A menos de una semana de su hallazgo, la Justicia busca dilucidar las claves del femicidio de Susana Cáceres, la mujer asesinada cuyo cuerpo fue encontrado junto al Río Reconquista, en el partido bonaerense de Ituzaingó, luego de haber estado desaparecida por diez días. Es por esa razón que la fiscal que investiga el caso aguarda los exámenes toxicológicos que permitirán determinar si la víctima fue drogada antes del crimen.
Mientras se espera a que se realicen las pericias complementarias al cuerpo de Cáceres, ordenadas por Luis Pontecorvo –titular de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 3 de Moreno-General Rodríguez– la fiscal se prepara para tomar declaración testimonial a la familia de la víctima. De esta manera se podrá establecer el círculo más cercano que tenía la víctima y cómo fueron los últimos días de la mujer antes de su desaparición, el pasado martes 8 cuando salió de su casa de la localidad de Villa Trujui, en Moreno.
Por su parte, los investigadores mantienen la teoría de que Cáceres fue asesinada por dos o más personas, que después de cometer el crimen llevaron el cuerpo hasta donde fue encontrado. Tapado con una lona blanca, y con ramas quemadas encima, todo parece indicar que habrían intentado prender fuego las pruebas.
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En esas condiciones, el cadáver fue hallado el viernes pasadas las 13 en medio de los pastizales, a la vera del río Reconquista, a metros del Camino del Buen Ayre, en la localidad de Ituzaingó, al oeste del conurbano bonaerense.
Así, tras días de búsqueda, sus familiares reconocieron el cuerpo gracias a un tatuaje con el símbolo de una conocida marca de autos que Cáceres llevaba en uno de sus antebrazos y la ropa que tenía puesta antes de desaparecer.
El hallazgo se dio durante un rastrillaje que había pedido la fiscal y realizado por personal de la Delegación Departamental de Investigaciones (DDI) de Moreno. Al mismo se llegó después del allanamiento de dos domicilios, uno de ellos en la casa del detenido Alejandro Alberto Peralta, expareja de Cáceres. El hombre portaba una pistola calibre 45 con la numeración limada.
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Sin embargo, hasta el momento nada permite relacionar a esta persona con el crimen, según explicó un vocero judicial: “Por el momento no hay pruebas para involucrar el exnovio”.
Más allá de este dato, aún no se descartan sospechosos ya que los investigadores sospechan que los homicidas pudieron haberla matado en otro lugar y luego arrojado el cadáver donde finalmente fue encontrado, generando así una escena secundaria.
La autopsia
El informe final de la autopsia determinó que el cuerpo de Cáceres tenía lesiones correspondientes a un abuso sexual y que a su vez sufrió múltiples heridas punzocortantes, hematomas en el cuerpo como resultado de palazos, un golpe en la cabeza con un objeto contundente y marcas de asfixia en el cuello.
Al mismo tiempo, la investigación determinó que la data de muerte es de 3 a 7 días al hallazgo del cadáver, pero los investigadores creen que la mataron entre el jueves y viernes de la semana pasada.
La última vez que fue vista
El reloj marca cerca de las 16 horas, el martes 8 de noviembre, cuando Susana Cáceres, de 42 años y madre de cuatro hijos, salió de casa en la localidad de Villa Trujui y dejó a la menor de sus hijas, una beba de un año y medio, al cuidado de su madre.
Cáceres se dirigía a pagar una deuda por unos electrodomésticos que había comprado la semana anterior, y antes de irse se despidió diciendo “ahí vengo ma”.
Luego, la última vez que fue vista fue la madrugada del miércoles 9 de noviembre, en el barrio de Mariló, en Moreno, y vestía un short de jean azul y zapatillas negras. Los testimonios indicaron que la mujer estaba con unas personas a bordo de una camioneta, por esa razón se secuestró el vehículo y fueron citados a declarar su ex pareja y los hermanos de esta.
“Queremos que mi prima descanse en paz y podamos darle la paz que merece. Estamos muy dolidos todos, pero tenemos que estar fuerte para comenzar otro camino que es el del reclamo de justicia y para que atrapen a los responsables de su crimen”, afirmó Adriana, la prima de la víctima, luego de la inhumación de los restos en el cementerio municipal de Moreno.
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