Guillermo Vega, el hombre que estranguló hasta la muerte a sus dos hijos y luego se suicidó el pasado sábado en barrio Empalme Graneros de Rosario tenía una restricción de acercamiento al domicilio de los menores y de su ex pareja. La causa para esclarecer el hecho es llevada adelante por la fiscal de Homicidios Dolosos Marisol Fabbro, quien tiene entre las hipótesis la de un doble femicidio vinculado, ya que según testimonios, Vega buscó provocar un sufrimiento en la mujer a través del ataque.
Vega, de 41 años, tenía denuncias por violencia de género en la comisaría 20ª que datan de 2018, según los datos a los que accedió Infobae. Desde entonces, figura en el sistema policial varios incumplimientos a la prohibición de acercamiento al domicilio de su ex pareja y sus hijos.
Uno de los episodios ocurrió el 28 de marzo pasado, cuando Vega fue detenido en Franklin al 2600 después de haber entrado a la casa de su ex esposa, a quien golpeó y le robó las llaves de su casa. En aquella ocasión, el Ministerio Público de la Acusación le formó una causa penal por desobediencia y le dio la libertad.
“Yo le hice muchas denuncias y nadie hizo nada”, fueron las palabras que pronunció la madre de los chicos, que tenían 9 y 12 años, ante la Policía y los peritos que realizaban tareas por orden de la fiscal Fabbro.
Testimonios brindados ante investigadores dieron cuenta de que el hombre se volvió más agresivo desde la reciente separación y le dijo que la iba a “hacer sufrir en vida”.
El caso ocurrió a última hora del sábado en la planta alta de una casa situada en Cavour al 6100, en la zona noroeste de la ciudad. Los tres cuerpos fueron encontrados por un primo de los chicos, quien dio aviso a la Policía provincial.
En la escena, peritos forenses secuestraron una manguera color verde y una soga, elementos usados por Vega para asfixiar a sus hijos y para luego ahorcarse.
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Los investigadores pudieron establecer que el chico tenía signos de haber sido estrangulado con una soga, mientras que la menor tenía un fuerte traumatismo en su rostro y marcas en el cuello.
En lo que va del año el departamento Rosario acumula 246 homicidios dolosos, según datos del Observatorio de Seguridad Pública. El pasado fin de semana, junto con del doble asesinato de los nenes, murió Patricio Gigena, el hombre de 82 años que había sido brutalmente golpeado con un palo en la cabeza durante un asalto ocurrido el martes de la semana pasada en barrio Azcuénaga.
Gigena falleció el sábado pasado en el Sanatorio Plaza tras agonizar cinco días. Tenía un traumatismo de cráneo que le había dejado secuelas “irreversibles”, según contaron los familiares y heridas de trompadas en el rostro.
Por el homicidio de “Don Patricio”, como lo conocían en Montevideo al 5800, fueron detenidos e imputados Walter Varela y Brenda Barreto, una pareja de limpiavidrios que quedó filmada a la salida del taller de Gigena robando la batería de un auto, valuada en 22.800 pesos, según la estimación de la fiscal Georgina Pairola.
Además, el pasado sábado fue acribillado Javier Alejandro Céspedes, un joven de 24 años que recibió nueve disparos mientras estaba al lado de su Renault Express. Sobre la base de testigos, los investigadores policiales pudieron conocer que el sicario disparó y huyó a pie. En la escena del crimen de Céspedes se incautaron nueve vainas calibre nueve milímetros y un teléfono que será enviado a peritar para establecer si la víctima había recibido amenazas previas al ataque.
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