El doble crimen de los hermanos Marcelo (56) y Mónica Grosso (63) comienza a tomar ribetes sumamente misteriosos a medida que pasan las horas. Los cuerpos fueron encontrados el miércoles por la tarde por la Policía de la Ciudad en el interior de un departamento que pertenece a un complejo de edificio en Villa Pueyrredón. Los oficiales llegaron allí por el llamado de un vecino que sentía olores nauseabundos. Cuando los agentes ingresaron, se toparon con la escena de un doble homicidio cometido con saña: los cadáveres estaban golpeados, cortados con cuchillos y con signos de asfixia.
Los investigadores creen que los cadáveres llevaban, al menos, una semana en el lugar.
Según fuentes consultadas por Infobae, en ese departamento vivía solo Marcelo, ex motorman de subte con licencia, aunque era visitado asiduamente por su hermana: ella lo ayudaba con los quehaceres diarios.
“Ese departamento lo tenían hacía 30 años. Primero vivieron ellos dos con sus padres, Juan Carlos y Blanca. La primera en irse, hace muchos años, fue Mónica cuando se casó y se mudó a Moreno, donde vivía. Después, murieron el papá y la mamá y Marcelo se quedó viviendo ahí solo”, contó una amiga íntima de una de las víctimas, entre llantos.
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El trabajo pericial realizado este miércoles en el departamento, y que duró hasta altas horas de la madrugada, empezó a arrojar datos importantes al expediente. Lo primero que anotaron los peritos en sus cuadernos fue que los cadáveres estaban en ambientes diferentes. Mónica yacía sobre el piso de la cocina, muy cerca de la puerta de ingreso; mientras que su hermano estaba en su habitación, al costado de la cama. Un dato que llamó la atención: las aberturas no estaban forzadas, pero la puerta principal estaba entreabierta.
En la casa había faltantes. No estaban los celulares ni la cartera de la mujer, sin embargo, sí encontraron una notebook. “Si bien es cierto que los atacantes se llevaron cosas, no creemos que se trate de un robo común”, dice una fuente de la investigación.
La fiscal del caso María Capanegra ordenó las autopsias a los cuerpos de los hermanos. El resultado que arrojen ambas será determinante. Sin embargo, los médicos que analizaron los cadáveres ya dieron algunas aproximaciones en base a lo que vieron en el lugar. La saña para con los hermanos fue brutal.
Mónica Grosso tenía golpes en distintas partes de su cuerpo, especialmente en la boca. Además, tenía cortes en su rostro producidos, probablemente, con un cuchillo. Además, en su boca tenía un trapo de cocina y su cara estaba cubierta con su propia remera. Por su parte, Marcelo Grosso también tenía lesiones compartibles con golpes en su cuerpo. Pero, lo que se notaba a simple vista, eran puntazos.
Hasta el momento, la justicia no logró recuperar cámaras de seguridad que permitan saber quién o quiénes ingresaron a al departamento. No hay, por el momento, ningún domo municipal que arroje alguna imagen contundente. Por eso, los investigadores se centran ahora en las víctimas, para saber si tenían algún tipo de enemigo o problema reciente con alguien.
En ese sentido, Infobae se comunicó con otra amiga de la víctima que deslizó un dato que ya está en conocimiento de los investigadores. Marcelo Grosso estaba en proceso de desalojar a una familia que estaba viviendo en una casa suya en la localidad de Moreno. Se trata de una propiedad frente a la Escuela N°40, que el motorman había comprado hacía varios años.
“Ese domicilio se lo había prestado, hace ya un par de años, a la familia del hijo de la segunda mujer de su padre. Ellos se instalaron en el lugar y nunca le dieron ni un peso, ni siquiera pagaron los servicios. Marcelo se había cansado y quería desalojarlos”, reveló la amiga.
Sin bien no hay ningún tipo de prueba que conecte esa situación con el doble homicidio, el dato es, por ahora, lo único que tiene la fiscalía en cuanto un posible conflicto.
La preocupación de las amigas de Mónica había comenzado 24 horas antes del hallazgo de los cuerpos. Es más, una de ellas realizó un posteo el martes pasado en el que suplicaba: “Necesito comunicarme con Monica Grosso por favor cualquier información es importante”.
Mientras la fiscal Capanegra aguarda a que el informe de la autopsia llegue a su escritorio, se avanza con respecto a distintos testimonios. Por el momento, aquellos que declararon son vecinos. En especial, dos hombres que fueron los que avisaron a la policía de los olores desagradables que emanaban del lugar.
En el domicilio también se levantaron huellas que, de no ser de las víctimas, podrían ser fundamentales para determinar quién entró y asesinó a los dos hermanos.
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