El crimen de Joaquín Fernando Pérez sigue impune y continúa la búsqueda de los asesinos. Al arquitecto de 34 años lo atacaron a balazos dos motochorros para robarle el auto en la ciudad de Rosario. Este jueves se cumplirá un año de la tragedia y en la Justicia reina el desconcierto: “No tengo forma de ponerle nombre y apellido a las dos personas que cometieron el homicidio”, dijo el fiscal de la causa.
En ese marco, el Ministerio Público de la Acusación (MPA) volvió a difundir un video clave, con el objetivo de identificar a los delincuentes. En paralelo, recordó que permanece vigente la recompensa de 1 millón de pesos para aquellas personas que puedan aportar datos sobre lo sucedido.
Por su parte, la viuda de Pérez, Indiana, reclamó que la causa, si bien se movió, “está en cero”. “Estamos como el día uno. No hay ni siquiera un nombre ni eso. Absolutamente, nada”, lamentó la mujer en diálogo con medios locales. El fiscal Adrián Spelta, que está a cargo de la investigación, compartió el sentimiento: “Tengo la misma decepción cuando no podemos identificar a los autores, como nos está pasando en esta causa, porque es nuestra labor, proveer esos nombres”.
Todo comenzó cerca de las 22.50 de aquel martes 19 de octubre de 2022. De acuerdo con los investigadores del caso, Pérez estaba a punto de guardar su Renault Clío en una cochera ubicada en el Pasaje Muñiz al 1.200, a la vuelta de su domicilio, en el barrio de Arroyito. En ese momento, la víctima fue interceptada por los dos asaltantes que, a punta de pistola, lo obligaron a descender y lo balearon.
Mientras que los delincuentes huyeron con el auto; la víctima, que recibió tres disparos: dos en el tórax y uno en la ingle, intentó llegar a su casa para pedir auxilio, según muestran las imágenes de las cámaras de seguridad. Pérez, que era padre de una niña que hoy tiene 3 años, se desvaneció delante de su vivienda. Fue trasladado de urgencia en una ambulancia al Hospital de Emergencias Clemente Álvarez, donde llegó en estado crítico. Murió a las 00.20, menos de dos horas después del ataque.
Poco después del ataque, la policía encontró el Renault Clío abandonado en la intersección de las calles Fynn y Olive, a unas siete cuadras del lugar del asesinato. El auto presentaba los vidrios del lado del conductor estallados, las llaves del dueño en el piso y en su interior fue hallada una pistola calibre .40.
Spelta señaló que los motochorros “no dejaron rastros” para su identificación. No se encontraron huellas dactilares en el arma, pese a los esfuerzos de tres fuerzas distintas: Policía provincial, Policía Federal y Policía de Chaco, “la que tiene una técnica distinta de levantamiento de huellas”, acotó el fiscal en declaraciones a Radio La Ocho. Y aclaró: “No hubo impericia porque hemos obtenido la evidencia, pero no tenemos ADN de los autores, y no lo tenemos porque no lo hay”.
El crimen provocó conmoción en la población local y generó marchas multitudinarias en las que al pedido de justicia se sumaron los reclamos por la falta de seguridad en la zona y los asesinatos que se registran a diario en distintos puntos de la ciudad.
En una de las movilizaciones, una vecina del barrio dijo a la prensa que Pérez “era un chico ejemplar, buena persona, trabajador” y contó sobre la noche del homicidio: “Vi cómo se desangró en la puerta de su casa, fue desgarrador. Lamentablemente, ahora es un número más”.
SEGUIR LEYENDO: