La DDI de San Martín detuvo en las últimas horas a un hombre acusado de asesinar a Jonathan Brandán, hijo de un conocido ladrón: Marcelo Brandán Juárez, alias Popó, uno de los líderes de los “12 apóstoles”, que protagonizaron el sangriento motín caníbal de Sierra Chica en la Semana Santa de abril de 1996. La principal sospecha es que el crimen se trató de un ajuste de cuentas narco.
El hecho ocurrió el 5 de julio pasado, cuando Brian Walter Mansilla, de 30 años, a bordo de una moto fue hasta una plaza del interior del barrio Ejército de los Andes, más conocido como Fuerte Apache, en Ciudadela, y disparó contra Brandán y dos personas que se encontraban junto a él. El hijo de “Popó”, de 36, cayó muerto al instante, mientras que sus acompañantes fueron heridos, pero quedaron fuera de peligro.
El caso quedó en manos de la UFI N°7 de San Martín, quienes comenzaron a investigar el crimen y ordenó a la DDI local que diera con el asesino. De esta manera, los efectivos policiales comenzaron a reconstruir lo ocurrido.
Según detallaron fuentes del caso a Infobae, Brandán y Mansilla eran supuestamente socios en el negocio de venta de drogas en Fuerte Apache. “Vendían en el sector de la tira 43″, detalló un detective a este medio. Brandán era el líder de la banda que se hacían llamar “Los Fiolos”.
Pasó el tiempo y comenzaron los problemas. La sospecha es que Mansilla robó lotes de droga y armas que Brandán guardaba en un depósito dentro del barrio. Cuando Brandán se enteró, amenazó a Mansilla de muerte. Así, “Los Fiolos” lo buscaban para asesinarlo.
“Mansilla lo madrugó”, resumió un detective de la zona sobre lo que ocurrió. De acuerdo a los investigadores, Mansilla se adelantó a lo que probablemente iban a hacerle a él y fue a buscarlos: pasó por la plaza donde Brandán y “Los Fiolos” siempre estaban y disparó a matar.
En un video que ilustra esta nota se ve el momento posterior a los tiros. Una vecina del barrio filma la escena. Mansilla escapa en moto y a Brandán se lo ve ya sin vida tendido en la plaza.
Tras permanecer más de 100 días prófugo, Mansilla fue arrestado en la intersección de Mendoza y J.M Campos, en la localidad de San Martín. Así fue llevado, encerrado en un calabozo y acusado por el delito de homicidio agravado.
La historia familiar de Brandán es compleja. Su padre, “Popó”, era un pesado. Sin embargo, no quedó en la historia criminal argentina por grandes asaltos. Su nombre quedó marcado en una de las páginas más negras: se lo consideró el líder del sangriento motín de Sierra Chica. Ocurrió en Semana Santa, del el 30 de marzo al 7 de abril de 1996.
En la revuelta, la banda “los 12 apóstoles”, liderada por Brandán Juárez y Jorge Pedraza, mató a 8 presos, tomó 17 rehenes -entre ellos la jueza María Mercedes Malere-, cocinaron empanadas con carne humana y jugaron a la pelota con la cabeza de una de las víctimas.
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Tras la revuelta, “los apóstoles” fueron trasladados a la cárcel de Caseros, donde encabezaron otro motín, en mayo de 1999. El 14 de abril de 2000 fueron condenados a prisión perpetua en un juicio televisado. Ellos estuvieron adentro de una jaula.
“Nos trataron peor que a los animales del zoológico, no soy un animal, cometí un error como puede cometer cualquier ser humano”, dijo Brandán Juárez.
Por la peligrosidad de los acusados, el tribunal se instaló en la cárcel de máxima seguridad de Melchor Romero, donde se implementó por primera vez un sistema de transmisión de imágenes y audio con los acusados encerrados en cuatro celdas a unos 200 metros, custodiados por 150 guardias.
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