El expediente que investiga el asesinato de Susana Cáceres, la mujer que desapareció de su casa en Moreno y cuyo cadáver fue encontrado en un descampado el viernes pasado tras nueve días de búsqueda, comienza a mostrar sus primeros avances concretos. En las últimas horas del feriado de ayer, la Justicia detuvo a un hombre de 35 años acusado de haber participado en el crimen. Para llegar hasta el, fueron fundamentales las cámaras de seguridad de la Autopista del Buen Ayre, que mostraron al sospechoso. Los investigadores creen que no sería el único en haber participado del femicidio.
El nuevo detenido se llama Ramón Rosa Lescano, tiene 35 años y fue apresado en su casa de Bella Vista. Según los registros públicos, su último trabajo en blanco fue en una empresa constructora hasta marzo de este año y cobra un plan para obtener una garrafa. Contra él, hay pruebas importantes.
Para poder seguir el camino que condujo a la fiscal Luisa Pontecorvo al principal sospechoso, es necesario reconstruir las últimas horas con vida de Susana. Según la denuncia que realizó la familia, la víctima se ausentó de su vivienda el martes 8 de noviembre. Se fue de su casa diciéndole a su madre que iría a pagar una deuda. “Ahí vengo”, gritó desde la puerta antes de irse. Fue la última vez que su familia la vio.
A partir de allí, todo fue incertidumbre. Recién al quinto día de búsqueda, la Justicia posó su mira en Alberto, el novio de Susana. A pesar de que allanaron su casa y practicaron la prueba del luminol, no encontraron ninguna prueba que pudiera vincularlo con la situación. Sin embargo, quedó detenido por tenencia ilegal de arma de fuego. Había intentado esconder de los policías una pistola calibre 45 con la numeración limada.
Luego de eso, la búsqueda para dar con Susana, se intensificó con decenas de rastrillajes y perros buscadores, hasta que el viernes el horror se presentó de lleno en el expediente. El cadáver de la mujer desaparecida fue encontrado en un descampado de Moreno, junto a la Autopista del Buen Ayre.
Según la autopsia practicada en las horas posteriores al hallazgo, el cuerpo presentaba múltiples lesiones. Susana fue asesinada de varias puñaladas en el pecho, estrangulada y golpeada en la cabeza con elementos contundentes. También hallaron lesiones compatibles con abuso sexual, por lo que enviaron a analizar muestras. La data de muerte estimada por los especialistas médicos, indicaba que el femicidio había sido, aproximadamente, siete días antes del hallazgo.
Este último dato fue fundamental. Gracias a esa franja temporal, los investigadores se centraron en revisar las cámaras de seguridad del Buen Ayre para poder observar quién se había acercado al descampado.
Una de esas imágenes municipales de vigilancia, que ilustra esta nota, registró que el viernes pasado, más precisamente a la 1.10 de la madrugada, llegó al descampado una camioneta Renault Duster negra que se detuvo durante 40 minutos a metros de donde fue hallado el cuerpo.
“La imagen no es buena pero se puede observar que bajan varias personas del vehículo. Como se ve borroso, no queda en claro quienes son. Lo que si llamó la atención es que estuvieron 40 minutos hasta que se fueron”, explica un investigador.
Luego de la visualización de esas cámaras, el trabajo de la fiscalía y la policía se circunscribió a identificar la patente de la camioneta. Gracias a un minucioso seguimiento de otras imágenes de vigilancia, se descubrió que la patente del vehículo estaba radicada en Bella Vista. También se identificó al dueño: Ramón Rosa Lescano.
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Luego de algunos trabajos de inteligencia, la policía corroboró que la camioneta estaba guardada en una casa sobre la calle Irusta al 4700, de Bella Vista. Por orden de la fiscal, se realizó un allanamiento de urgencia y se detuvo a Lescano. En la casa del reciente detenido, se encontró ropa con manchas de sangre, que ya fueron enviadas a peritar en el laboratorio.
Los antecedentes de Lescano lo complican. Según pudo averiguar Infobae de fuentes judiciales, el ahora principal acusado registra una causa abierta por portación ilegal de arma de guerra, encubrimiento y resistencia a la autoridad. Además, tiene una denuncia por tentativa de abuso sexual y otra de su expareja por violencia de género.
Lejos de encontrarse resuelto, los investigadores creen que hay más personas que pudieron participar del femicidio de Susana Cáceres. ¿Quiénes son esas personas? Por ahora, nadie lo sabe. La otra duda que sobrevuela el expediente y la cabeza de la fiscal Pontecorvo, tiene que ver con el móvil. Hasta el momento no se encontró ninguna vinculación entre Susana y el detenido.
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