Nicolás Pachelo, el ladrón que le robaba hasta a sus amigos y que es juzgado por el crimen de María Marta

Señalado como conflictivo y desafiante, sus problemas empezaron a temprana edad. En la Justicia afrontó diversas causas. Ahora, está preso por robar en countries. La historia del ex vecino de Carmel al que siempre le apuntó la familia de la víctima y que está sentado en el banquillo de los acusados

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Nicolás Pachelo, principal acusado del
Nicolás Pachelo, principal acusado del crimen de María Marta García Belsunce (Maximiliano Luna)

Ya pasaron 20 años del crimen de María Marta García Belsunce, dos décadas de aquel lluvioso 27 de octubre del 2002, cuando la socióloga regresó a su casa del country Carmel de Pilar y el asesino le disparó 6 veces en la cabeza. Desde entonces, condenaron y luego absolvieron al viudo Carlos Carrascosa y la causa por encubrimiento contra los familiares prescribió. La Justicia decidió que se vuelva a investigar el asesinato y, 7.305 días después, el tercer debate oral que se desarrolla en los tribunales de San Isidro finalizó la etapa probatoria y se aproxima a su definición. En el banquillo de los acusados están los ex vigiladores José Ortiz (45) y Norberto Glennon (57) y el principal sospechoso es Nicolás Pachelo (46), el ex vecino del barrio privado al que siempre apuntaron los parientes de la víctima.

A lo largo de su vida, Pachelo fue arrinconado por la Justicia muchas veces. Afrontó causas por robo, amenazas, estafas y hasta tráfico de estupefacientes. Así y todo siempre mantuvo un perfil bajo y eludió, lo más que pudo, la exposición mediática. Recién en el último tiempo modificó esa postura y comenzó hablar públicamente. La estrategia del permanecer en el anonimato igualmente no evitó que su tormentosa vida saliera a la luz.

Nicolás Pachelo nació el 21 de junio de 1976. Es hijo de Roberto Pachelo y Silvia Ryan. Su padre se habría suicidado en 1996, pero esa muerte aún es investigada como un posible homicidio del cual el ex vecino de Carmel es sospechado. Su madre se quitó la vida en 2003. Ella era la principal testigo de la coartada de su hijo en el marco del crimen de García Belsunce. Tras este trágico hecho, Pachelo acusó a la familia de la socióloga de querer destruirlo.

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Desde muy joven, Pachelo se acercó al delito. Jaqueline Barbará (78), quien fuera la última mujer de su padre, lo calificó como un “ladrón y tránsfuga” y aseguró que robaba desde los 14 años, persiguiendo distintos botines: gomas de auto, pasacassettes o alguna moto.

El imputado comenzó a hablar
El imputado comenzó a hablar públicamente a través de los medios y de redes sociales y también frente a los jueces

“Nicolás fue un chico muy difícil toda la vida, nos dio mucho trabajo a la madre, a mí, a Roberto. Nos hizo la vida imposible. Me acuerdo cuando me robó todas las alhajas, me las había tirado por el inodoro”, relató la mujer que, además de tener tres hijos de un primer matrimonio, es la madre de dos medios hermanos del imputado: Agustín (42) y Francisco Pachelo (40), este último conocido como “Pancho”.

Barbará dijo que sus hijos apodaban “Chucky” a Nicolás y que la relación intrafamiliar era conflictiva: “Él robó toda la vida a sus amigos, a los míos, les robaba las llaves y nos llevábamos mal. Nos odiaba, creo que nos odió toda la vida”.

“El vinculo era malo, muy malo”, describió por su parte Francisco. Durante su infancia compartían hogar los fines de semana. “Pancho” recordó un violento episodio: contó que cuando él tenía “3 o 4 años”, Nicolás intentó prenderle fuego un colchón que estaba junto a la cuna donde dormía.

El entorno familiar señaló a
El entorno familiar señaló a Pachelo como conflictivo desde temprana edad

Hoy la relación entre ambos es irreconciliable: “Desgraciadamente me tocó ser su hermano. Y desgraciadamente tenemos que convivir con el apellido: a dónde vaya uno tiene que explicar que no tiene nada que ver con Nicolás. Este hombre siempre generó el mal. Es un enfermo mental, psicópata y asesino”.

