El hombre de 82 años que el pasado martes sufrió un brutal asalto en un taller mecánico de la zona oeste de Rosario murió en la tarde de este sábado tras agonizar durante cinco días en el Sanatorio Plaza. Una pareja de limpiavidrios fue detenida e imputada por haberle dado trompadas y un palazo en la cabeza para robarle la batería de un auto.
Patricio Gigena estuvo en estado delicado desde el momento del ataque. El pasado miércoles fue operado para que le drenaran el hematoma que tenía en el cráneo, pero luego continuó internado con asistencia respiratoria y con pronóstico reservado. En la mañana de este sábado se le realizaron estímulos, no dio respuesta y quedó en estado vegetativo. Por la tarde falleció, según comunicaron los familiares de la víctima a Infobae.
Con este hecho, el departamento Rosario acumula 244 homicidios dolosos en lo que va del año, según datos del Observatorio de Seguridad Pública.
“Don Patricio”, como lo conocían en el barrio Azcuénaga donde fue asesinado, tenía su taller mecánico desde 1986. En la tarde del martes fue ferozmente golpeado por Walter Ezequiel Varela y Brenda Joana Barreto, una pareja de limpiavidrios de 30 años, quienes se llevaron una batería valuada en 22.800 pesos del local ubicado en Montevideo al 5800.
Varela y Barreto fueron llevados a audiencia imputativa este viernes en el Centro de Justicia Penal por la fiscal de Homicidios Dolosos Georgina Pairola, quien los acusó por robo doblemente calificado (por causar lesión grave y por usar un arma) en concurso ideal con homicidio criminis causa en grado de tentativa. La jueza Silvia Castelli les dio prisión preventiva efectiva por el plazo de ley.
Ahora, ante la muerte de la víctima, deberán ser llevados a una nueva audiencia en la que se les agravará la calificación legal.
De acuerdo a la evidencia que ventiló la fiscal, la pareja de limpiavidrios abordaron a “Don Patricio” en la puerta del taller y le preguntaron por precios de baterías, pero el hombre les dijo que ya no las comercializaba a partir de un robo que sufrió en octubre de 2020.
Patricio agregó en ese diálogo que solo se dedicaba a repararlas, pero Varela y Barreto de todos modos comenzaron a darle trompadas e incluso uno de ellos usó una rama gruesa para pegársela en la cabeza. Ese elemento, usado como arma, fue dejado tirado con manchas de sangre dentro del taller.
Los presuntos homicidas fueron captados saliendo del lugar con una batería negra envuelta en celofán, según sostuvo la fiscal. Las imágenes fueron obtenidas a través de la cámara de videovigilancia de un local de la zona de Montevideo al 5800.
En la investigación también se pudo reconstruir que los ladrones se metieron por una villa de emergencia que está a pocas cuadras del taller de “Don Patricio”, que está ubicada en Pellegrini y las vías del ferrocarril. Tres horas después fueron aprehendidos por agentes de la comisaría 14ª en la esquina de Pellegrini y Cullen mientras limpiaban vidrios.
Al momento del arresto, la mujer y el hombre llevaban el palo con la escobilla para limpiar vidrios y 230 pesos. La batería por el momento no fue encontrada.
Una vecina fue la que encontró al mecánico tendido en el suelo dentro de su taller. De inmediato, llamó para pedir asistencia médica, cuyo registro quedó asentado a las 17.21 del martes. Sin embargo, la ambulancia del Sies llegó al lugar a las 18.10, casi una hora después.
“No sabemos el tiempo que pasó entre que lo atacaron y lo encontraron. En un primer momento, estaba lúcido, pero en el sanatorio le hicieron una tomografía y además del gran golpe tiene un sangrado en el cerebro y un coágulo. Le pusieron respirador y tiene algunas secuelas neurológicas, me dijeron”, contó en un primer momento Bibiana Gigena, la hija de la víctima, en Radio 2.
La mujer señaló que su padre “es una persona que trabajó toda su vida” y agregó que no comprende la ferocidad de la golpiza. “Mi papá camina poquito. Si lo empujaban lo tiraban de culo al piso. Estamos destruidos”, expresó.
Don Patricio, antes de ser atacado el martes pasado, tenía una cirugía programada del corazón. Según su hija, todo comenzó también con un robo. Fue el 5 de octubre de 2020, cuando delincuentes entraron por el techo, le sacaron todas las baterías que tenía y 150 mil pesos.
“Ahí empezó a tener problemas del corazón y eso fue avanzando. Tenía una operación porque tenían que ponerle dos stent”, concluyó Bibiana.
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