La presunta confesión de Ismael Castro, un joven de 20 años de la ciudad de Córdoba estremece. Cuando la Policía llegó este domingo hasta su domicilio del barrio Autódromo, en el noroeste de la capital provincial, admitió ante los efectivos que junto a Esteban, su hermano mayor de 24 años, fueron los autores del salvaje doble crimen de su mamá y su tía, a quienes supuestamente asesinaron y arrojaron en un pozo profundo ubicado en la parte trasera de la casa.
Los sospechosos quedaron detenidos y, luego de casi 48 horas de búsqueda, finalmente uno de los cadáveres fue encontrado esta mañana. El hallazgo del otro cuerpo, según adelantaron fuentes judiciales a Infobae, se produjo horas después en el pozo de la casa. Casi todo lo que rodea al doble crimen es un misterio.
De acuerdo con lo que trascendió en los medios locales, el menor de los Castro supuestamente confesó que además de asesinar a las mujeres, las descuartizaron y luego las habían arrojado en un aljibe viejo, en el fondo de la vivienda. Pero las fuentes policiales consultadas por este medio, mantuvieron cautela y se abstuvieron de confirmar este dato hasta no encontrar los restos de las víctimas, algo que ocurrió finalmente este martes.
En ese sentido, sólo se limitaron a decir que rescatistas del Departamento Unidades de Alto Riesgo (Duar) hallaron los restos. Sólo ahí -aclararon- se comenzará a corroborar si efectivamente las dos mujeres fueron descuartizadas por los hermanos. También cómo las mataron.
Las versiones mediáticas locales son diversas. Además del posible desmembramiento, ahora se habla de que habrían sido asesinadas a balazos e incluso a golpes. Tras el hallazgo de los cuerpos no hubo precisiones. Por su parte, fuentes judiciales con conocimiento de la investigación que lleva adelante la fiscal Andrea Martín, del fuero de Violencia Familiar de Córdoba, precisaron a Infobae que en la zona donde se hizo el operativo de búsqueda “comenzó a sentirse un olor cada vez más nauseabundo” desde la mañana.
Sólo era cuestión de tiempo hasta encontrar los restos. Pocos antes de las 11 de este martes, finalmente se confirmó el hallazgo de uno de ellos. Pasadas las 14, dieron con el otro cadáver.
Un dato que pudo corroborar este medio es que luego de la detención de los sospechosos, después de los allanamientos ordenados por la fiscal Martín, los efectivos retiraron del lugar bolsones que contenían ropa, documentación y carcasas de celulares, mientras que en el interior de la vivienda se hallaron palas, machetes, hachas y una maza con manchas de sangre. Ambos quedaron imputados por doble homicidio calificado. Todavía no declararon.
Quiénes son las víctimas y cómo se descubrió todo
Las mujeres fueron identificadas como Ester (43) y Sara Castro (41), a quienes vieron con vida por última vez hace al menos 10 días. La investigación se inició después de que el pasado sábado por la tarde, los dos jóvenes acusados fueron interceptados por la patrulla policial en medio de una escena sospechosa: caminaban por la ruta de las Altas Cumbres, acompañados de una adolescente de 17 años, dos nenes de 12 y 6 y un bebé de 9 meses.
En este punto la historia comenzó a tornarse oscura y escabrosa. De acuerdo con lo que trascendió, el par de hermanos le explicó primero a la Policía que caminaban por la ruta porque su objetivo era irse de vacaciones hasta la localidad de Mina Clavero. Señalaron que el viaje lo habían iniciado en un remis, pero que luego de una discusión por la tarifa con el chofer, se bajaron en medio del camino. Además, le aportaron a los policías el dato de que vivían en una casa de la calle Oscar Cabalén al 6500, del barrio Autódromo, y el teléfono de su mamá, Ester.
La explicación les resultó insuficiente a los efectivos y trasladaron al grupo familiar hasta la comisaría de Villa Icho Cruz. Allí, los efectivos contactaron a un tío para que los fuera a retirar. El hombre se hizo cargo de los más chicos y llevó a los más grandes hasta el domicilio donde vivían. Allí notó que ni Esther ni Sara estaban presentes. Habló con los jóvenes y fue allí que le contaron lo que habían hecho.
El hombre, espantado, acudió a las autoridades y dijo que Ester y Sara estaban desaparecidas y que creía que sus sobrinos las habían asesinado. Cuando llegaron a la casa, los jóvenes no se resistieron y admitieron el doble crimen, mientras que la adolescente de 17 años aparentemente les contó con más detalles lo que habían hecho. Según Cadena 3, la joven dijo que los asesinatos supuestamente ocurrieron el 24 de septiembre en medio de una discusión. Habló de machetes, golpes y sangre. La testigo quedó detenida como encubridora.
Un vecino del barrio contó esta tarde a la prensa local que en el domicilio investigado convivían “varias personas de una misma familia”, a quienes describió como “muy raras”, ya que “no mantenían contacto social, vivían encerrados y aparentemente practicaban algún rito religioso extraño”.
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