Antes de ser desarrollador inmobiliario, Martín Pines se presentaba en sociedad como periodista. La profesión lo llevó a rodearse de figuras del cine, la TV y el modelaje. Esas relaciones le permitieron entablar varios negocios con famosos cuando finalmente cambió los sets de grabación por los ladrillos y fundó su desarrolladora, el Grupo Hausland.
Pero con muchas de esas estrellas las cosas no terminaron bien. El caso más conocido es el del actor Diego Peretti, quien contó en diversas entrevistas la estafa que sufrió de parte de Pines.
“Tengo una gran angustia hace mucho tiempo por estar envuelto en algo muy injusto. Se trata de un desarrollador inmobiliario que se llama Martín Pines y que fue citado a indagatoria gracias a Dios. Pines me vendió dos unidades funcionales a precio cerrado sin tener la autoridad para hacer semejante operación. Él se va del fideicomiso y me deja a mí con una deuda millonaria que estoy pagando”, contó en junio de este año uno de los históricos intérpretes de “Los Simuladores”.
No es el único que la está pasando mal por las mentiras de Pines. El empresario Leandro Rud y el productor Damián Bacman también aparecen en la nómina de sus víctimas.
Infobae reveló ayer la montaña de causas judiciales que enfrenta el empresario. En los últimos tres años, fue acusado en el fuero penal en más de 20 expedientes con más de 30 víctimas constituidas como querellantes en su contra, principalmente por el delito de estafa. Muchos de esos expedientes fueron agrupados en el Juzgado N°12, a cargo de la magistrada Elizabeth Paisán, en una causa general que investiga engaños en tres de desarrollos inmobiliarios.
Básicamente a Pines lo acusan de vender propiedades y no entregarlas, aunque cada caso tiene sus propias particularidades. En algunos proyectos, se caía el financiamiento y nunca los terminaba. En otros, directamente comercializaba inmuebles sobre los que no tenía ninguna potestad. También hay casos en los que cobró los adelantos y nunca los volcó ni registró en el fideicomiso correspondiente. En redes sociales, hablan irónicamente de su caso como el “Generación Zoe del sector inmobiliario” en alusión a Leonardo Cositorto y su esquema de estafas ponzi.
Una famosa periodista que confió en Pines contó su experiencia a este medio. Lo contactó y pactó la compra de un departamento en Chacarita que se entregó en tiempo y forma. Los problemas empezaron cuando se lo recomendó a su padre, que con el dinero de una herencia quiso comprar propiedades para regalarles a sus hijos. Falleció sin poder concretar su sueño.
“A mí me cumplió, sabíamos que él había estado detrás de la obra gigante que se realizó en Jorge Newbery, donde estaba la histórica Cantina de David, y en otro emprendimiento muy importante de Barrio Norte. También comercializó todos los departamentos de La Musa Stars, entonces confiamos en él y le adelantamos el total del dinero a cambio de una rebaja en el precio”, recuerda la profesional.
A partir de ese entonces, comenzaron los desplantes. “Primero nos llamó 20 veces para cambiar los papeles, hubo una modificación de sociedad en el medio y empezó a vender metros que no tenía; le ofrecía el mismo departamento a varias personas pensando que en un futuro iba a poder resolverlo tapando agujeros, pero en un momento se ve que se quedó sin fondos y la manta corta no le alcanzó”, reveló.
En 2018, un prestigioso medio entrevistó a Pines y tituló: “Quién es el desarrollador que se quedó con la manzana más deseada de Colegiales”. La frase aludía a un terreno ubicado en Concepción Arenal y Zapiola donde se prometía la construcción de una torre de lujo. Peretti y la periodista consultada para esta nota habían confiado en ese proyecto, pero nunca les entregaron las unidades que habían comprado. Hay otros famosos involucrados que por ahora prefieren resguardar sus nombres porque aspiran a lograr un acuerdo en la Justicia.
“El tipo era un seductor. Nunca te dejaba de contestar. Vos te reunías con él y le creías. Una vez le dije que no tenía plata para pagar las expensas y me las terminó pagando él. Pero con el tiempo te das cuenta que es un psicópata, un impostor”, relata una de sus víctimas que recuerda que durante la pandemia llegó a enviarle certificados de COVID19 positivos -presuntamente truchos- para no dar la cara. En otras ocasiones mandó fotos desde una supuesta internación.
Una maniobra habitual de Pines era citar a sus clientes en la puerta de un banco. Llegaba tarde a propósito, después de las 15, y reclamaba para que lo dejaran entrar cuando sabía que eso era imposible. Así simulaba frente a sus acreedores que tenía el dinero para cumplir con sus obligaciones pero no podía acceder a él porque la atención al público ya había terminado.
Una de las víctimas se enteró la semana pasada que Pines sigue ofreciendo metros cuadrados en el edificio de Concepción Arenal desde la clandestinidad. Esa obra quedó bajo la órbita de Gabriel Lubelski, quien junto a sus socios pusieron todos los números en orden y trabajan para terminar el proyecto y cumplirles a todos los que habían apostado sus ahorros. No es para nada fácil porque en el medio Pines se quedó con el dinero de muchas personas que exigen propiedades sobre las cuales no hay registros oficiales. “Conbaires -la anterior fiduciaria- tomó fondos de terceros y no los declaró en el fideicomiso. Entre los afectados está Peretti, quien sostiene que pagó todo el departamento y eso no estaba declarado”, explican fuentes del mercado.
Lubelski, a través de Avalon Consulting Group, se comprometió con el actor a ayudarlo a que acceda a sus unidades. En el medio queda una diferencia por saldar que ahora Peretti le está exigiendo a Pines para que se haga cargo.
Avalon Consulting es uno de los denunciantes de Pines, donde aparecen otros nombres de familias que dicen haber ingresado al fideicomiso con grandes sumas de dinero, pero legalmente no aparecen en ningún registro.
Hoy, Pines se encuentra prófugo de la Justicia. La Sala IV de la Cámara Criminal y Correccional presidida por el juez Hernán López, decidió procesarlo en julio de este año. Se determinó arrestarlo luego de que incumplió presentarse ante la Justicia como marcaba el procesamiento. Para excusarse, envió un certificado médico trucho, igual que lo hacía con sus clientes, tal como consta en documentos judiciales.
La Justicia y las familias estafadas saben que Pines se encuentra escondido en Israel. Recaló allí luego de ubicar a parte de su familia en Punta del Este, Uruguay.