No declaró cuando fue indagado, pero este martes, en la 31ª audiencia del juicio por el crimen de María Marta García Belsunce, el ex vigilador del country Carmel José Ortiz (45) pidió hablar como acto de defensa. Era la primera vez que se lo escuchaba. “Yo hice mi trabajo, me arruinaron con esto”, dijo el acusado junto a Nicolás Pachelo y a su colega Norberto Glennon por el asesinato de la socióloga ocurrido hace casi dos décadas.
Antes de que comenzara de lleno con su defensa, Ortiz contó ante el Tribunal Oral Criminal N°4 de San Isidro que lo juzga que tiene cinco hijos, dos nietos y que se dedica a hacer changas como pintor, gasista y trabajos de albañilería y riego en parques desde que quedó desempleado tras ser imputado en la causa.
En lo que va del debate no se ha presentado prueba en su contra que lo vincule al crimen de María Marta. Sí quien atendía la proveeduría del Carmel por 2002, que fue uno de los testigos que pasó por la sala de audiencias a lo largo del juicio, lo vinculó con robos en su local. Ortiz recogió ese guante este martes. Y se sinceró que a ese lugar entró a “sacar unas galletitas, porque realmente estaba cagado de hambre y pagaban una miseria” en la empresa Cazadores, que le brindaba seguridad al barrio.
Luego, ofreció “disculpas” por haber robado en la proveeduría, incluso ante los jueces, y soltó: “Quizá por algo de eso estoy acá”.
Según la acusación original, Ortiz y Glennon estaban sospechados de haber sido cómplices de Pachelo en el marco de un robo en la casa de la víctima que concluyó en el crimen de María Marta. Esa teoría, al menos en cuanto a los ex vigiladores, se fue diluyendo con el correr de las audiencias en este juicio.
Ortiz fue el vigilador que el 27 de octubre de 2002 fue a golpear a la casa de María Marta porque estaba la masajista en la guardia del barrio y la dueña de casa no respondía. “Llegué, toqué timbre, golpeé la puerta y escuchaba que sonaba el teléfono. En eso, llegó el señor (Carlos) Carrascosa, le conté que estaba la masajista y me dijo que la haga pasar. Yo avisé y seguí mi ronda”, recordó.
Fue en ese contexto, que Ortiz relató que continuó con su recorrido y escuchó que pedían la segunda ambulancia para la casa de Carrascosa. Por eso, decidió volver a la casa de María Marta y se paró frente a la propiedad. “Me quedé ahí y empezó a llegar gente de todos lados, caminando y en autos. Y, entonces, salió Michael Taylor y le pregunté cómo estaba la señora: ‘Falleció mi madrina’”, sostuvo.
Fue el juez Esteban Andrejín el que le preguntó por qué consideraba que había sido imputado: “La verdad, no sé. Yo hice mi trabajo, pero todo esto me arruinó, perdí mi trabajo, tenía una vida, como cualquier trabajador; me hice pintor a la fuerza. Vivo el día a día”.
Y reveló que cuando se estrenó la serie ‘Carmel’, en 2020 en una plataforma de streaming, diez días antes lo echaron del trabajo que tenía, donde llevaba una década de antigüedad. “Me dijeron que habían perdido la confianza en mí. Me echaron y les inicié la demanda porque no es causa de despido la desconfianza tras 10 años en la empresa. Hoy vivo día a día, sigo para adelante; es lamentable, pero hay que seguir”, explicó.
En ese contexto, Ortiz recordó que durante su paso por Carmel le había tocado ser la ‘sombra de Romeo y Julieta’: así le decían al guardia que seguía a Pachelo y a su mujer de aquel entonces, Inés Dávalos, y al que le tocaba ese rol tenía que avisar cuando salían y cuando entraban a la casa, y si el vecino iba a trotar o a andar en bicicleta debían seguirlo. Fue luego de varios robos en el barrio.
Ese 27 de octubre de 2002, después de las 19, fue Norberto Glennon quien tuvo que hacer de ‘sombra’ de Pachelo. Sin embargo, a su turno, prefirió no hablar ante los jueces.
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