La escalada de violencia de Rosario no para. Entre el domingo y este miércoles hubo siete crímenes. En todos los expedientes intervino una sola fiscal, Georgina Pairola del Ministerio Público de la Acusación. Uno de ellos, por ejemplo, ocurrió en la noche de este martes, cuando una mujer tomaba mate en el patio delantero de su casa de construcción precaria y recibió dos tiros al quedar en medio de un enfrentamiento entre bandas. Así, el departamento Rosario acumula 239 homicidios dolosos en lo que va del año, según el Observatorio de Seguridad Pública, un récord de muerte.
El pasado domingo en Ayolas y Circunvalación, en el extremo sur de Rosario, fueron acribillados César Luis Pucheta (39 años) y Ramón Gregorio Benítez (37). Las víctimas estaban dentro de una casa en la que irrumpieron sicarios, según los primeros datos recolectados por los investigadores policiales. En el mismo ataque resultó herida una mujer de 41 años que recibió un tiro en la axila derecha, por lo que tuvo que ser trasladada al Hospital Provincial, donde quedó internada pero fuera de peligro.
El ataque fue atronador. En la escena del doble homicidio fueron secuestradas 18 vainas calibre 9 milímetros y siete plomos deformados, según la intervención del gabinete científico de la Agencia de Investigación Criminal.
Después del ataque trascendieron los vínculos criminales de una de las víctimas. El hermano de César es Leonardo Pucheta, que está imputado y preso desde mayo pasado por la investigación contra la organización liderada por Máximo Ariel “El Viejo” Cantero, fundador histórico de Los Monos. Otro familiar, José Damián Pucheta, cumple una condena a prisión perpetua por haber cometido un doble asesinado el 1° de enero de 2018 en Grandoli al 3600, en la zona sur. También se agrega Joel Pucheta, que recibió una pena de 6 años de prisión en diciembre de 2019 por vender droga para el clan Cantero.
El apellido Pucheta también está vinculado al mote de “Comegatos” que comenzaron a tener los rosarinos en la década del ‘90, ya que un integrante del clan apareció en televisión en 1996 asando gatos en una parrilla del Bajo Ayolas, donde fue el doble homicidio del domingo pasado.
Te puede interesar: “Vengo de matar a una amiga”, la siniestra frase del acusado de abusar y apuñalar 43 veces a una compañera de colegio
El lunes pasado por la noche ocurrió el tercer crimen de esta sangrienta seguidilla de ataques en Rosario. Mario Alejandro Martínez, de 37 años, fue asesinado en un pasillo de Carranza al 800, en la zona noroeste de Rosario. En el lugar, peritos forenses levantaron siete vainas servidas calibre 9 milímetros.
Martínez, según testimonios que fueron brindados después del homicidio, no vivía en el pasillo donde fue ejecutado, pero sí a pocas cuadras. Algunos testigos señalaron al diario La Capital que el hombre vendía droga al menudeo.
Ese mismo lunes hubo una feroz balacera en la esquina de Olivé y Polichiso, en la zona norte, en la que resultaron heridos dos hombres y una joven que estaban en la puerta de una casa. Todos fueron llevados al Hospital Centenario, y uno de ellos –Alejandro Hinojosa, de 23 años, según informó el Ministerio Público de la Acusación– murió en la mañana de este martes por un impacto que sufrió en el cráneo.
Ese asesinato, de acuerdo a los datos obtenidos por la Brigada de Homicidios de la Agencia de Investigación Criminal, cometido por dos sicarios que se bajaron de una moto, preguntaron por una mujer y luego abrieron fuego.
Este martes también murió Maximiliano Barrionuevo, quien se desplazaba en una moto sin patente por la zona sudoeste, evadió un control policial, se enfrentó a tiros con los agentes en Villa Banana –distrito oeste– y falleció tras recibir dos disparos en el tórax y uno en la pierna izquierda.
En la escena donde se produjo el enfrentamiento entre Barrionuevo y la Brigada Motorizada de la Unidad Regional II, la Agencia de Investigación Criminal secuestró 17 vainas servidas, 6 plomos deformados, una pistola Smith & Wesson calibre 9 milímetros y una moto Honda CG Titán 150 centímetros cúbicos roja sin patente.
Además, personal de la División Judiciales de la Policía incautó las armas reglamentarias de los dos agentes que intervinieron en el procedimiento para que sean peritadas.
Te puede interesar: Persecución, lluvia de balas y muerte por las calles de Rosario luego de que un sospechoso eludiera un control
La noche del último martes mostró otro pico de violencia. Josefa Estela Retamozo, de 62 años, estaba en la puerta de su casa tomando mate con su esposo, cuando recibió al menos un disparo mortal en la zona del tórax. Se presume en la investigación que los disparos fueron realizados desde un auto y estaban dirigidos a un quiosco de droga que se encuentra a pocos metros de la casa de la víctima.
El crimen de Retamozo ocurrió en Spiro y Cepeda, en Villa Manuelita, en la zona sur, a pocas cuadras del doble asesinato del domingo pasado. En la escena fueron incautadas dos vainas servidas por el gabinete criminalístico.
El último homicidio en la ciudad, al menos hasta el cierre de esta nota, tuvo lugar en la madrugada de este miércoles en pasaje Los Andes al 3200, en Villa Gobernador Gálvez, ciudad vecina a Rosario. En medio de la lluvia, Pablo Matías Olivieri, de 26 años, estaba en la calle junto a una moto Honda 110cc. blanca, cuando recibió múltiples disparos.
Entre las prendas de Olivieri se encontró una pistola calibre 45 con un cargador con dos cartuchos intactos, documentación y 29.540 pesos. Al lado del cuerpo había siete vainas servidas calibre 40, que se presume que fue el arma que utilizaron los agresores.
Seguir leyendo: