A fines de la semana pasada, Monique A., la supuesta sanadora espiritual y tarotista detenida por robarle 71 mil dólares y 229 mil pesos a un reconocido delantero de un club santafesino, fue trasladada a Santa Fe para enfrentar su audiencia imputativa en la ciudad de Rafaela. La División Antifraude de la Policía Federal la había capturado en su casa en una tradicional calle de Martínez, donde funcionaba su templo, que supuestamente operaba junto a miembros de su familia: ella misma se filmaba ante los altares, videos que compartía en sus redes sociales.
En Rafaela, recibió la acusación del fiscal Guillermo Loyola del MPA, que había ordenado su captura. Los contenidos de esa audiencia fueron reveladores.
El delantero -cuyo nombre se mantiene en reserva para no entorpecer la investigación judicial en curso- llegó a Monique, nacida en Brasil y miembro de la comunidad gitana, a través de Instagram. Había tenido una historia celebrada, con grandes pasos en equipos de Argentina y a lo largo de Latinoamérica, donde ganó torneos continentales. Después, volvió al país para jugar en el Ascenso del interior. Los barras de su equipo, dijo él, lo intimidaron con una serie de tajos en la pintura plateada de su auto, trazos que fueron de capot a baúl. También, le temía a la falta de goles. Podía pasar más de un mes sin anotar.
El fiscal Loyola relató que el 10 de mayo último “en busca de ayuda que le permitiera superar inconvenientes en su vida personal, la víctima se contactó a través de la red social Instagram con un hombre que se presentaba como un supuesto pai”, que le introdujo a Monique.
Loyola agregó que “la imputada viajó a la ciudad de Rafaela junto con un hombre y se contactó personalmente con la víctima el 19 de mayo.
Pero, como revelaron fuentes del expediente a Infobae, Monique habría ido más lejos. Le decía a la víctima que no debía viajar a visitar a su familia porque tendría un accidente, que su expareja le había hecho “brujerías” y que sus ahorros, su casa y sus objetos estaban “malditos”. Como consecuencia de esas maniobras engañosas, la víctima hizo cinco transferencias bancarias por un total de 229.500 pesos. En todo ese tiempo, según el fiscal, Monique operó con un nombre falso, todo esto en concepto de pagos de “limpiezas”. El efectivo le fue quitado al jugador con el supuesto pretexto de quitarle las “malas vibras”.
“Luego de hacerse del dinero, la imputada y su acompañante se fueron de Rafaela”, concluyó el fiscal.
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Hay al menos dos prófugos en el caso: un joven de la comunidad gitana y su padre, con domicilio en Monte Castro, el novio y el suegro de Monique. Cuando fue detenida, la supuesta ocultista le pidió a los detectives que se la llevaron poder maquillarse un poco antes de la foto de rigor. Tras la foto, comenzó a despotricar, mientras la Federal le incautaba un BMW. Aseguró que todo era una causa armada, una cama que le había tendido su novio. Las cámaras lo muestran recolectando la plata del delantero, para luego irse en un auto de alta gama.
Mientras tanto, Monique permanece detenida bajo prisión preventiva.
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