En las últimas horas, la zona de Villa Luzuriaga en La Matanza fue el escenario de una feroz persecución entre delincuentes y policías de la Bonaerense que terminó en un enfrentamiento a tiros, con un delincuente muerto, un caso investigado por el fiscal Federico Medone, titular de la UFI de Homicidios de la jurisdicción.
Comenzó con una coincidencia. Dos móviles de la fuerza provincial encontraron un Renault Megane gris en el cruce de las calles Américo y Perón. En simultáneo, el 911 afirmaba que en la calle América al 2200, tres hombres robaron un supermercado chino para luego escapar en un auto similar. Gritaron la voz de auto, los delincuentes se negaron a detenerse y comenzó la persecución. Llegaron hasta Rincón y Arribeños, donde el Megane chocó violentamente, destruyendo su trompa.
Los delincuentes descendieron, pistola en mano, ya que al menos uno de ellos estaba armado. Entonces, las balas comenzaron. Cristian Eduardo Laval, de 33 años, resultó muerto de varios tiros en el pecho. El segundo delincuente sufrió varios traumatismos y fue derivado al hospital Paroissien. El tercero, Martín Quiña, fue al mismo hospital con una herida de bala, fuera de peligro.
Los dos delincuentes que sobrevivieron fueron detenidos por los delitos de robo, tentativa de homicidio agravada por ser dirigida a un funcionario policial y portación ilegal de arma de guerra. El dinero del robo estaba dentro de una mochila negra.
Medone, por otra parte, no tomó temperamento contra los policías. El fiscal, por otra parte, encontró una curiosidad: la banda no viene de un mismo barrio sino que cada uno de los sospechosos viene de puntos lejanos entre sí, como Pilar y Ciudad Oculta.
El caso de La Matanza es uno de más en una semanas caliente en el Conurbano bonaerense. El miércoles a la madrugada, un efectivo de la Policía de la Provincia de Buenos Aires mató de al menos un tiro a un motochorro de 17 años que intentó asaltarlo junto a un cómplice cuando se dirigía a una parada de colectivos en Claypole, partido de Almirante Brown.
Según confirmaron fuentes policiales a Infobae, el otro delincuente fue herido pero pudo huir y todavía es buscado por las autoridades.
El violento hecho ocurrió en la esquina de las calles Ramón Bravo y Humberto Primo, minutos después de que el agente bonaerense saliera de su domicilio para esperar un colectivo. Fue en ese momento que los dos asaltantes descendieron de la moto y le apuntaron con armas de fuego para que entregara sus pertenencias.
Sin embargo, el policía estaba decidido a defenderse. De inmediato se identificó como agente y tomó su arma reglamentaria para tratar de evitar el robo. Pero la situación se salió del control y de acuerdo con lo que declaró el propio policía, se produjo un breve tiroteo con los motochorros.
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Al ver que el robo no iba a ser posible, los ladrones dejaron su moto abandonada en el lugar y escaparon a pie. Finalmente, el menor se desplomó a unos trescientos metros y murió. Por su parte, el cómplice también resultó herido de bala aunque logró huir.
El policía dio aviso de inmediato de lo ocurrido al 911 y acudieron al lugar del hecho agentes del Comando de Patrullas de Almirante Brown y constataron posteriormente que el delincuente fallecido tenía 17 años.
En la investigación intervino la UFI N° 8 de Lomas de Zamora quienes por el momento no adoptaron ninguna medida en contra del uniformado que mató al motochorro menor de edad.
Días antes, un oficial de la Policía de la Ciudad de Buenos Aires mató de dos balazos a un presunto delincuente, en un intento de robo que dio paso a un tiroteo en la localidad bonaerense de Ingeniero Budge.
Según información policial, el hecho ocurrió en la calle José Espronceda entre Capitán Sarmiento y avenida General Martín Rodríguez, en dicha localidad del partido de Lomas de Zamora, en la zona sur del Gran Buenos Aires.
En ese momento un oficial de la Policía de la Ciudad, que había cumplido su servicio, regresaba a su casa vestido de civil en un colectivo de la línea 20 y al descender del transporte, el hombre caminó unos metros en dirección a su vivienda. Según el reporte, fue sorprendido por dos motociclistas. Uno de ellos bajó del rodado y lo amenazó con un arma de fuego para que entregara sus pertenencias.
Ante esa situación, el oficial se escondió detrás de un automóvil estacionado en la calle y extrajo su arma reglamentaria, tras lo cual se identificó como policía y le dio la voz de alto al delincuente.
El asaltante comenzó a dispararle al agente, quien repelió la agresión y se originó un breve tiroteo, que concluyó cuando el ladrón, que terminó disparando desde la vereda de enfrente, cayó al suelo malherido luego de recibir dos impactos de bala.
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