Comenzarán los alegatos en el juicio al joven que atacó y provocó lesiones irreversibles a un playero

El juicio contra un joven de 18 años, acusado de haber golpeado al playero de un estacionamiento, continuará este jueves con los alegatos de las partes, luego de que terminaran de declarar los últimos testigos, informaron fuentes judiciales.

El proceso continuará tras la recepción de los testimonios, pericias e informes, los cuales tuvieron lugar en las sede del Juzgado Penal y Penal Juvenil 11, a cargo de Alejandro Villanueva, quien dispuso un cuarto intermedio hasta este jueves a las 9.30.

Hasta el momento, la información del estado actual del proceso es escasa, ya que, según explicaron fuentes judiciales, se trata de un juicio reservado dado que el imputado tenía 17 años al momento del hecho, por esa razón es restringida la cantidad de información y precisiones del caso hasta la finalización del debate.

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Sin embargo, la información detalla que el Fiscal Penal Juvenil Mauro Tereszko, quien también estuvo a cargo de la investigación del caso, intentará persuadir al Tribunal de encuadrar los hechos como “tentativa de homicidio con dolo eventual” en perjuicio de Arturo López (67) y solicitará la prisión del joven, que actualmente está con arresto domiciliario. Mientras tanto, la querella, representada por Miriam Luna, abogada y madre de Agustina y Florencia, hijas de la víctima, adelantó que adherirá a la acusación de la fiscalía.

Luego, el viernes, tras los alegatos de los acusadores y de la defensa oficial, será el momento del veredicto de responsabilidad Penal Juvenil, a cargo del juez Villanueva. Según las fuentes, tras este paso, llegará la cesura del juicio (imposición de pena) que dependerá de la calificación legal escogida por el magistrado.

Al respecto, la tentativa de homicidio prevé una pena de entre 3 y 12 años de prisión, pero podría ser disminuida por la condición de menor de edad del acusado al momento del hecho.

En la contraparte pesa el hecho de que las lesiones sufridas por López son de características neurológicas irreversibles (afasia), por lo que el acusado podría recibir de manera subsidiaria el delito de lesiones gravísimas.

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De esta manera se busca dar un cierre al hecho que sucedió el viernes 19 de noviembre del 2021, cerca de las 17, en el garaje de la calle Moreno al 800, cuando López fue increpado por un adolescente que, según testigos, le reclamaba por un rayón que tenía su vehículo.

Las cámaras de seguridad, que entonces se difundieron, muestran cómo el agresor, acompañado por otros dos jóvenes y su madre, caminaron hacia la cabina de cobre y, de un momento a otro, lo golpeó de forma sorpresiva. López recibió el impacto en el lado izquierdo de la cara, y esto provocó que el hombre cayera e impactara fuertemente contra el suelo, tras lo cual quedó inconsciente en el lugar.

Segundos después se acercaron los propios familiares del agresor a auxiliarlo porque el hombre apenas se movía. La mamá y el hermano movieron a la víctima y le arrojaron un poco de agua para lograr que recuperara la conciencia.

Los intentos por reanimarlo fueron en vano. De pronto, apareció en escena nuevamente el violento, quien sólo se acercó a su víctima y la miró a distancia. Detrás suyo apareció un efectivo de la Policía de la Ciudad, de la Comisaría Vecinal 1D. Luego, una ambulancia del SAME lo trasladó a la clínica ITEBA, donde quedó internado con un traumatismo de cráneo con pérdida de conocimiento. En concreto, sufrió hematomas, edemas y una hemorragia cerebral que casi lo matan.

“Él sigue internado y el cuadro no pinta bien por el tema del paso del tiempo. No es nada fácil recuperar el tejido dañado en el cerebro”, describió la semana pasada su hija Florencia luego de declarar en el juicio.

Tras el ataque, el joven estuvo casi cinco meses prófugo hasta que se presentó ante la Justicia el 29 de abril a las 0.15 de manera espontánea en la División Enlace Institutos Alojamiento de Menores, situada en la calle Perón 2048, en el barrio porteño de Balvanera.

Los voceros dijeron que el adolescente se encontraba escondido en una comunidad gitana de la localidad bonaerense de General Rodríguez, contradiciendo las versiones de su padre, quien había dicho que se hallaba oculto en Uruguay.

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