Tanto Francisco como Barbará culparon a Nicolás por la muerte de Pachelo padre, quien fuera encontrado en su casa de Pilar con un tiro en la cabeza en 1996. “No tengo dudas de que mató a mi padre. ¿Por qué lo hizo? Por plata, por resentimiento, porque es un enfermo”, dijo convencido el hermano menor.

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Esa causa se había cerrado en 1998 y había quedado caratulada como suicidio. Sin embargo, los acusadores del actual juicio consideraron que surgieron nuevos elementos que podrían involucrar a Nicolás y pidieron que se lo investigue por el delito de homicidio agravado por el vínculo, que prevé una pena de prisión perpetua. Finalmente, la Justicia ordenó la reapertura del expediente y la investigación sigue su curso.

El acusado yéndose de una
El acusado yéndose de una de las primeras audiencias del actual juicio (Maximiliano Luna)

Además del crimen de García Belsunce, Pachelo ahora está siendo juzgado por una serie de robos cometidos entre 2017 y 2018 en barrios cerrados de Pilar, Tigre y Berazategui. El acusado admitió seis hechos. Incluso, contó el método que seguía antes de entrar a robar. La evidencia en su contra es contundente: en algún caso hasta quedó filmado por cámaras de seguridad forzando con un barreta puertas de acceso. A raíz de ello, está preso desde el 7 de abril de 2018. Ahora se encuentra alojado en la Unidad Nº9 de La Plata del Servicio Penitenciario Bonaerense. Lleva 4 años, 6 meses y 20 días encerrado.

Anteriormente, ya le habían endilgado otra serie de robos a gente de su entorno. Ingresaba en las casas de sus víctimas tras apoderarse de las llaves. La larga lista de damnificados incluye, entre otros, a varios que declararon en este tercer juicio. Por ejemplo, al empresario Fernando Sansuste, que era vecino suyo de Carmel y quien lo acusó por la sustracción de palos de golf tiempo antes del asesinato de María Marta.

También fue responsable del ataque a Marta María Areco, la madre de su mejor amigo. A ella la asaltaron el 13 de septiembre de 2003 en su departamento del barrio porteño de Recoleta. Un sospechoso encapuchado le puso una pistola en la sien mientras le exigía dinero. Luego, la encerró en el baño. “Me decía: ‘¡Vieja de mierda, te voy a matar! Dónde está la plata, la caja fuerte. Cuando venga tu hijo lo mato’”, contó la mujer.

Cámaras de seguridad registraron a Pachelo ingresando a una de las dos casas que robó en el country El Carmencito, en Hudson

Pachelo era íntimo amigo de Gastón Auge, uno de los hijos de Areco, quien dijo que el imputado le admitió su responsabilidad en el ataque a la mujer. “Vino a mi casa y me dijo: ‘El responsable del robo a tu madre fui yo’. Y me contó que había mandado a dos personas de Pilar. Me confesó que el arma era de juguete y que si le hubiera pasado algo a mi madre se entregaba”, recordó Auge.

A Pachelo lo arrestaron en mayo de 2004. La Justicia finalmente lo condenó a tres años y medio de prisión en suspenso, tras lo cual su defensa pactó una pena de un año y medio de cárcel. Recuperó la libertad en septiembre de 2006.

En los años siguientes no se le conocieron trabajos, aunque sí trascendió su afición al juego, apostando suculentas sumas de dinero en mesas de póker y casinos. Su rostro recorrió los medios en 2015, después de que lo detuvieran por participar de una banda que se dedicaba a vender drogas de diseño en fiestas electrónicas. Fue condenado en 2019 a dos años de prisión en suspenso. Para entonces ya se había formalizado, en octubre de 2017, la acusación en su contra por el asesinato de María Marta.

Pachelo era un avezado jugador
Pachelo era un avezado jugador de póker

El nombre de Pachelo sobrevoló el crimen desde un primer momento. Señalado como conflictivo, compulsivo y desafiante, en Carmel estaba en la mira de muchos. Vecinos lo apuntaban por desapariciones de computadoras y otros objetos de valor -como los palos de golf antes mencionados-, y los más chicos lo habían apodado “Voldemort”, en alusión al tétrico personaje de la saga Harry Potter, que a fines de 2001 fue furor.

