La oferta era tentadora: 5 millones de pesos por trasladar en su camión cinco toneladas de marihuana desde Misiones al Conurbano bonaerense: un millón por tonelada. Seguramente, en su cabeza, las matemáticas daban. Un antes y un después, una suerte de salvación pasajera que lo ayudaría a saldar las deudas que mantenía con el banco, según los registros oficiales. Por eso, el peligro de concretar el tráfico quedó a un costado y aceptó el negocio. Lo que no sabía era que un grupo de investigadores de la Prefectura Naval lo seguía de cerca. Así, el chófer, Leonardo Benítez, de 32 años, terminó arrestado este martes en la ciudad de Apóstoles, en Misiones, junto a otros cinco sospechosos, con la marihuana precintada en bloques rígidos y oculta en fardos de alfalfa.
El caso es investigado por el Juzgado Federal N°2 de Morón, a cargo de Jorge Ernesto Rodríguez, quien contó con la ayuda del secretario Ignacio Calvi. El resto de los detenidos fueron identificados como Pablo Mariano Mamamani, de 36 años; Alberto Otazu Báez, de 40, de nacionalidad paraguaya; Pedro Javier Gamarra Martínez, de 40, paraguayo; Jonathan Gamarra Paredes, de 19, paraguayo, y Ezequiel Uranga, de 37. Todos se encuentran encerrados en un calabozo y mañana serán llamados a declarar por el juez Rodríguez.
Sin embargo, todavía queda atrapar al líder de la banda, quien está prófugo. Un narco que tenía como base de operaciones una casilla en la villa Zavaleta en el barrio porteño de Barracas.
De esta manera, el departamento de Inteligencia y Narcotráfico de la PNA realizó el martes ocho allanamientos en paralelo entre el Conurbano bonaerense, la Ciudad de Buenos Aires y en Misiones para desbaratar a la banda. En los operativos secuestraron 189 bultos con ladrillos de marihuana y 17 bolsas con cogollos; con un peso total de 5.139,20 kilos. Incluso, dinero en efectivo, armas, vehículos y teléfonos celulares.
La investigación comenzó hace un año y medio tras una denuncia anónima que indicaba las maniobras para traficar marihuana que la banda realizaba: cruzaban la marihuana en barcazas desde de Paraguay, la escondían en camiones y luego la llevaban a la zona Oeste del Gran Buenos Aires, para finalmente distribuirla en distintos puntos del Conurbano y la Ciudad de Buenos Aires.
El juez Rodríguez ordenó a los agentes de la PNA para que realizaran tareas de seguimiento a los sospechosos e intervinieron sus teléfonos. Así, identificaron a los miembros de la organización narco.
Con las tareas de escuchas, los detectives notaron que durante varios meses la organización se “guardó”, ya que sospechan que uno de los cargamentos había sido interceptado en otros operativos por la Gendarmería. Hasta que pocos días atrás, el líder volvió aparecer. De acuerdo a lo que indicaron, “necesitaba dinero”.
Así, en una de las escuchas, el prófugo menciona el acuerdo con Benítez, el chófer, por la suma de cinco millones, para transportar las cinco toneladas desde Apóstoles hasta la localidad bonaerense de Ituzaingó. Con el dato, confirmaron que la banda había vuelto a la acción y se dispusieron a realizar los operativos.
De manera encubierta siguieron al camión conducido por Benítez, al mismo tiempo, otro grupo de agentes rodearon una camioneta Toyota Hilux y una Renault Logan, ambos vehículos, con dos miembros de la banda en su interior, en el trayecto iban a hacerle a Benítez de “punteros”. Una práctica habitual en este tipo de secuencias. Uno de los autos va varios kilómetros por delante y avisa si hay controles policiales, el otro se posiciona por detrás y hace de seguridad, ya sea por si los persigue la Policía o alguna otra banda los intenta mejicanear.
Una vez que llegó la orden desde el Juzgado N°2, los efectivos los interceptaron. Benítez, cuando vio las sirenas de los patrulleros, se vio dentro de un calabozo y confesó inmediatamente lo que traía entre los fardos de alfalfa. Sus cómplices no pudieron hacer mucho más y todos terminaron detenidos.
Al mismo tiempo, se produjeron allanamientos en el Conurbano y en la villa Zavaleta, donde vivía el líder, que escapó. Mientras que en un domicilio en Ituzaingó arrestaron a Uranga con 180 mil pesos y una pistola calibre .22.
En la calle, la cantidad de marihuana secuestrada, según los calculados de los investigadores, tiene un costo mayor a los 720 millones de pesos. Benítez, tal vez, arriesgó demasiado y pidió poco en comparación a la ganancia que se iba a hacer el líder que ahora es intensamente buscado.
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