Marta Beatriz More no se movía como una viuda negra más. Tenía trucos sucios, artimañas adquiridas con la experiencia y, sobre todo, mucha paciencia. A algunas de sus víctimas les habló durante meses hasta generar un encuentro cara a cara. Buscaba el momento preciso. En otros casos, tuvo relaciones sexuales varias veces antes de concretar su único fin: el robo. Los botines que conseguía en sus excursiones por los distintos departamentos de sus presas, casi todos en zona Norte de la Ciudad de Buenos Aires, eran disímiles. En algunas oportunidades, se llevaba unos miles de pesos, pero en otras, el botín era sumamente jugoso.
Según quedó expresado en el procesamiento contra Marta, al que pudo acceder Infobae, convenció a una de sus víctimas de comprar a medias un auto para luego estafarlo, a otra le sacó USD 30 mil que guardaba en su domicilio y a uno de los últimos en caer en su trampa le robó 84 mil dólares, anillos de oro y relojes de alto valor.
Algunos de sus robos, siempre actuando sola y bajo la modalidad de viuda negra, quedaron grabados en cámaras de seguridad, vitales para que la Justicia la procesara y la detuviera en las últimas horas. El arresto ocurrió durante un operativo en la casa de San Fernando de la sospechosa. Fue ordenado por la fiscal Karina Krekun y ejecutado por la Policía de la Ciudad. Este medio accedió a gran parte de ese material.
En ese contexto, uno de los últimos ataques de Marta se produjo a principios de este año. En enero, un hombre identificado como M.H.B, ingresó al sitio ‘zona citas’ y comenzó a charla con una mujer que se identificaba como ‘acuario26′. Según el relato de la víctima, conversaron durante más de dos meses hasta que concretaron una cita en un restaurante: “El domingo 6 de marzo, a las 20, nos encontramos en el restaurante Tucson, que queda en el hipódromo de Palermo. Allí ella me dijo que se llamaba Ana María Olivares”.
Para corroborar los dichos de la víctima, la División de Investigaciones Comunales 10 de la Policía de la Ciudad se presentó en el restaurante porteño para solicitar las cámaras de seguridad. En las imágenes se ve, efectivamente, que Marta está aguardando en la recepción del lugar cuando, minutos después de las 20, llega la víctima. Se saludan y van hacia una de las mesas.
La víctima continuó relatando la secuencia: “Cerca de las 23 terminamos de cenar y ella se ofreció a pagar con una tarjeta llamada Fun del hipódromo la suma de 4 mil pesos. Luego, nos fuimos juntos del lugar y estuvimos paseando por la Costanera hasta que la llevé a su domicilio en la calle Julián Álvarez. Me dijo que vivía ahí con su hermana. Llegamos, se bajó y yo me fui sin ver si entraba o no. Sólo recuerdo que el edificio estaba al lado de una comisaría”.
Probablemente, este es el momento en que la viuda negra desplegó uno de sus incontables trucos para convencer a la víctima de llevarla a su departamento. Lo relató el propio damnificado: “Yo estaba volviendo a mi casa, que queda en el barrio de Floresta, cuando recibo un llamado de ella. Me decía que quería pasar la noche conmigo. Le dije que se acercara a mi casa y nos encontramos en la esquina de Juan B. Justo y Segurola. Ella llegó en taxi y tenía dos botellas de champán y un pote de helado”.
El plan estaba en marcha. En las cámaras de seguridad que recuperó la Justicia del edificio donde vive la víctima, se pudo observar que a las 23.56 ingresaron los dos juntos y subieron las escaleras.
En el interior del domicilio, comenzaba un juego de seducción por parte de Marta que pronto terminaría en un robo. “Bebimos una copa de champán y tomamos el helado que había traído. Nos dimos unos besos. Luego ella preparó unas tazas de café. En determinado momento voy a la cocina a buscar azúcar y es ahí donde pierdo el conocimiento. Me desperté al día siguiente en el piso del living, mientras escuchaba los gritos de mi ex pareja que me llamaba desde la calle”.
Las cámaras de seguridad del edificio, que acompañan esta nota, muestran que la mujer se retiró del lugar a las 4.26 ya del lunes 7 de marzo. Llevaba una mochila oscura de gran porte y varios juegos de llaves en sus manos.
