Este miércoles 2 de noviembre se conocerá el veredicto del juicio a Alexia Souto Moyano, la última acusada de haber participado del secuestro extorsivo y asesinato de Matías Berardi, el adolescente de 16 años capturado en Escobar, mantenido en cautiverio en Tigre y ejecutado en Campana en 2010. La audiencia comenzará a las 9 con las “últimas palabras” de la imputada, cuya defensa había solicitado la absolución. Luego, el Tribunal Oral Federal N.º 3 de San Martín dará a conocer su decisión.
En su alegato de la semana pasada, en una audiencia que duró casi dos horas, la defensora oficial Diana Bergel pidió subsidiariamente que, de ser condenada, Souto Moyano reciba una pena de 3 años de prisión de ejecución condicional como coautora del secuestro, cometido cuando ella era menor de edad.
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La acusada ya fue absuelta en el primer juicio realizado en 2013, en el que fueron condenadas otras diez personas, entre ellas sus padres, Ana Moyano y Ricardo Souto, a penas de entre 24 años de cárcel y prisión perpetua.
Para la defensora, “los verdaderos responsables del delito ya fueron identificados, fueron juzgados y hoy se encuentran cumpliendo una pena por el aberrante hecho que han cometido” y que “no se probó de ningún modo a lo largo de este juicio ni del anterior, algún aporte, algún acto ni algún comportamiento concreto por parte de Alexia en los hechos que se están investigando”.
“Tampoco se probó el conocimiento de ella acerca de la presencia de Matías en el lugar, todo lo que se sostuvo en este debate entiendo que son meras especulaciones: ‘debió haber escuchado’, ‘debió saber’, pero nada de esto se probó señores jueces, menos alguna acción”, agregó la letrada.
En jornadas anteriores, también al alegar en el juicio, el fiscal Eduardo Codesido pidió que Souto Moyano sea condenada a 6 años y 8 meses de prisión por el delito de “secuestro extorsivo agravado por el empleo de arma de fuego, por tratarse la víctima de un menor de edad y por el número de intervinientes”.
Mientras tanto, los abogados Eduardo Durañona y Santiago de Jesús —representante de la familia Berardi— requirieron una pena de 20 años de cárcel y su inmediata detención por “secuestro extorsivo, seguido de muerte agravado por tratarse la víctima de un menor de 18 años y por la cantidad de partícipes”.
En el primer juicio de 2013, el TOF N.° 3 de San Martín condenó a prisión perpetua al herrero Richard Souto -padre de Alexia- y a Néstor Maidana, Damián Sack, Gabriel Figueroa y Gonzalo Álvarez.
También a penas de 24 años de prisión a Ana Moyano -madre de Alexia-; a 17 años de cárcel a Jennifer Souto Moyano; a 19 a Celeste Moyano; a 21 a Federico Maidana y a 18 a Elías Vivas.
Los jueces de aquel debate no pudieron comprobar que Alexia Souto Moyano haya estado en el galpón donde estuvo cautiva la víctima, por lo que la absolvieron, aunque en 2016 esa decisión fue revocada.
El caso
Matías Berardi tenía 16 años cuando fue secuestrado. Era el mayor de cuatro hermanos y cursaba el quinto año del colegio Saint George de Escobar. El lunes 27 de septiembre de 2010, cerca de las 21.30, Matías salió de su casa en la localidad de Ingeniero Maschwitz y tomó un colectivo para encontrarse con un grupo de jóvenes con los que viajó hasta Capital Federal para festejar el cumpleaños de un amigo en una fiesta de egresados en el boliche Pacha.
En la madrugada del martes 28 se bajó de una combi en Panamericana y Ruta 26 para volver a su casa en ese partido del norte del conurbano. En algún momento entre las 5.45 y las 6.10 fue secuestrado por una banda liderada por el herrero Richard Fabián Souto.
A las 6.11, los padres de la víctima recibieron una llamada desde el teléfono del chico en la que un hombre les dijo que tenía a su hijo secuestrado.
Desde ese momento lo mantuvieron cautivo en una casa de la avenida Sarmiento 407 de Benavídez, partido de Tigre, desde donde se realizaron al menos 8 llamados extorsivos a sus padres para exigirles un rescate de $1.000, que luego ascendió hasta los $30.000.
Pero tras pasar 14 horas cautivo, a las 19.20 del martes, el adolescente logró saltar una reja y escapar hacia el parque de la herrería, salió a la calle y pidió ayuda entre los vecinos, a quienes les dijo que lo tenían secuestrado, pero no logró que nadie lo refugiara ni lo ayudara porque no le creyeron.
La banda salió a buscarlo y lo recapturó a dos cuadras, en las puertas del cementerio de Benavídez. Para despistar a los vecinos y de que nadie lo asistiera, además, las mujeres cómplices del secuestro salieron a la calle a los gritos a decirles que el joven era un ladrón que había intentado robarles.
Minutos más tarde, a las 20.38, se dio la última llamada por parte de los secuestradores, que le preguntaron a la familia de la víctima si tenían el dinero que les habían exigido. Del otro lado del teléfono les respondieron que habían recolectado $6.000, ante lo cual cortaron.
Luego, en algún momento de la madrugada del día siguiente, Matías fue trasladado a un descampado en Campana, donde los asesinos le dispararon por la espalda con una pistola 11.25. La bala ingresó por el omóplato derecho y le ocasionó la muerte. El cuerpo del joven fue encontrado horas después.
*Con información de agencia Télam
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