Fernando Nazareno Vernaz, de 28 años, fue encontrado sin vida en la madrugada del sábado pasado a metros de una camioneta Ford Ecosport que se estrelló contra el guardarraíl de un puente de la localidad de William Morris, partido de Hurlingham. En un principio se creyó que había muerto en un accidente de tránsito, pero cuando los investigadores inspeccionaron el cuerpo descubrieron que había recibido dos disparos en el pecho. A partir de ese momento, la investigación dio un vuelco: sospechan que lo asesinaron en el marco de un ajuste de cuentas vinculado a una trama narco.
El caso quedó en manos de la fiscal Adriana Suárez Corripio, titular de la UFI N°8 de Morón, quien rápidamente detuvo al primer sospechoso por el crimen: Carlo Paiva, de 33 años, titular de la camioneta en la que volcó Vernaz y, además, vecino y conocido de la víctima. Junto a él, arrestaron a una menor de 15 por tenencia de drogas, quien quedó a cargo del fiscal Pablo Cabrejas, del Fuero de Responsabilidad Penal Juvenil 2 de Morón. También sospechada de participar en el crimen.
Paiva fue detenido en su casa Villa Gobernador Udaondo, en el partido de Ituzaingó. El hombre tenía en su poder un arma calibre 9 milímetros y varios envoltorios de cocaína. Frente a esta situación, la fiscal Suárez Corripio lo indagó el domingo pasado y el imputado se negó.
El sospechoso por el crimen quedó en el foco de la fiscal debido a que varios testimonios de personas allegadas a la víctima lo vinculan con el asesinato. Por ejemplo, uno de los hermanos de Vernaz publicó en redes sociales una inquietante amenaza tras el asesinato: “Te lo juro por la vida de mis hijos y de toda mi familia que te vamos a matar. No queremos que caigas preso. Vida por vida, queremos eso. Y si desaparecés, te vamos a matar a uno de tus hermanos para que veas lo que se siente”.
Según informaron fuentes del caso a Infobae, Vernaz se reunía seguido con Paiva en su domicilio. Se cree que ambos mantenían un negocio de venta de drogas al menudeo y de ahí surgió el conflicto por el que Paiva lo asesinó. Sin embargo, por ahora, son todas hipótesis.
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La fiscal Suárez Corripio aguarda el cotejo balístico para determinar si las balas que asesinaron a Vernaz son de la pistola que le secuestraron a Paiva. Ante el resultado de esa prueba, la situación del detenido podía complicarse o mejorar. Por el momento, no se hallaron cámaras de seguridad en la zona que muestren al sospechoso en el lugar del crimen. Tampoco a la menor de 15 vinculada a la causa.
Así, la investigación espera aquellos resultados para continuar sobre la imputación de Paiva, que hasta ahora se encuentra vinculado directamente con el crimen de Vernaz, cuyo cuerpo quedó sobre un predio ubicado en la calle De la Tradición, a metros del cruce con Gabriel de Aristizábal. Se trata de un camino rural ubicado a unas 10 cuadras de la autopista Camino del Buen Ayre y que es poco transitado, al menos a pie. Justamente, en esa zona se encuentran los campos del INTA Castelar y abundan los pastizales y terrenos baldíos.
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