La propia García Belsunce, además, sospechaba que le había robado a su perro Tom para después exigirle dinero por el rescate. Su presencia nunca pasaba desapercibida dentro del country, a tal punto que el personal de seguridad tenía la misión de realizarle un seguimiento especial, a él y a su entonces ex pareja y madre de sus tres hijos, Inés Dávalos Cornejo. Los referenciaban como “Romeo y Julieta”.

Pachelo, tras ser detenido en
Pachelo, tras ser detenido en 2018 después de robar en el country Tortugas

Los fiscales de San Isidro acusan a Pachelo de haber asesinado a la socióloga con la complicidad de los dos vigiladores para ocultar la intención principal: el robo. La hipótesis es que el ex vecino se había enterado de que la víctima tenía en su poder una caja de la asociación benéfica “Amigos del Pilar”, en la que ella era tesorera. Allí guardaba dinero, tres chequeras y la llave de una caja de seguridad.

Durante el juicio se exhibieron distintas pruebas y documentos. Entre otras cosas, se mostraron las imágenes de una cámara de seguridad del barrio privado donde se lo ve a Pachelo salir a las 18.59, es decir que estaba en el lugar al momento del homicidio: los forenses que hicieron la autopsia fijaron la data de muerte a las 18.30.

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“Para mí, el 27 de octubre de 2002 fue un día normal, fui a jugar al fútbol, fui a buscar a mi hijo”, narró el imputado recientemente y, cuando se supo que a la socióloga la habían matado y no se había tratado de un accidente, señaló: “Tuve que reconstruir mi domingo 50 días después. Sabía que a las 19.40 habíamos estado en Paseo Alcorta porque fuimos con mi mamá a comprarle el regalo a mi hijo”.

En el debate también se presentó un informe que reveló que el imputado realizó dos llamadas ese día, a las 19 y a las 19.32. Las antenas que tomaron esas comunicaciones están ubicadas en inmediaciones a Carmel. ¿A quién llamó? Primero a su madre Silvia Ryan. Si bien se desconoce el contenido del diálogo, la parte acusatoria cree que le pidió que vaya a comprar el juguete con la intención de armar su coartada. Media hora después, marcó el número de la casa de Inés Dávalos.

El expediente de la causa
El expediente de la causa por el crimen de la socióloga (Maximiliano Luna)

Entre los testigos que desfilaron y declararon frente a los jueces Federico Ecke, Osvaldo Rossi y Esteban Andrejín aparecieron las últimas personas que vieron con vida a la víctima. Son tres hombres que, por entonces, eran adolescentes. Ellos coincidieron al relatar que vieron pasar a “Voldemort” trotando en dirección a la casa de María Marta y, unos segundos después, observaron a la mujer en bicicleta, también camino hacia su vivienda.

De igual modo prestaron testimonio los antiguos mozos de una estación de servicio cercana al country. Dijeron que al día siguiente del crimen, en el amanecer del 28 de octubre del 2002, cuando todavía se creía que García Belsunse se había accidentado, Pachelo se presentó en el lugar y preguntó: “Che, ¿saben algo de la mujer que mataron?”.

Al debate, además, se sumó la pericia psiquiátrica que le habían realizado en el marco de la causa por los robos entre 2003 y 2004. La evaluación arrojó que Pachelo tenía trastornos severos de la personalidad. Por su conducta fue catalogado como “peligroso para terceros”.

Pachelo rechaza las acusaciones de
Pachelo rechaza las acusaciones de la fiscalía y la querella (Maximiliano Luna)

“En qué cabeza entra que alguien que va a robar y a matar en una casa va a buscar antes a su hijo, pudiéndolo dejar en un lugar donde estaba (por la casa de un amigo). ¿Para qué lo pasé a buscar? Lo pasé a buscar porque soy ajeno, porque no tenía nada que hacer ese 27 de octubre”, se defendió Pachelo, que también hizo hincapié en cómo lo afectó la acusación: “Nuestra vida era un infierno también, a nivel mediático y social, era insoportable. Yo también tenía hijos que llevar al colegio, nos terminamos divorciando, nos mudamos, tuve una pelea con mis hermanos y cerramos la empresa. El agobio era permanente, guardias, fotos por todos lados y no teníamos nada que ver a nivel judicial porque la familia tiraba bocadillos”.

“¿Quién mató a María Marta? No lo sé. Si supiera quién fue, sería el primero en decirlo: yo no fui”, aseguró. El lunes 31 de octubre serán los alegatos. Luego, el veredicto.

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