El fiscal Daniel Ichazo planea indagar en la jornada de hoy a Marcelo “Teto” Medina, detenido ayer en su departamento de Palermo por la Policía Federal, acusado de ser el reclutador de la organización La Razón de Vivir. Primero, deberá cumplirse un paso básico: que el defensor de Medina, Adrián Tenca, tome contacto con la causa. Hasta el momento, ningún detenido fue indagado, incluido el líder de la organización, Néstor Zelaya, que viajó a varias ciudades como Villa María, Casilda y Concordia, para presentar la organización con Medina en actividades en instalaciones municipales y templos evangélicos.
En la jornada de ayer hubo más de 20 allanamientos en en el Conurbano bonaerense y Córdoba, con 17 personas arrestadas. Allí, se encontraron 14 celulares y cuatro notebooks, que serán analizadas por la Asesoría Pericial del MPF bonaerense. Lo que digan esos aparatos será clave en la causa.
En el exterior, La Razón de Vivir funcionaba como una comunidad terapéutica para la recuperación de adictos. El fiscal Ichazo recibió denuncias que detallan que dentro de la comunidad, organizada en diversas quintas, los adictos eran esclavizados, puestos a trabajar en construcción, panadería o fabricación de muebles, o directamente enviados a mendigar mientras vivían en condiciones infrahumanas, en ranchos y casillas.
Se estima que habría, al menos, 200 víctimas.
El teléfono de Medina fue intervenido, con escuchas que lo comprometen. En ellas, según confirmaron fuentes del expediente a Infobae, pide dinero como comisión por las víctimas que capta. Cada víctima podía pagar, al menos, 40 mil pesos.
Zelaya, de 34 años, con domicilio en Sarandí, también fue detenido por la División Delitos Complejos de la Policía Bonaerense. Está registrado en el rubro de “servicios de atención a personas con problemas de salud mental o de adicciones, con alojamiento” y conformó la SRL en torno a La Razón de Vivir en marzo de 2019 junto a dos de los imputados en la causa. La SRL no tiene cuentas bancarias vinculadas, ni siquiera un número de CUIT.
En su pedido de arresto, el fiscal Ichazo le da un particular peso a Zelaya en la mecánica esclavista de las quintas de La Razón de Vivir, incluido el “sistema de castigos” y el control de prohibición de salidas, además de vejaciones particularmente insidiosas, con situaciones de hambre.
Las víctimas que hablaron en la Justicia narraron escenas de torturas, acoso psicológico y encierro. Señalaron que eran obligados a dormir en el piso y que se les prohibía comer. Un hombre contó que le retiraron los medicamentos que tomaba por su condición de enfermo de HIV. Otro detalló el momento en que le fue amputada una pierna por su diabetes y cómo fue atendido luego por los propios adictos que se recuperaban en el lugar.
Las imputaciones contra Zelaya, Medina y los otros detenidos incluyen los delitos de asociación ilícita, reducción a la servidumbre e incumplimiento de deberes de funcionario público. Hay una policía de la Bonaerense detenida en el caso.
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