Según fuentes policiales, la Policía de la Ciudad detuvo en las últimas horas a un comisario mayor y a un inspector de la Policía Bonaerense en un confuso episodio, sospechados de trasladar 15 kilos cocaína en un tacho de pintura y una mochila. El arresto ocurrió en Avenida General Paz y Constituyentes tras una alerta del Anillo Digital, luego de que los sospechosos fueron observados arrojando los paquetes una vez que vieron la presencia policial.
De acuerdo a la información que brindaron fuentes del caso a Infobae, se trata de Carlos Prieto, comisario mayor, que fue designado como cabeza de la Delegación de Drogas Ilícitas de Bahía Blanca y Carlos Julien, oficial inspector. Prieto y Julien, cuando en la intersección de Bartolomé Mitre y Pasteur, observaron a personal policial que caminaba por la zona y supuestamente comenzaron a tener una actitud sospechosa. En ese momento, se les dio la voz de alto, arrojaron un balde de pintura y una mochila que cargaban, se subieron a la camioneta Ford Ranger y dieron a la fuga.
Los policías que observaron la secuencia de inmediato dieron aviso de la situación y comenzaron a perseguirlos. Así, los detuvieron sobre la Avenida General Paz y Constituyentes. Una vez que abrieron el tacho y la mochila que los sospechosos habían descartado, hallaron los 15 kilos de cocaína distribuidos en 15 paquetes y procedieron a los arrestos.
Los detenidos quedaron a cargo del juez federal Julián Ercolini, titular del Juzgado Federal N° 11: ambos fueron identificados y liberados en poco tiempo. Sin embargo, quedarán sujetos a investigación. Según los datos iniciales del caso, se cree que ambos policías no estaban solos, sino que contaban con más cómplices. Varios testigos declararon que además de la Ford Ranger hubo otros dos vehículos en la secuencia, un Fiat Siena color azul y otro negro, sin especificar el modelo.
El episodio no fue enteramente fortuito. Fuentes del expediente sostuvieron que la redada ocurrió en el contexto de una causa por venta de drogas investigada por el Juzgado Federal N° 4, a cargo de Ariel Lijo. Los arrestos no fueron realizado por una brigada barrial, sino por la División Investigación Drogas de Diseño y Precursores de la fuerza porteña. Sin embargo, una alta fuente judicial confirmó a Infobae que, por lo pronto, ambos policías no tendrían relación alguna con el expediente del Juzgado N°4.
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A mediados de este año, la Gendarmería Nacional desbarató una banda narco que operaba en la zona Norte y Oeste del conurbano bonaerense y contaba con dos miembros de la Policía Bonaerense, pertenecientes a la división de Drogas Ilícitas de Lomas de Zamora. Las detenciones fueron ordenadas por el Juzgado Federal N°2 de San Martín, a cargo de la jueza Alicia Vence.
La organización criminal también está sospechada de vender armas de fuego de forma ilegal.
En los ocho allanamientos en los que se desbarató la banda, los investigadores secuestraron cocaína, marihuana, más de 4 millones de pesos y 26.960 dólares. Incluso, más de 30 mil dólares falsos, armas de fuego (pistolas, carabinas y escopeta), municiones, chalecos antibalas, balanzas de precisión, elementos de corte del estupefaciente, celulares, notebooks y documentación de interés para la causa.
De acuerdo a la información oficial, la banda utilizaba la modalidad conocida en la calle como “falso allanamiento”: disfrazados de policías ingresaban a domicilios de otras organizaciones criminales que tenían marcadas. Tras hacerse pasar por agentes, los “empapelaban”, es decir, les decían que la Justicia los estaba investigando. Así les robaban drogas, armas y dinero para luego revender ese material en su zona de referencia.
Según indicaron las fuentes, los procedimientos truchos los realizaban por el partido de Lomas de Zamora, territorio donde cumplían funciones los policías de la Bonaerense, supuestamente, involucrados en la operatoria. Lo que hace sospechar que los agentes utilizaban la información que recababan en su trabajo y luego iban a robarles.
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