El cuerpo del remisero José Francisco Barboza, buscado desde hace 11 días luego de que saliera con más de un millón de pesos para ir a comprar un auto, fue hallado ayer martes por la tarde, envuelto en una sábana al costado de la Ruta Provincial N°36, en la jurisdicción de La Plata. A comienzos de la noche, los investigadores del caso recibieron los resultados preliminares de la autopsia: el cadáver presentaba un traumatismo de cráneo y tenía una bolsa atada al cuello, con marcas compatibles con un mecanismo de asfixia.
El cuerpo presentaba un avanzado estado de descomposición. Por ello, cualquier análisis posterior queda supeditado a las pericias posteriores, como los estudios histopatológicos que determinarán el estado de los órganos. “Recién cuando concluyan las pericias complementarias se podrá establecer si las lesiones halladas fueron vitales”, afirmó una fuente del caso. La bolsa, confirmaron investigadores, dejó un surco dejó un surco en el cuello
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En tanto, la agencia de noticias Télam describió que durante la autopsia los peritos también le hicieron radiografías al cuerpo, lo que descartó la presencia de balas dentro del cuerpo.
El hallazgo de los restos de Barboza se produjo cerca de este martes al mediodía en el cruce la ruta provincial N° 36 y calle 416. Luego de un llamado al 911, personal de la Comisaría 7ª de la capital bonaerense se trasladó hasta el lugar y encontró el cuerpo a la vera del camino. Por los tatuajes que tenía, los agentes sospecharon que podía tratarse del remisero que había desaparecido el 28 de octubre. Fue entonces que se comunicaron con el fiscal de la UFI N°5 descentralizada de Florencio Varela, Hernán Bustos Rivas, quien a cargo de la la causa por averiguación de paradero de Barboza.
También se le dio intervención a la fiscal de turno en La Plata, Eugenia Di Lorenzo, quien estuvo presente en la escena donde se halló el cuerpo e impartió distintas tareas a los peritos de la Policía Científica.
Mientras los parientes de la víctima viajaban a La Plata para reconocer el cuerpo, los investigadores pudieron establecer que la víctima era José Francisco Barboza. “No solo los tatuajes y las características de la vestimenta coincidían, sino que en el bolsillo de su pantalón se encontró el DNI que confirmó la identidad del remisero”, detallaron a este medio.
Barboza tenía tres tatuajes particulares: en sus dos brazos llevaba escrito los nombres “Tiziano” y “Tobías” y, en el pecho, “Oriana”. También, el dibujo de un trébol de cuatro hojas, en su muñeca derecha.
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El fin de semana pasado también se había activado un alerta en la causa por la búsqueda de Barboza tras el hallazgo de otro cadáver en la zona del partido de Ezeiza aunque, con el correr de las horas, descartaron que se tratara del remisero buscado.
Un millón de pesos y un video
La víctima había sido vista con vida por última vez el pasado viernes 28 de octubre, cuando salió de su casa en Bosques, partido de Florencio Varela, para encontrarse con un amigo, identificado como Diego. Un registro de una cámara de seguridad, tomada a unos 100 metros de su propiedad cerca de las 22, captó el momento en que Barboza bajaba del auto de su amigo a una cuadra de su hogar. Sin embargo, el hombre de 39 años nunca llegó a su domicilio.
“Reconocimos a José en ese video por la forma de caminar. Estamos seguros de que es él, no hay duda”, contaba por entonces Nancy, hermana de la víctima, a la prensa, desperada porque no tenía noticias. Mientras su esposa, Roxana, explicaba que esa noche se quedó hasta las 3, sentada en el sillón, esperando a que su marido regresara.
Antes de desaparecer, Barboza, de 1,75 metros de altura y contextura robusta, se había dirigido a lo de un amigo para cambiar dinero. Antes, también había vendido una camioneta propia para poder hacer frente al monto que le costaba el nuevo vehículo, que había comprado a través de una publicación en las redes sociales y que la noche de su desaparición iba a pagar.
De acuerdo al relato de sus familiares, el amigo de José lo pasó a buscar y luego fueron hasta el lugar a comprar el auto, pero la transacción no fue realizada. Después, solo queda la imagen de la cámara de seguridad. Y ahora, tras 11 días de angustia, la triste noticia de su muerte.
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