 28 de septiembre último.
La investigación federal pudo detectar que el único detenido por el ataque, Guillermo Camarasa, mantuvo diálogos telefónicos con una línea cuya antena impactó en esa cárcel federal. El análisis de las llamadas, entrecruzamiento de filmaciones y registros de internos del penal permitieron determinar que esa persona era “El Brujo” Ungaro. Por eso, el juez Marcelo Bailaque autorizó requisar su celda para avanzar en la causa.
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De acuerdo a los datos que recolectó el fiscal federal, Camarasa y Ungaro fueron compañeros de pabellón en la unidad penitenciaria Nº 11 de Piñero. Luego, “El Brujo” fue trasladado a Ezeiza después de la masiva fuga de reclusos ocurrida en junio del año pasado en esa cárcel santafesina.
El capo narco volvió a ser trasladado a finales de agosto de Ezeiza a Rawson, después de que quedara mencionado en la causa por el doble homicidio de Claudia Deldebbio y Virginia Ferreyra, madre e hija, quienes fueron atacadas a tiros mientras esperaban un colectivo en Maestros Santafesinos e Ísola. Ese movimiento hacia la Patagonia fue ordenado por la Justicia federal, una maniobra típica: enviar detenidos problemáticos hacia Rawson se hace desde hace años para neutralizar su poder, aislarlos de sus grupos de dominio, algo que sirve para los presos capaces de generar episodios de violencia o comandar sus organizaciones desde prisión. Esa resolución, se sospecha, pudo haber sido la motivación de Ungaro para planificar el atentado en septiembre pasado.
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