Ayer por la mañana, Diego Gastón Guida fue condenado a prisión perpetua por el Tribunal Oral N°7, acusado de matar en octubre de 2020 al agente de la Policía Federal Argentina Esteban Nicolás Lagos (28) y el recolector de residuos Roberto Juan Bonifacio (43) mientras asaltaba un colectivo de la línea 100 en el barrio porteño de Barracas junto a su cómplice Christian Vivas. El cómplice, por su parte, recibió la pena de 23 años de prisión.
Para Guida, de 40 años, parece ser el fin del camino, el último capítulo de una larga historia de violencia e impunidad, con una larga lista de antecedentes que comienza en el año 2000 con una acusación por hurto, una libertad condicional recibida en 2005, robos en poblado y en banda, arrestos por tenencia de drogas y tenencia de arma de guerra.
Una brigada de detectives de la división Homicidios de la Policía Federal lo capturó en su escondite en Claypole en noviembre de 2020 al ser buscado por el doble crimen. Encontraron que había sido filmado por vecinos de Barracas y expuesto en redes sociales un año antes.
El video, que ilustra esta nota, lo muestra torturando a una cachorrita a la que paseaba mientras una vecina le imploraba por el animal. “Por favor, no dejés que le haga eso al perro. ¡Basta, te está viendo todo el mundo, hijo de puta!”, le gritó la mujer que lo filmaba. Guida la agredió con una patada. Ante esto, un vecino lo increpó. “Chau, gente linda”, dijo Guida mientras se burlaba.
Veinte días antes del doble asesinato, los jueces de la Sala VI de la Cámara Criminal y Correccional le dieron un curioso beneficio. Guida estaba preso, ya había pasado seis años encerrado en un penal federal entre 2010 y 2016. Lo soltaron, con una modesta caución real de diez mil pesos.
La decisión de los jueces Magdalena Laíño y Ricardo Pinto, con el voto en disidencia de su colega Marcelo Lucini, incluso estableció que Guida, un adulto y un reincidente serial, debía quedar “al cuidado de su su madre”, con la “prohibición total” de abandonar la casa familiar en Barracas.
Ese mismo año, curiosamente, según el fallo al que accedió Infobae en forma completa, Guida sumó dos causas por hurto: una víctima fue su entonces pareja, a la que le robó el celular y también amenazó.
“Guida cuenta con dos condenas –una de ellas única y comprensiva de varias causas acumuladas–, todas por delitos contra la propiedad e incluso alguna fue unificada; la última del 23 de agosto de 2017 en la que el Tribunal Oral en lo Criminal y Correccional N° 19, impuso la de ocho meses de prisión por el delito de tentativa de hurto calamitoso, en concurso real con el de robo en grado de conato, declarándolo reincidente, por segunda vez”, recordó el juez Lucini en su voto.
También, apuntó al estado de salud de Guida, a quien le falta un riñón. “Frente a este panorama, la solución debe adoptarse atendiendo a dichos parámetros, que aseguran, por una parte, una interpretación pro homine y favor libertatis de las normas en juego que imponen privilegiar la interpretación legal que más derechos acuerde al ser humano frente al poder estatal”, razonó la jueza Laíño, con un argumento sobre reducir el uso general de la prisión preventiva.
Una amiga de la madre del delincuente, también “demostró preocupación por la situación e hizo saber a través de la defensa oficial que le conseguiría un trabajo y lo incorporaría en un proyecto de reinserción social para personas que estuvieron privadas de su libertad, lo que demuestra contención”.
Poco después salió y, según la acusación en su contra, mató a dos personas.
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