Una vez que M.H.B recobró la conciencia, con ayuda de su ex que había ido a visitarlo, realizó el recuento de lo que le faltaba: 20 mil dólares, un reloj de oro con una malla ancha (5 centímetros), un anillo de oro tipo sello con sus iniciales y un par de alianzas de oro grabadas.
Este robo por parte de la viuda negra fue uno de los últimos que cometió. Es que cuando la víctima realizó la denuncia, comenzó una investigación por parte de la Justicia de la Ciudad de Buenos Aires. Y los investigadores encontraron un error de la mujer. Un descuido que la hizo caer.
En un informe realizado por el Hipódromo de Palermo se detalló que aquella noche del 6 de marzo, minutos antes de que llegara la víctima al restaurante Tucson, Marta se acercó a la caja del sector casino y “realizó una extracción de dinero, emitiendo el cajero un voucher por el valor pagado con la tarjeta bancaria”, según se lee en el documento de procesamiento.
Con esa información de la tarjeta bancaria se determinó que la titular era Marta Beatriz More. También se comprobó que la tarjeta Fun con la que pagó la cena estaba a su nombre e identificada con el número “12345665031719171993″.
A partir de ello, se determinó que su domicilio real era en la calle Urcola, en San Fernando, donde vive con su marido. La División Robos y Hurtos de la Policía de la Ciudad realizó un allanamiento: se encontraron todo tipo de joyas de oro, dinero en efectivo, juegos de llaves de otros domicilios y muchos teléfonos celulares.
Con esta información, la fiscal Krekun empezó a tirar del hilo y encontró, al menos, 10 víctimas más. Entre ellos, se destacan dos que fueron seriamente estafados y robados en sumas muy abultadas de dinero.
En junio de 2018, un hombre identificado como A.P, ingresó al sitio web ‘zona citas’ donde conoció a Marta More, aunque en esa oportunidad usó otro de sus interminables alias. En este caso era “Graciela”. Nuevamentem la mujer utilizó la táctica convincente de la paciencia. Recién pactó un encuentro con la víctima el 27 de agosto. Se vieron a las 14, en la intersección de Callao y Corrientes. Luego de compartir un café se dirigieron al departamento del hombre, ubicado sobre la calle Bartolomé Mitre.
Allí tuvieron sexo y pasaron la noche juntos. A la mañana siguiente, de alguna manera casi inexplicable, la imputada “convenció a la víctima de comprar a medias un vehículo de un conocido de ella”, dice el documento de procesamiento. A las 10.05 fueron juntos a la sucursal del Banco Provincia de la calle San Martín 137 y extrajeron 50 mil pesos de la cuenta de A.P.. Luego, regresaron al departamento del damnificado.
Una vez en la casa de A.P., la mujer se ofreció a realizarle curaciones al hombre por una dolencia que tenía en su pie. Al mismo tiempo le dio una pastilla para calmar el dolor. Era un somnífero. Al poco tiempo la víctima se quedó dormida y despertó 36 horas después.
Marta le robó los 50 mil pesos que había sacado para la compra a medias del supuesto auto, 450 dólares que tenía ahorrados, una computadora y una tarjeta de débito. Con ese plástico, ese mismo día realizó tres extracciones por un total de 10 mil pesos.
Vale aclarar que todos los montos están expresados con los valores de hace seis años, cuando el dinero en pesos tenía un valor superior al actual.
Pero el robo con el botín más oneroso de esta viuda negra se daría entre el 29 y 30 de octubre del 2019. En esa ocasión, J.J.S. habló a través del mismo sitio web de siempre (‘zona citas’) con una mujer que se hizo llamar “Mari”, en realidad se trataba de Marta More. En esa oportunidad, el procedimiento de la viuda negra fue más rudimentario. Se presentó en el domicilio de la víctima, ubicado en la calle Marcelo T. de Alvear, y le dijo que, si no estaba ocupado, quería subir. El hombre accedió.
A las pocas horas, J.J.S. estaría dormido en su cama luego de haber injerido algún tipo de droga que le dio Marta. Se despertó varias horas después y constató lo que le habían robado: varias cadenas de oro, un anillo de platino, un reloj de bolsillo antiguo de oro y 84 mil dólares que tenía en una caja fuerte fue el botín más preciado para la viuda negra.
Ahora, la sospechosa fue detenida por la Policía de la Ciudad y, en pocas horas, será indagada por todos sus robos.
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