“Tengo que desaparecer de acá”. Esa frase salió de la boca de José Francisco Barboza, el remisero de 39 años que fue encontrado asesinado este martes en un zajón de La Plata luego de permanecer 11 días desaparecido tras ir a pagar la compra de un auto con millón de pesos en efectivo. Esas cinco palabras se las dijo a un vecino de la localidad bonaerense de Ingeniero Allan, donde vivía antes de huir despavorido y mudarse a 10 kilómetros de distancia, a Bosques, en el partido de Florencio Varela, donde se lo vio con vida por última vez el 28 de octubre pasado.
El testimonio del vecino que escuchó al remisero hablar sobre su temor de permanecer en Ingeniero Allan, al Sur del Gran Buenos Aires, figura en la causa sobre el crimen que ahora investiga una fiscal de la UFI N°17 de La Plata, Eugenia di Lorenzo, según pudo saber Infobae. Justamente, ese dato robustece la hipótesis de un ajuste de cuentas como trasfondo del asesinato.
Por caso, el moño metalizado que dejaron los homicidas sobre la alfombra gris que envolvía el cuerpo, en un claro mensaje mafioso para los investigadores, ya daba cuenta de que la muerte de Barboza tenía ribetes muy oscuros. A eso se suma que Diego Cuenca, el amigo que estuvo con la víctima antes de que desapareciera, y su propia esposa, Roxana, tienen antecedentes penales por los delitos de encubrimiento y desarmado y venta de autopartes.
Te puede interesar: Pactó la compra de un auto por redes sociales y desapareció cuando fue a pagarlo
Por todo ello, los investigadores están yendo de atrás para adelante para poder dar con los asesinos de Barboza. Así, el dato de que se fue huyendo de Ingeniero Allan cobró relevancia. Desde su círculo confiaron a Infobae que “andaba en algo raro” y que, en ese entonces, en la urgencia, “cambió de casa con otra gente”.
Así, de un día para el otro, Barboza dejó su casa en Ingeniero Allan y se radicó en una propiedad en Bosques. Desde allí salió el 28 de octubre último con un millón de pesos para, supuestamente, ir a comprar un auto tras pactar la operación en redes sociales. Pero no regresó jamás. Once días después, su cadáver fue hallado asesinado a golpes y asfixiado, envuelto en una alfombra gris en un zanjón a la vera de una ruta de La Plata.
El olor nauseabundo que emanaba el cadáver al costado de la ruta provincial N°36, en el cruce con la calle 416, llamó la atención de un vecino que rápidamente dio aviso a la Policía. Al llegar al lugar, los oficiales encontraron el cuerpo y el detalle que los dejó perplejos: sobre él había un moño para regalo. La autopsia determinaría que tenía un traumatismo de cráneo y una bolsa atada al cuello. El estado de descomposición del cuerpo supeditó el resto de las conclusiones de los forenses a las pericias complementarias.
La causa, que inicialmente estaba en manos del fiscal Hernán Bustos Rivas de la UFI N°5 de Florencio Varela, ahora quedó a cargo la fiscal Di Lorenzo, con jurisdicción en la zona donde se halló el cuerpo. Si bien aún no se estableció la mecánica del crimen, varios elementos empiezan a definir la hipótesis del ajuste de cuentas. “Si fuera un robo, lo hubieran golpeado y quitado el dinero. Esto definitivamente va más allá”, concluyó una fuente consultada por este medio.
En primer lugar, son llamativos los antecedentes penales de la esposa y el amigo de la víctima, sumado a algunas contradicciones entre los principales testigos y familiares de Barboza, más el moño metalizado, que estaba colocado intencionalmente sobre el cuerpo.
Además, hay varias contradicciones entre el relato del amigo y el de la mujer de la víctima. Según declaró Roxana, la noche en que su marido desapareció, ella lo vio llegar en el auto de Diego. Cuenca, en cambio, sostuvo que ambos tomaron remís para regresar. Un registro de una cámara de seguridad, tomada a unos 100 metros de la propiedad de Barboza, cerca de las 22 de ese 28 de octubre, captó el momento en que, supuestamente, se bajaba del vehículo.
Te puede interesar: Crimen de José Barboza: los investigadores siguen la pista de un ajuste de cuentas
“Reconocimos a José en ese video por la forma de caminar. Estamos seguros de que es él, no hay duda”, señaló su hermana Nancy. Para los investigadores, no es seguro que se trate de Barboza. “Lo que se ve en el video es apenas una silueta, podría ser cualquier persona”, explicaron a Infobae.
Otro punto en el que difieren uno y otro testimonio tiene que ver con la situación personal de Barboza. Mientras que su amigo dice que José no tenía trabajo, no tenía dinero y estaba deprimido y en crisis con su pareja; Roxana no comentó absolutamente nada de todo esto.
Otros familiares de Barboza también apuntaron contra Roxana y señalaron que entre ella y José había una “relación tormentosa”.
Por ello, la fiscal Eugenia Di Lorenzo volverá a tomarles declaración a la mujer y al amigo de la víctima en calidad de testigos.
Seguir leyendo