La hipótesis de los investigadores es que, luego del femicidio de Laura Raquel Sanoner (51), ocurrido en su departamento en el barrio de Belgrano, el asesino le robó una importante suma de dinero en dólares y en pesos. El sospechoso del crimen es Diego Martín Arener, ex convicto y ex pareja de la víctima, y la teoría es que usó el botín para comprarse un Volkswagen Vento por USD 16.200 y una moto de alta cilindrada por la que pagó $990.000 en efectivo, pero que también quiso embarcarse en un nuevo negocio.
Según indicaron fuentes del caso a Infobae, entre sus vecinos del barrio Ejército de los Andes, conocido como “Fuerte Apache”, de Ciudadela; lo primero que habría hecho Arener con la plata robada fue alardear y a decir que podía prestar dinero a cambio de un interés. Así, el sospechoso intentó transformarse en prestamista. Sin embargo, el nuevo oficio le duró poco.
Arener fue detenido el 29 de septiembre pasado, en las inmediaciones del barrio, como el principal sospechoso del femicidio de Laura. Esta martes por la mañana, la Justicia lo procesó con prisión preventiva y lo embargó por 15 millones de pesos. En ese contexto, también fue procesada la actual pareja, identificada como Pamela G., por el delito de encubrimiento. La mujer no quedó detenida, pero sí fue embargada por $ 6 millones.
El femicidio de Laura se descubrió el 19 de septiembre pasado, cuando su padre, de 84 años, llamó al 911 para alertar sobre una situación que le preocupaba: hacía varias semanas que no tenía indicios de su hija. Agentes de la Policía de la Ciudad de Buenos Aires ingresaron junto al hombre y un cerrajero al departamento de la mujer, ubicado en el 8° piso de un edificio de 11 de Septiembre 1.888, en el barrio porteño de Belgrano. Así confirmaron lo peor: Laura estaba muerta en la bañera, maniatada, envuelta con una sábana y con una media en la boca. También tenía cortes en la cara. La habían asesinado.
La investigación quedó en manos del Juzgado en lo Criminal y Correccional N°13, subrogado por el juez Gustavo Pierreti, y la Fiscalía descentralizada de Núñez-Saavedra, a cargo de José María Campagnoli.
Una vez en la escena del crimen, las pruebas en contra de Arener fueron contundentes. La Policía Científica estableció que eran suyas cinco de las siete huellas de “reciente data” encontradas en un perfume dentro de una lata metálica en la habitación con baño en suite de la víctima. También había rastros suyos en un vaso que estaba sobre una mesa ratona en el living.
Es que Arener es un viejo conocido de la Justicia. Oriundo de Santa Fe, sin ningún empleo en blanco en sus registros, fue sospechoso desde el principio. Había conocido a Laura hace varios años, cuando cumplía condena a 20 años de prisión por el crimen de un remisero durante un robo en su provincia.
En una de sus salidas transitorias, en 2013 decidió mudarse a Buenos Aires y conoció a Laura mientras estaba prófugo de la Justicia. La relación no había terminado bien y el 23 de octubre de 2016 ella lo denunció por haberle robado 40 mil dólares, 50 mil pesos, alhajas y teléfonos celulares.
En ese momento, Arener, que hubiese quedado en libertad en agosto de 2018, debería haber estado preso, ya que nunca había regresado a la cárcel. Luego de la denuncia de su ex, fue recapturado y volvió a fugarse en el año 2021. Estaba prófugo también desde ese momento.
De esta manera, cuando las huellas de Arener quedaron en evidencia, sumado a sus antecedentes, los investigadores comenzaron a seguirle el rastro. Lo primero que descubrieron fue que a fines de agosto pasado había comprado un Volkswagen Vento y luego una moto. El auto estaba a nombre de su actual pareja.
Con esos datos, aún restaba un dato clave: la fecha de muerte. Por el olor nauseabundo que había en la casa estaba claro que no era una muerte reciente. La autopsia lo confirmó: la habían asfixiado unos 34 días antes de que hallaran su cuerpo: o sea, desde el 16 de agosto.
Así, las compras del sospechoso concordaban con la fecha del femicidio. Además, los investigadores sospechan que Arener torturó con un cuchillo a la mujer para que le diera la clave de una caja fuerte del departamento, que estaba vacía a pesar de que el padre de la víctima le había regalado recientemente 8 mil dólares.
De esta forma, los investigadores fueron tras Arener y lo detuvieron. También a su novia. Ambos se negaron a declarar. Ahora, fue procesado por la Justicia por el delito de homicidio triplemente agravado por el vínculo, por haber sido cometido criminis causae y mediante violencia de género.
SEGUIR LEYENDO