Bajo la consigna “Rodamos para exigir”, cientos de motociclistas se concentraron esta mañana frente a la Facultad de Derecho, sobre la avenida Figueroa Alcorta, para reclamar justicia por el crimen del empresario Andrés Blaquier, asesinado por motochorros el fin de semana pasado mientras circulaba en su moto por la autopista Panamericana, y para pedir más seguridad ante el aumento de asaltos de este estilo en los últimos meses.
La convocatoria se hizo a partir de las 11 de la mañana y en menos de 30 minutos decenas de motos, de todo tipo, marca y tamaño, ocuparon tres carriles de la avenida a esa altura del barrio porteño de Recoleta. Blaquier fue asaltado el sábado pasado cuando circulaba en su moto BMW por el kilómetro 50 de la Panamericana, en la localidad de Derqui.
Sobre la avenida Figueroa Alcorta se estacionaron las motos de alta cilindrada, una al lado de la otra. En la parte trasera de una camioneta 4x4 se paró Fernando Rivera, líder de Kawa Club, una organización de motoqueros, que nuclea miles de conductores que comparte la misma pasión. Rivera fue parte de la organización de la masiva protesta.
“Pedimos que cambien las leyes, no puede ser que roban motos y nadie haga nada. Queremos también que la Policía salga a las calles, a las rutas, como lo están haciendo ahora después del crimen de Blaquier. En 15 días vamos a ir a la gobernación en La Plata para pedir que nos escuchen. Esto no puede seguir así. Somos la punta de lanza de una situación que no se tolera más: la inseguridad”, dijo Rivera a Infobae luego de hablarle al resto de los manifestantes que se acercaron hasta la Facultad de Derecho.
Los motoqueros se agruparon en un grupo en redes sociales llamado “motociclistas agrupados”. Allí intercambian información y denuncian la situación que viven día a día en las calles. “Me robaron hace dos meses en Camino de la Rivera y Gaona. Me persiguieron, paré en un semáforo y me pusieron una pistola en el pecho para que les entregue la moto. Realmente no se puede seguir más así. En ese lugar todos saben que roban y nadie hace nada. Nos vienen a cazar”, denunció a Infobae Gabriel Urrestarazu, piloto de avión. Urrestarazu detalló que luego de ser robado se volvió caminando a su casa con el casco en la mano. “Me robaron un Yamaha Super Tenere 1200, sale cerca de 40 mil dólares”, aseguró.
Para los manifestamente, los delicuentes no las roban para venderlas ese tipo de motos de alta gama. Si no como un botín momentáneo. La tienen, la usan y luego la prenden fuego. De hecho, el robo que relató Urrestarazu es similar al que sufrió Blaquier en el que fue asesinado a sangre fría.
El empresario fue interceptado por otra moto marca Benelli de color verde con dos delincuentes a bordo que le apuntaron con un arma para que redujera la velocidad y descendiera del vehículo.
La secuencia quedó registrada en las cámaras de seguridad de la zona: la BMW en la que transitaba la víctima quedó a la par de la moto de baja cilindrada que conducían los delincuentes Brisa Villarreal y Luciano González. Exactamente, a las 18:54, González toma una 9mm de su cintura y le dispara en el pecho a Blaquier, que a los pocos segundos pierde el control de la moto y cae junto a su mujer.
Blaquier fue trasladado de urgencia en una ambulancia del SAME hasta el Hospital Sanguinetti donde falleció poco después como consecuencia del impacto de bala. Su esposa resultó ilesa. Para los investigadores, Brisa fue quien ofició de conductora de la Benelli. No registra antecedentes penales y es la pareja de “Lucianito”, que sí tiene en su haber varias causas de robo agravado. Ambos están detenidos.
Otra de las características que se observó en la movilización fue que hubo presencia de distintos grupos etarios. Tradicionalmente, son personas mayores las que participan de las juntadas de motoqueros, en las que se reúnen para exhibir sus vehículos y compartir su pasión. Sin embargo, en esta oportunidad la inseguridad y la ola de ataques motochorros en su contra convocó a gente de todas las edades.
Para Rivera, los motoqueros son una familia. “Somos todos amigos, hermanos, aunque no nos conozcamos. Si nos cruzamos en un semáforo, nos saludamos y hablamos. Nos une una pasión. Por eso, ahora pedimos que todos los motoqueros usemos una cinta roja atada a la campera para que nos reconozcamos y sepamos que estamos todos unidos en la misma lucha”, relató.
La marcha concluyó cerca de las 13 horas, luego comenzaron a rugir el ruido de los motores que aceleraron por la avenida Figueroa Alcorta. En la protesta se marcó el rumbo, el próximo destino: en 15 días irán a reclamar a la sede de la gobernación de la Provincia de Buenos Aires para que los escuche el Gobernador Axel Kicillof. Prometieron citarse dos veces por mes para que sus pedidos no se pierdan y tomen cada vez más fuerza. Por el momento, la primera cita fue masiva.
Fotos Nicolás Stulberg y Gustavo Gavotti
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