Pachelo habló antes de los alegatos por el crimen de María Marta: “No la maté, no le robé ni actué de campana”

Luego de la inspección ocular en el country Carmel en horas de la mañana, la jornada 36 del juicio por el crimen de María Marta García Belsunce se reanudó está tarde en los tribunales de San Isidro con la presentación de escuchas y diversos videos sobre el caso, con la lectura de mails y escritos, y con la declaración de la última testigo propuesta por la defensa.

Tras ello, sobre el cierre de la etapa de incorporación de pruebas, Nicolás Pachelo pidió la palabra. En primer lugar, el imputado se centró en “terminar con el mito” de que el día del homicidio evitó registrar su salida del barrio privado con la tarjeta.

Esa versión surgió a raíz del relato de uno de los ex vigiladores de la empresa Cazadores que se ocupaba de la seguridad de Carmel. Diego Rivero declaró la semana pasada que otro de los acusados en la causa, José Ortiz, le había comentado que Pachelo “la hizo bien” porque se había retirado del country “sin pasar la tarjeta”. De ese modo, no quedaba registrada la salida, que igualmente se grababa por cámaras de seguridad. “Pero creo que las filmaciones duraban 30 días y se borraban”, señaló el testigo.

En ese contexto, Pachelo dijo que después del crimen fue advertido de que las sospechas recaían sobre él y que a raíz de eso le pidió al ex gerente del country, Julio Terán, revisar los libros donde se anotaban los ingresos y egresos: “Mi último movimiento que se había registrado en la entrada fue a las 17.37. Pero salí dos veces más después de esa hora. No modularon cuando salí y tampoco cuando salió mi mujer (por entonces, Inés Dávalos). Ahí empecé a sospechar y entonces yo fui quien le dijo a la Policía que se fijarán los registros porque estaban mal”.

El principal acusado ajustó sus comentarios finales antes de los alegatos —que serán el 31 de octubre— con un resaltador rosa en unos papeles que fue soltando de a uno al brindar su declaración. A continuación, se refirió al informe que presentó el comisario inspector Cristian Blanco, especializado en análisis de comunicaciones, hoy Jefe de Gabinete de Delitos Tecnológicos de la DDI de San Isidro, quien contó que el software VAIC registró una serie de llamadas desde el teléfono de Pachelo con varias inmobiliarias el día después del asesinato.

En el juicio se planteó la hipótesis de que el imputado habría intentado vender su vivienda inmediatamente después del homicidio. Pero Pachelo aseguró que “ya venía hablando con varias inmobiliarias” desde antes. En esa línea, repasó las comunicaciones del VAIC entre los días 21 y 25 de octubre, en la semana previa al hecho, que daban prueba de ello. “Ese informe es malicioso”, consideró el acusado sobre lo presentado por el comisario.

El fiscal Patricio Ferrari posteriormente aclaró más tarde que lo que había remarcado Blanco era que el día siguiente al crimen, Pachelo llamó a cinco agentes inmobiliarios con los que no se había comunicado previamente.

Luego de un cruce con la fiscalía, el imputado respondió una pregunta de su defensor Marcelo Rodríguez Jordán: “¿Usted la mató?”. Pachelo respondió sin vueltas: “No la maté, no le robé, ni actué de campana, nada. Estoy totalmente ajeno al hecho, ni la odiaba ni nada de eso”.

Y se explayó: “Esto de que fui a robar a lo de María Marta no tiene sentido alguno. Si yo estaba yendo a robar, ¿para qué iba a ir corriendo? No hay necesidad. Corrí porque fui a buscar el auto para ir a buscar a mi hijo”. En esa línea, dijo que el horario tampoco era el apropiado para hacerlo. “El peor momento para ir a robar es cuando termina el partido. Mejor es durante el partido. Y me voy por el camino más corto, no por el más largo: ¿por qué voy a ir por el lugar donde me pueden ver más vecinos?”, señaló.

“Lo último: entré 17.37 a Carmel, ¿cómo voy a robar a las 18.15 si no tengo idea si había alguien en la casa, pudiendo robar la casa en cualquier otro momento y haciendo inteligencia previa de cuatro o cinco horas? No, yo no hago eso, no soy así de lanzado”, agregó y aseguró, por otro lado, que “nunca hubo una pelea” con la víctima.

En otro pasaje, Pachelo dijo atravesar un momento de “paranoia” y sentirse perseguido una vez que se conoció que a García Belsunce la habían matado, a tal punto de que le preocupaba que alguien le sacará un pelo de su casa para luego plantarlo en la escena del crimen.

Luego, al negarse a responder preguntas de la parte acusatoria, se cruzó con el fiscal Patricio Ferrari: “Usted es un denunciador serial”, le dijo. “Contestó el 20 por ciento de las preguntas”, le devolvió el funcionario judicial.

Antes del cierre, Ortiz también quiso hablar y se declaró “totalmente inocente”. “Soy ajeno a esto que se me acusa, no tengo nada que ver. Yo ese día hice mí trabajo perfecto y hoy duermo todas las noches tranquilo”.

En coincidencia con Norberto Glennon, el tercer imputado, resaltó que “siempre” estuvieron a derecho de la Justicia.

Vale recordar que Pachelo regresó hoy luego de casi 20 años al country Carmel de Pilar, donde vivía, para participar de la inspección ocular que los jueces a cargo del debate realizarán en la antigua casa de la víctima. El asesinato se cometió allí mismo el 27 de octubre de 2002.

Pachelo llegó al barrio cerrado cerca de las 10:15 a bordo de un móvil de la División Operaciones Especiales del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB), que lo trasladó custodiado por efectivos de esa fuerza desde la Unidad Penal 9 de La Plata, adonde se encuentra detenido.

Detrás de él llegó el fiscal Andrés Quintana y el viudo Carlos Carrascosa, mientras se aguardaba el arribo de los otros fiscales, Federico González y Patricio Ferrari, de los abogados de las partes y de los integrantes del Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 4 de San Isidro, Federico Ecke, Osvaldo Rossi y Esteban Andrejin. Poco después se inició la inspección, que concluyó a las 12:30.

28 personas participaron de la recorrida entre jueces, fiscales, abogados, periodistas de diversos medios como Infobae y personal de seguridad. Carrascosa ya esperaba en el lugar cuando llegó la comitiva, sentado en su ex casa.

En la recorrida, Pachelo tomó la iniciativa y habló con los jueces, mucho más que sus defensores. “Entrar a Carmel es lo más fácil del mundo”, dijo Pachelo mientras les mostraba a los magistrados un cercado que da hacia la parte trasera de la casa de María Marta.

Así, mientras los funcionarios reconstruyeron el derrotero del día del crimen, el principal acusado cuestionó el relato de los jóvenes que aseguraron verlo trotando en dirección a la casa de la víctima. Tras la recorrida, fue trasladado de vuelta a los tribunales de San Isidro, donde enfrentó una nueva audiencia.

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