En medio del operativo de búsqueda de Susana Cáceres, la mujer de 42 años y madre de 4 hijos que desapareció en Moreno hace 9 días, la fiscal Luisa Pontecorvo a cargo de la Unidad Funcional de Instrucción N° 3, ordenó allanar el domicilio de Alberto Peralta quien, según dijeron algunas amigas de la víctima, sería pareja de Cáceres. La medida fue dispuesta este jueves pasadas las 19 horas, dos días después de que realizaron una inspección ocular en la vivienda del hombre que, desde entonces, quedó detenido porque intentó esconder una pistola calibre 45 con numeración limada.
Fuentes de la investigación confiaron a Infobae que, a diferencia de la vez anterior, en esta ocasión planean ingresar al domicilio de Peralta con perros rastreadores de la División de Canes. Esos mismos perros, el miércoles por la tarde, marcaron dos lugares específicos por los que Susana Cáceres habría pasado en las últimas 72 horas.
Aunque por el momento Peralta está detenido por la portación de arma de guerra y no por la desaparición de su pareja, este revés podría indicar que los investigadores sospechan del hombre y su entorno. Más aún después de que su familia les negó el ingreso al domicilio.
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Susana Cáceres desapareció el martes pasado en la zona de Villa Trujui, en Moreno. Se fue de su casa diciéndole a su madre que iría a pagar una deuda. “Ahí vengo”, gritó desde la puerta antes de irse. Fue la última vez que su madre la vio. Hasta el momento se desconoce qué tipo de deuda iba a pagar y quién era su acreedor. Sólo se sabe que, en las horas previas, había vendido algunos electrodomésticos para hacerse de efectivo. “Tenía encima no más de $10 mil”, explica una fuente policial.
Ayer a última hora se encendió una pequeña luz de esperanza en su búsqueda. Es que tres testigos -dos quiosqueros y un almacenero- aseguraron haber visto a una mujer con característica similares a Susana mendigando en la calle el lunes a la noche.
Desde la fiscalía analizaron las cámaras de seguridad privadas y municipales de la zona y detectaron, efectivamente, a una mujer que pedía dinero. Sin embargo, como la calidad de la imagen no era buena, no se pudo corroborar si se trataba o no de Susana. “A simple vista pareciera que no es, que no dan las características físicas, pero no podemos descartarlo por completo”, aseguraron fuentes de la investigación a este medio.
En paralelo, Pontecorvo ordenó que vayan a la zona perros rastreadores K9. Los resultados fueron positivos. Los canes olieron la funda de la almohada de la víctima y comenzaron a olfatear. El primero marcó una pared cercana la zona en la que los testigos dijeron haber visto a Susana. “Eso quiere decir que habría estado apoyada ahí. Fue el primer resultado concreto que obtuvimos”, explican los investigadores. Pero no fue el único.
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Otros dos perros condujeron a los investigadores a una canchita de fútbol muy precaria sobre la calle María Helena Uhart, a 200 metros del primer rastro. Es un predio que pertenece al Club Mariló 2000. En el interior de ese espacio hay una suerte de vestuario que, adentro tiene una cama con un colchón roto. En ese lugar reducido los perros marcaron tres lugares, uno de ellos en la cama.
Según lo que los adiestradores les informaron a los investigadores, los perros pueden oler rastros de hasta 72 horas. Por lo tanto, habría una coincidencia entre lo que declararon los testigos y lo que marcaron los canes. Estos dos datos, ahondaron en la teoría de que Susana podría estar con vida, perdida y mendigando. Desde la fiscalía de Pontecorvo, en tanto, optan por la prudencia: “Los datos que arrojan los perros suelen ser precisos, pero hay que ir con cuidado porque en esta materia nada es exacto”.
En cuanto a las pericias, los investigadores aguardan los resultados los análisis de una zapatilla y una remera, ambas con una pequeña mancha roja, que encontraron en una camioneta Renault Duster color azul, que pertenece al hermano del novio de Susana. Mientras se establece si son o no manchas de sangre, fuentes de la investigación no descartan que “podría ser pintura”, ya que el hombre trabaja de pintor.
Además, se relevaron los teléfonos de los cuatro principales sospechosos: el de su novio Alberto Peralta; los sus dos hermanos, Damián Peralta y Eduardo Campos; y el de un amigo de ellos, Jorge Ollola. ”No aparecieron datos relevantes”, confirmaron a este medio.
En lo que respecta a Susana, la mujer no tenía teléfono, pero sí dos líneas a su nombre que, desde una semana antes de su desaparición y hasta el momento, siguen sin arrojar datos. “Desde la fiscalía se envió un oficio a la Dirección de Asistencia Judicial en Delitos Complejos y Crimen Organizado (DAJUDECO) para que, en caso de que alguien encienda alguna de estas líneas o se active una ubicación o se activen las antenas, se de aviso inmediato a la fiscal”, explicaron a este medio fuentes del caso.
En tanto, desde la Secretaría de Mujeres, Géneros y diversidades del Municipio de Moreno están acompañando y conteniendo a la familia de Susana, sobre todo a su mamá Graciela, quien tiene un estado de salud “delicado” y teme por la vida de su única hija.
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