Funes, una ciudad al noroeste de Rosario, tuvo el primer asesinato del año. Fue una ejecución de tinte mafioso, ya que a la víctima, un joven de 23 años, la acribillaron de 17 tiros en la puerta de su casa, en la zona de Tomás de la Torre al 5500. La saña, aún para el sicariato de la zona, es notable.
De acuerdo a la información que recolectó el fiscal de Homicidios Dolosos Ademar Bianchini, Ezequiel Fabián Fernández estaba en su humilde casa del barrio Villa Golf, que está situado al límite con Rosario, cuando recibió los disparos. El ataque fue perpetrado mientras llovía, por lo que no había gente en la calle o posibles testigos presenciales, según las primeras actuaciones policiales.
Fernández fue derivado de urgencia al Hospital Provincial Centenario, donde murió pasada la 1.30 de este lunes por las múltiples heridas de arma de fuego en el pecho y en las piernas.
La única persona que habló con investigadores policiales es un vecino de 30 años, quien apenas relató haber escuchado una ráfaga de tiros y para después encontrar a Fernández tendido en el suelo, agonizando. Ese mismo testigo cargó a Fernández en su propio auto, un Fiat Palio gris, y lo trasladó al hospital de Rosario, que está a pocos metros de la terminal de ómnibus Mariano Moreno en el barrio Luis Agote. Peritos forenses recolectaron de la escena 17 vainas servidas calibre 9 milímetros y un trozo de plomo, que fueron enviados a análisis junto a un trapo con rastros de sangre que fue secuestrado del Palio del testigo que asistió al joven.
Si bien la mecánica no fue informada aún por el Ministerio Público de la Acusación, se presume que los sicarios golpearon la puerta y le dispararon a Fernández cuando salió.
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Por los datos que recibieron investigadores policiales, la víctima supuestamente vendía estupefacientes al menudeo, aunque esa hipótesis deberá ser corroborada por el fiscal Bianchini como posible móvil.
Con este crimen, el departamento judicial Rosario acumula 254 homicidios dolosos en lo que va del año, según el Observatorio de Seguridad Pública, organismo provincial integrado por el Ministerio de Seguridad y el Ministerio Público de la Acusación. La cifra oficial está cerca del triste récord ocurrido en 2013, cuando se cometieron 264 asesinatos.
En Rosario, ciudad cabecera departamental, no hay un crimen desde el pasado 9 de noviembre, una pausa poco habitual. En aquella ocasión, fue asesinada Camila Celeste Escobar, de 21 años, en el interior de un punto de venta de drogas situado en Fuerte Apache, dentro del barrio Tiro Suizo, en la zona sur.
Si bien no hubo más homicidios en Rosario, desde el 9 de noviembre hubo ataques que dejaron a varias víctimas en estado delicado. El 11 de noviembre, un joven de 22 años recibió ocho disparos de dos sicarios que irrumpieron en su casa de Amenábar al 100 bis al romper la puerta al grito de “Policía”.
El 15 de noviembre, Sebastián Gonzalo Gil (39 años), quien supo ser ladero del ex jefe de la barra brava de Newell’s Diego “Panadero” Ochoa, fue atacado de cinco tiros en la espalda en Ross y Dorrego, en la zona sur. Actualmente está internado en el Hospital de Emergencias Clemente Álvarez con pronóstico estable.
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