Tras 20 años de misterio, la Justicia de Entre Ríos inició nuevas excavaciones para dilucidar lo ocurrido en un campo de Nogoyá, lugar en el que los integrantes de la familia Gil, un hombre, su esposa y sus 4 hijos, vivían al momento de su desaparición, según informaron fuentes judiciales.
Los trabajos de la Justicia, junto con el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF), hasta el momento no lograron dar con ningún rastro sobre el paradero de José Rubén ‘Mencho’ Gill, un peón rural que tenía 56 años, su esposa Margarita Norma Gallegos, de 26, sus hijos María Ofelia, de 12, Osvaldo José, de 9, Sofía Margarita, de 6, y Carlos Daniel, de 2.
Las miradas estaban puestas sobre la estancia ‘La Candelaria’, lugar donde ‘Mencho’ hacía trabajos para el dueño del campo, Alfonso Goette, quien fue señalado por integrantes de la familia como sospechoso por la desaparición. Goette murió en un accidente de tránsito en junio de 2016. El lugar tiene una dimensión de 500 hectáreas y se ubica en el pueblo de Crucecita Séptima, a 50 kilómetros de Paraná.
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Federico Uriburu, fiscal a cargo de la investigación, remarcó que hasta el momento “la búsqueda siempre se siguió”. Asimismo, el funcionario judicial explicó que tras la muerte de Goette hubo testigos que se animaron a aportar datos a la causa que podrían alimentar la hipótesis que lo involucra con la desaparición de la familia Gill. “El dueño del campo era una persona de temperamento muy fuerte, y muy temido. Con su muerte aparecieron personas que perdieron el miedo para dar datos, aunque pidieron conservar su anonimato”, sostuvo Uriburu, en declaraciones difundidas por Télam.
Entre los testimonios más llamativos, destaca uno de 2017 en el que una persona explica que el 14 de enero de 2002 vio a Gill quejándose de los pozos que le había hecho cavar el dueño del campo.
“Él dice que ese día vio a ‘Mencho’ Gill cavando pozos en el campo y que estaba enojado por ese trabajo”, dijo el fiscal. A partir de esas palabras, el juez de Garantías de Nogoyá, Gustavo Acosta, encabezó un allanamiento en la estancia, puntualmente sobre la zona que marcó el testigo. Sin embargo, los resultados hasta el momento siempre dieron negativo.
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La búsqueda
Según resalta el medios local ElEntreRios, el 5 de febrero de 2018 el juez Acosta, desde 2015 a cargo de la causa por la averiguación del paradero, encabezó un procedimiento en La Candelaria a partir de los datos aportados por un testigo.
Tiempo después, en octubre de 2017 hubo un allanamiento en la estancia y esta persona marcó dos lugares posibles. La Justicia contrató a una empresa especializada en excavaciones, que después de una ardua tarea de días en jornadas de intenso calor no encontró nada.
La última vez que se los vio con vida a los Gill fue el 13 de enero de 2002, en Viale.
La familia de los Gill
Los familiares de los Gill se enteraron de la noticia tres meses después, avisados por el propio patrón, Alfonso Goette. El hombre se presentó en la casa de una de las hermanas de ‘Mencho’, preguntando por ellos. En su explicación dijo que habían salido de vacaciones y que no habían vuelto, según resaltan medios locales.
A partir de entonces la familia lo apuntó como posible sospechoso y no creyó en la teoría del patrón. Esta idea es sostenida a raíz de cómo quedó la casa de los Gill, ya que nada hacía presumir que se hubieran marchado. Muebles, electrodomésticos, documentos, ropa, todo había quedado en su lugar. Incluso Margarita dejó sueldos sin cobrar en la escuela donde trabajaba como cocinera.
Fue recién en julio de 2003, 18 meses después de la desaparición, que el juez a cargo ordenó la primera inspección a la estancia, sin resultados. Posteriormente se hicieron relevamientos, rastrillajes, excavaciones, controles de frontera, sin ningún dato certero.
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