Este último martes, personal de Aduana en Clorinda halló cuatro cráneos humanos en una valija, parte del equipaje de una pasajera de un micro de larga distancia que viajaba de Paraguay a Buenos Aires. La mujer, oriunda de Venezuela, contaba con un DNI argentino y un domicilio declarado en Hurlingham, cobra diversos planes sociales y una prestación por desempleo según sus registros. Hasta 2021 había sido empleada de una firma dedicada a la limpieza de edificios.
El micro de la firma Nueva Empresa Godoy fue detenido para un control de rigor mientras cruzaba el Puente Internacional San Ignacio de Loyola para ingresar a la Argentina. En ese momento, el escáner de equipaje mostró las siluetas de los restos. Así, se procedió al control físico del equipaje. Disimulados entre sus objetos personales se hallaron los cuatro cráneos humanos completos, con maxilares y dentaduras incluidas.
Al ser interrogada por agentes especializados de la Dirección General de Aduanas-AFIP, la propietaria manifestó, insólitamente, que las calaveras posteriormente serían enviadas a Estados Unidos, donde serían sometidas a estudios científicos. Argumentó que los profesionales tendían a elegir este tipo de cráneos por “estar completos y tener antepasados europeos”. Las hipótesis son múltiples: los cráneos podrían ser empleados en rituales religiosos, o terminar en colecciones.
El caso no se judicializó, confirman fuentes oficiales a Infobae. En principio se encuadro como infracción a la Ley N° 22415, el Código Aduanero.
Trasladar restos humanos es un área gris. Cancillería establece una serie de permisos. Se debe contar con certificado de defunción, certificación de que la persona no padecía de enfermedades contagiosas, otorgado por la autoridad sanitaria local y un certificado de la funeraria que indique que el cuerpo ha sido preparado de acuerdo con las regulaciones del transporte internacional y colocado en un contenedor de metal herméticamente sellado, y éste último colocado en otro contenedor adecuado para el transporte. El certificado de la funeraria debe ser protocolizado por notario. La Ciudad de Buenos Aires también tiene un protocolo propio.
Aquí, los cráneos no tenían papel alguno.
No es el único hallazgo llamativo de la Aduana en tiempos recientes. Las incautaciones de popper -una peligrosa droga empleada en fiestas sexuales- aumentaron en los últimos meses, con frascos ocultos en valijas de pasajeros que llegan de Europa o Estados Unidos, así como de encomiendas. En lo que va del año, según datos oficiales a los que accedió este medio, la Aduana incautó 289 frascos. En 2021, se había incautado otros 390, en 2020 unos 223. La tendencia claramente va en aumento.
A mediados de septiembre, un hombre porteño aterrizó en Ezeiza a bordo del vuelo número UX 041, operado por la empresa Air Europa. La Aduana escaneó sus valijas, un procedimiento de rigor. Le encontraron 12 frascos de popper, un euforizante líquido de la familia química de los nitritos que se inhala para una potente sensación de subida, usualmente durante encuentros sexuales. La sustancia fue incautada, en un procedimiento a cargo del Juzgado en lo Penal Económico N°8 de Gustavo Meirovich. El hombre no fue detenido, pero quedó sujeto a una investigación penal.
A fines de agosto, L., un hombre de 63 años, empresario, presidente según el Boletín Oficial de una firma dedicada en los papeles a la cría de animales y producción de huevos, fue detenido en la zona primaria aduanera del aeropuerto de Ezeiza también por la Aduana, tras volver de New York en un vuelo de American Airlines. Tras escanear su equipaje despachado, descubrieron que tenía 40 frascos de popper en la valija. En España, por ejemplo, son de una virtual venta libre: cada uno promedia los 20 euros.
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