Tienen la imagen del sospechoso del casco bajando por las escaleras del edificio de Luis María Campos 831 del barrio porteño de Palermo; ahora buscan ponerle nombre y apellido a ese hombre. Se trata de una de las líneas de investigación del crimen de Tatiana Konovnitzine (79), quien fue hallada en su departamento de Las Cañitas luego de que una de sus cuidadoras denunciara que la docente jubilada era víctima de un robo en el que a ella también la tuvieron retenida durante unos 40 minutos.
La imagen del sospechoso del casco surgió de las cámaras de seguridad internas del edificio: en ellas se lo ve bajar por la escalera raudamente, y cargando bolsos el domingo del crimen a las 17.42. Minutos antes, la imagen de Tatiana que salía a pasear el perro quedaba registrada a las 16.18.
Ante esto, el fiscal Edgardo Orfila, a cargo del expediente, le solicitó a la Policía de la Ciudad que incrementara el pedido de cámaras de seguridad en la zona para poder encontrar todo el recorrido que hizo ese sospechoso, clave para el caso, según informaron fuentes del caso a Infobae.
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En paralelo, también los agentes porteños recibieron la orden de hacer un censo en el edificio donde vivía la jubilada, a la que las fuentes describieron como una mujer que salía poco, apenas a pasear el perro, y que era muy desconfiada. Lo cierto es los investigadores buscan saber en esa propiedad quiénes son propietarios y quiénes inquilinos.
En ese sentido, determinaron que la puerta de ingreso tiene una traba electrónica, es decir, que el homicida logró ingresar porque tenía en su poder el clip con el que se habilita el acceso, o bien entró al edificio junto a otro vecino.
Pero la fiscalía que investiga el homicidio de la docente jubilada no sólo se centra en ese misterioso sospechoso del casco. No, las dos mujeres que estaban a cargo del cuidado de Tatiana también son miradas de reojo por la Justicia, reconocieron los investigadores en diálogo con este medio.
Por caso, una de ellas, que se identificó como Milagros, era quien se encargaba de la fallecida los fines de semana y los feriados. Antes de ir a hacer la denuncia policial, y luego de encontrar al sospechoso en el departamento y haber estado privada de su libertad, se fue a su casa.
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Milagros era una de las pocas personas que tenía la llave de la casa de la docente jubilada asesinada. La otra era la mujer que la cuidaba de lunes a viernes. Así lo dejó en claro Patricia Mendoza (60), la mujer que se presentó ante la Justicia como apoderada de Tatiana y que es la hermana del productor teatral Flavio Mendoza.
En ese contexto, la pista económica no se deja de lado. Es que, supuestamente, según informa la agencia Télam, hace unos meses la víctima había vendido un departamento ubicado sobre la calle Blanco Encalada, en el barrio porteño de Belgrano, y buscan saber quién de su entorno conocía ese dato.
En tanto, a la espera de la autopsia, la fiscalía recibió un informe de la Unidad Criminalística Móvil (UCM) de la Policía de la Ciudad con los primeros datos forenses, los cuales arrojaron que el cuerpo de la víctima “poseía signos de violencia en la parte interior de los labios y hematomas en la clavícula”, lo cual infirió que fue golpeada antes de su deceso.
A su vez, ese reporte también dio como posible causa de muerte una “asfixia”, aunque esto deberá corroborarse en el trabajo de la morgue.
El caso
La muerte de Tatiana fue descubierta el domingo a la noche en su departamento del 5° piso de un edificio ubicado sobre la avenida Luis María Campos 831, entre el pasaje Volta y Jorge Newbery.
De acuerdo a las fuentes, todo comenzó cuando Milagros se presentó en la sede de la Anexo de la Comisaría Vecinal 13B de la Policía de la Ciudad. Allí, denunció que horas antes había ido a cumplir con su trabajo y se había encontrado en ese domicilio con un hombre que mantenía maniatada y reducida a su empleadora.
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Según la versión de esta mujer, el delincuente, mayor de edad, de 1,70 metros de estatura y que vestía remera blanca y llevaba guantes, la redujo también a ella por un lapso de 40 minutos, hasta que le permitió retirarse del lugar.
De acuerdo con la empleada, por el estado de nerviosismo que se encontraba, primero fue a su domicilio en la calle Fray Justo Santa María de Oro al 2.400 de Palermo, a unas 15 cuadras de donde cumple su tarea, y recién después hizo la denuncia policial.
A partir de los dichos de Milagros, quien también dijo ser amiga de la víctima, personal policial de la Comisaría Vecinal 14B, con jurisdicción en Las Cañitas, concurrió al departamento y allí encontró muerta a la propietaria, tendida en el suelo en la zona del comedor y con una almohada que le cubría el rostro.
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