En 2015, Sergio Emanuel Hassan fue condenado a 11 años y 6 meses de prisión por haber secuestrado durante ocho días a un empresario del partido bonaerense de Tres de Febrero. Por la liberación de la víctima se pagó un rescate de casi $2 millones. En mayo pasado, luego de que se cumplieran dos tercios de la condena, logró la libertad condicional. Este lunes, a 143 días de haber dejado la cárcel, fue nuevamente detenido por robar a mano armada un auto en la localidad de Haedo.
Todo comenzó cerca de las 22 del lunes pasado, cuando una mujer denunció ante la Policía que, mientras salía a bordo de su Toyota Corolla de su casa del partido de Morón, en el Oeste del Conurbano, tres ladrones que se movían en un Toyota Etios negro la abordaron y, a punta de pistola, se llevaron su vehículo.
Rápidamente, se dispuso un operativo cerrojo para dar con los delincuentes, que se dieron a la fuga hasta llegar a la zona de El Palomar, donde cada uno escapó hacia una dirección distinta. Si bien dos de los sospechosos permanecen prófugos, hay un tercero que fue atrapado luego de que descartar el auto robado e intentara huir a pie hacia su domicilio.
Para sorpresa de los investigadores, ese detenido era Sergio Emanuel Hassan, quien tenía un prontuario criminal temible.
Es que, hace siete años, Hassan participó del secuestro del empresario Daniel Rebagliati, quien fue capturado a fines de abril de 2015 en Santos Lugares, y liberado tras el pago de un rescate. El 12 de junio de 2018, el Tribunal Oral Federal N°5 de San Martín lo condenó a 14 años y 6 meses de cárcel por los delitos de “secuestro extorsivo agravado por la participación de tres o más personas y por haberse cobrado rescate, en concurso ideal con robo agravado por el uso de arma de fuego cuya aptitud para el disparo no puede tenerse por acreditada y por ser en poblado y en banda”.
La pena fue luego reducida a 11 y 6 meses en 2021 por la Cámara de Casación.
El 6 de mayo pasado, Hassan fue excarcelado bajo caución juratoria por no hallarse firme la condena que le impuso en 2018 el TOF N°5 de San Martín. Este lunes, a solo cuatro meses y veinte días de su liberación, volvió a quedar detenido, acusado de “robo de automotor agravado por el uso de arma y portación de arma de guerra”.
Por la tarde de este martes, el titular de la Unidad Funcional de Instrucción N°7 de Morón, Matías Rappazzo, lo citó a indagatoria, pero el acusado se negó a declarar.
Según supo Infobae, al momento de su detención Hassan portaba un arma calibre .380 marca Bersa Thunder, con 12 proyectiles en su cargador y uno más en la recámara. A unos metros estaba el Toyota Corolla que había robado junto a los otros dos integrantes de la banda. En el interior del auto se encontró el teléfono celular de la víctima.
Fuentes de la investigación confiaron a este medio que el delincuente permanecerá detenido. El delito que se le imputa tiene una pena en expectativa de entre 6 y 20 años de cárcel. Eso sin contar el tercio que le resta cumplir de su otra condena por el secuestro. “Lo más probable es que no tenga ningún tipo de beneficio”, aseguraron las mismas fuentes.
Por estas horas, los investigadores no solo analizan las cámaras de la zona donde ocurrió el robo del coche, para intentar dar con los otros dos delincuentes, sino que además siguen la pista de la Bersa Thunder, cuya numeración estaba visible.
El secuestro de Rebagliati
El secuestro que se le atribuye haber cometido como miembro de una banda de captores fue el del empresario Daniel Rebagliati, que se inició el 28 de abril de 2015, cuando fue interceptado en Sáenz Peña, partido de Tres de Febrero, mientras conducía su camioneta Ford Ranger.
Los captores lo trasladaron por tres lugares diferentes, donde lo mantuvieron en cautiverio hasta la madrugada del 6 de mayo, cuando fue liberado en el partido de Almirante Brown, tras el pago de un rescate de casi $ 2 millones entregados por su hermano, quien arrojó el dinero adentro de un bolso negro desde una formación del Ferrocarril San Martín, entre las estaciones de Santos Lugares y Caseros.
Durante los días que estuvo secuestrado, la víctima fue obligada a participar en las llamadas extorsivas que los secuestradores hacían a sus familiares, a quienes llegaron a decirle: “¡Pasame con el jefe del operativo! ¡Voy a empezar a cortarle dos dedos!”.
Al momento de su liberación, Rebagliati fue dejado descalzo, en jean y remera en una esquina, donde le ordenaron que corriera y que no parara, hasta que a las tres cuadras fue auxiliado por un remisero y logró comunicarse con su familia.
Pocos días después, precisamente el 18 de mayo de 2015, la banda fue detenida en el marco de un trabajo de investigación en el que resultaron cruciales las intervenciones telefónicas, el estudio de las conductas de los usuarios de los teléfonos y el reconocimiento de la voz “aflautada” de uno de los delincuentes que realizó las llamadas extorsivas al hermano de la víctima.
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