La causa por la tragedia de Tigre finalmente llegará a juicio. Joaquín Duhalde Bisi (20), quien el de 9 mayo de 2021 manejaba el Audi de su papá borracho y chocó a gran velocidad contra con una columna en el Camino de los Remeros, enfrentará a un tribunal oral en lo criminal por las muertes de sus amigos Franco Rossi y Joaquín Alimonda, que murieron en el acto en el siniestro vial.
Según pudo saber Infobae, así se decidió en las últimas horas luego de que el Juzgado en lo Correccional N°1 de San Isidro se declarara incompetente.
Es que la causa tenía doble calificación: “doble homicidio simple con dolo eventual y homicidio culposo agravado por la conducta imprudente, negligente y antirreglamentaria”, a lo que se sumaba que el fiscal Jorge Sebastián Fitipaldi, de la UFI de Rincón de Milberg, lo acusaba también por conducir con un nivel de alcoholemia superior a un gramo por litro de sangre y por la pluralidad de víctimas fatales.
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Lo cierto es que el juez de Garantías Diego Martínez elevó la causa a juicio por el delito de homicidio culposo agravado, que prevé una pena de entre 3 y 6 años de prisión, y por ello la envío a un juzgado correccional. “Con buen criterio, y después de nuestros planteos jurídicos por el homicidio simple con dolo eventual, este miércoles se declaró incompetente porque considera que la pena podría ser de 8 a 25 años de prisión”, explicó Natalio Nicodemo, representante legal de la mamá de Franco Rossi, Bettina Pinto.
Y agregó el abogado: “El juzgado correccional entiende que a la causa le podría caber una pena mayor y no está en sus facultades hacerlo, por eso la remite a un tribunal criminal, quien sí podría aplicar una pena superior a los 6 años, todo esto se debatirá ahora en el juicio oral”.
Mientras tantos, Duhalde Bisi presentó certificados de salud donde se indica que padece de celiaquía, por lo que goza de una prisión domiciliaria que en el último tiempo se ha vuelto bastante relajada: su último pedido fue ir y volver de la facultad solo, por lo que logró el visto bueno del juzgado, que sí le impuso que cumpliera con un límite de horario aunque le sacaron la tobillera electrónica, según pudo saber este medio de fuentes con acceso al expediente.
El caso
Ese 9 de mayo de 2021, aproximadamente a las 03.50, Duhalde Bisi manejaba el auto marca Audi de su padre. Junto a él iban tres amigos: Franco Rossi y Joaquín Alimonda, quienes fallecieron en el acto cuando el coche se estrelló contra una columna metálica en el Camino de los Remeros. El cuarto ocupante del coche resultó ileso: Mateo “Colo” Lezama.
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Tras el accidente, el resultado de la alcoholemia que registró Duhalde Bisi fue de 1,39 gramos por litro de sangre, casi el triple de lo permitido.
Duhalde Bisi, Lezama y las víctimas, Rossi y Alimonda, eran amigos de toda la vida: habían ido juntos al Colegio Santa Teresa de Tigre, y entre todos formaban un grupo unido.
Rossi iba en el asiento del acompañante del conductor y Alimonda se encontraba atrás de Duhalde Bisi. Mateo Lezama iba también en la parte trasera del vehículo y se salvó. El accidente quedó registrado por las cámaras de seguridad: la violencia del impacto produjo que el guardarraíl se desprendiera: ingresó por la rueda derecha y atravesó el auto de arriba hacia abajo y hacia la izquierda.
El accidente fatal sucedió en un horario en el que por aquel entonces estaba prohibido circular, tanto por la provincia como por la Ciudad de Buenos Aires, ya que estaban rigiendo aún las restricciones por la pandemia del coronavirus.
En su pedido de elevación a juicio, Fitipaldi destacó que Duhalde Bisi, sumado a que había ingerido alcohol, circulaba a una velocidad aproximada entre 140 y 165 km/h previo al hecho, por lo que “era imposible mantener el control del rodado, como así también cualquier posibilidad de reacción ante las rotondas y curvas que posee el camino”.
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Para el fiscal, el imputado “internalizó la posibilidad” de un desenlace trágico “dadas las características del lugar en donde circulaba, y de las condiciones bajo las que conducía”, pero “le resultó indiferente y aceptó la posibilidad de su ocurrencia”.
“La temeraria conducta desplegada demuestra un estado de certeza del eventual resultado lesivo. Dicho comportamiento indefectiblemente hacía prever el resultado ocurrido en autos, y la adhesión o aceptación de este por parte del imputado Duhalde Bisi resulta irrefutable. El imputado mantuvo dicha conducta hasta el desenlace señalado; demostrándose así la indiferencia ante el probable resultado; aceptando el mismo, cuya posibilidad -destaco, en virtud de la zona y velocidad apuntada- estuvo en él representada. Por ello, el homicidio ocurrido en autos, debe analizarse a la luz del dolo eventual”, consideró el fiscal.
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