Años de un presunto infierno de violencia de género dentro de una mansión y un crimen dentro de la habitación matrimonial. Desde el lunes y durante los próximos dos días se celebra en Mercedes el juicio contra Gabriela Aracy Moreira, de 42 años. En una noche de agosto de 2019, esta ciudadana uruguaya mató de un disparo en la cara a su marido, el empresario rural Rolando Josué Nusbaum, en la habitación de la casona en la que ambos vivían, dentro del barrio privado La Ranita en Open Door, Luján.
El juicio comenzó el lunes. Durante el debate, la defensa de Moreira, representada por los abogados Pablo Becerra y Leonardo Figal, intentará demostrar que durante años, la uruguaya fue víctima de diferentes actos de violencia de género física, psicológica y hasta económica por parte de Nusbaum. Así, intentarán evitar que un jurado popular de 12 residentes de la ciudad de Luján encuentren culpable a la mujer de 42 años por el delito de homicidio agravado por el vínculo y por alevosía establecido por el fiscal Guillermo Lennard y que podría suponer una pena de cadena perpetua.
El hecho ocurrió entre la 1 y las 4 de la madrugada del 12 de agosto de 2019 en una casona dentro del barrio La Ranita, en Open Door. Dentro de la habitación de la casa que ambos compartían con los hijos del matrimonio, Joshua Nusbaum, que entonces tenía 16 años, y Anika Nusbaum, con entonces 9.
De acuerdo a la defensa, Gabriela Aracy Moreira había sido amenazada esa misma noche por su marido con la frase “a vos te queda poco”. Los abogados Figal y Becerra mantienen que ya en la habitación, la mujer tomó un arma 9 mm. que Nussbaum guardaba debajo de su almohada en cada noche y le efectuó un disparo en el rostro a su marido, quien se encontraba despierto. El proyectil ingresó por la zona del malar derecho del rostro y le provocó una grave lesión cerebral que condujo a la muerte en cuestión de pocos minutos.
Para la fiscalía, el ataque se produjo mientras el hombre se encontraba dormido y con una máscara de oxígeno puesta en su rostro.
“Esta era la típica familia nuclear que puertas adentro era un tremendo infierno. Ella era víctima de una feroz violencia de género, psicológica, física y también económica. Hasta que un día Gabriela no pudo más”, relató el abogado Pablo Becerra, en declaraciones al programa Semanario Actualidad de Moreno.
“Lamentablemente, hubo una noche en la que él la amenazó de muerte y ella tomó un arma de fuego que era de su marido y le efectuó un disparo”, agregó el letrado.
En la misma noche del crimen, Gabriela Aracy Moreira mintió en su declaración. Afirmó que habían sido asaltados por dos delincuentes, que mientras ella había bajado con uno de los ladrones a la planta baja de la casona, el otro se había quedado con el marido en la habitación y que se había escuchado el sonido de un disparo.
A los dos días, la viuda de Nusbaum fue detenida después de que saliera del baño de la Fiscalía de Mercedes. Las pericias científicas habían revelado que ella tenía restos de pólvora en las manos.
“Cuando la fiscalía de instrucción había elevado la causa a juicio como presunta encubridora, ella asumió haber cometido el hecho en contexto de violencia de género (...) Ella simuló un robo y esa es la prueba más grande de que estaba inmersa en violencia de género ya que las víctimas orientan siempre la escapatoria para otro lado cuando tienen una ley que las puede excusar”, afirmó Becerra en declaraciones a la agencia de noticias Télam.
Durante los allanamientos a la casona, se comprobó que Nussbaum era un fanático de las armas y de los cuchillos. En el domicilio encontraron al menos 20 tipos diferentes de armas blancas, municiones de escopetas y diferentes artículos de caza. De hecho, el hombre de 68 años era el dueño de un coto de caza en la provincia de La Pampa.
De acuerdo a la defensa de Aracy Moreira, la ciudadana uruguaya tenía terror a las posibles represalias de realizar una denuncia de violencia de género contra su marido. “Ella fue a la defensoría pública de Pilar a que alguien la represente. Quería tener un sistemita de un botón antipánico para que venga un móvil, pero no quería hacer una denuncia. Era la contradicción de una mujer que no quería hacer una denuncia pero sí quería que el sistema la proteja, fue muy difícil lo que vivió”.
Los letrados defensores de Aracy Moreira también aseguraron era obligada a tener sexo por su marido de manera constante y que la violencia de género se desarrolló también en el ámbito económico. “Había dos propiedades que están a nombre de la primera hija de él, de otro matrimonio. Cosa que no tuviera la oportunidad de colacionar con los hijos de ella”, afirmó Becerra.
Al momento del crimen, la pareja se encontraba en conflicto y se habían iniciado los trámites para celebrar el divorcio.
De cara al juicio que se realiza en estos días, el abogado público de la mujer acusada, Germán Camps, solicitó la participación de 9 testigos en el debate. En tanto, los abogados defensores de la mujer uruguaya también pidieron que se le tomen declaraciones a los hijos del matrimonio, que se encontraban dentro del domicilio al momento del crimen. Por estas horas se se esperaba que Joshua, el hijo mayor, declare ante el jurado popular.
Según pudo averiguar Infobae, una vez que Gabriela Aracy Moreira fue detenida, el presente de los dos hijos del matrimonio fue un calvario. Ambos quedaron bajo la tutela de la abuela materna, quien posee muy bajos recursos. Gente cercana a la familia afirmó que desde el entorno de Rolando Nusbaum no se les brindó ningún tipo de apoyo económico y que los gastos de ambos tuvieron que ser costeados todos los meses y durante los tres años por un grupo autoconvocado de padres del colegio St. Johns, al que ambos acudían.
El debate, que es dirigido por la jueza Patricia Guerrieri, del Tribunal Oral en lo Criminal Nº 1 de Mercedes, finalizará el miércoles 26. Debido a que la acusación contempla la pena de cadena perpetua, para que la fiscalía logre tal resultado se precisa una unanimidad en los votos de los 12 miembros del jurado popular. Entre 9 y 11 votos a favor de la acusación, se considerará el jurado estancado, por lo que se tendría que volver a repetir el juicio. En caso de que haya 8 o menos votos a favor de una sentencia condenatoria, la Justicia deberá declarar la absolución.
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