Un hombre de 53 años fue detenido en la ciudad de Posadas, Misiones, acusado de abusar sexualmente de menores de edad. El hombre estaba prófugo de la Justicia desde febrero pasado, cuando el Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional Nº 16 libró su orden de arresto por no presentarse a declarar tras la imputación. Además, contaba con otra acusación en su contra por el mismo delito en la provincia de Entre Ríos.
La captura fue realizada por el Departamento de Inteligencia Contra el Crimen Organizado de la PFA que, luego de tareas de inteligencia, lo localizó trabajando en una parrilla ubicada en la terminal de ómnibus de Posadas.
Según indicaron fuentes del caso a Infobae, F.G está acusado de cometer reiterados abusos a la hija de su ex pareja entre los meses de noviembre de 2021 y enero pasado en dos departamentos ubicados en los barrios porteños de Villa Lugano y Flores. Para los investigadores, el hombre contó con el consentimiento de la mujer, que también fue detenida en el marco de la causa.
De esta forma, luego de la denuncia, el Juzgado Nº 16, a cargo del juez Mariano Iturralde, llamó a F.G para su declaración indagatoria el 23 de febrero pasado, como el principal acusado por el delito. F.G nunca se presentó en el Juzgado y el juez Iturralde emitió su orden de captura, en la que intervino la Unidad Fiscal Especializada en Investigación Criminal Compleja (UFECRI), a cargo del fiscal José María Campagnoli.
Mientras F.G era buscado, apareció en los registros de antecedentes más pruebas que lo complicaban y relevaban su macabra lógica para perpetrar los abusos. F.G cargaba con una causa en el Juzgado de Garantías y Transición de La Paz, en Entre Ríos. Se lo investigaba por delito de corrupción de menores, doblemente calificado por el vínculo y por ser la víctima una menor de trece años.
La investigación develaba el mismo modus operandi por el cual el Juzgado de Iturralde lo buscaba. F.G había abusado de la menor con el consentimiento de la madre. Ambos habían hecho que la nena de 8 años realizara actos sexuales que fueron filmados.
Mientras los detectives lo seguían de cerca, dieron con un domicilio en el que había vivido en sus meses de prófugo. Allí hallaron un teléfono celular que le pertenecía. Una vez que los peritos ingresaron a la información, lo que hallaron terminó por revelar cómo funcionaban las operaciones coercitivas que F.G concretaba sobre sus víctimas.
De acuerdo a los investigadores del caso, F.G entraba en contacto con mujeres que se encontraran en una situación de vulnerabilidad psicológica. “Recientemente separadas, viudas o que transitaban por una relación de maltrato con su pareja actual”, detalló un detective del caso a Infobae. Así, en un primer momento entablaba una relación afectiva, prometiéndoles ayuda económica y estabilidad emocional. “Se mostraba como una persona muy amable, comprensiva y benefactora”, continuó el detective.
Luego, buscaba generar un vínculo cercano con las menores, para después incitar a las madres a que incluyan a sus propias hijas en la relación, un mecanismo siniestro.
Uno de los métodos de convencimiento que utilizaba sobre las mujeres era decir que él había tenido relaciones sexuales con sus propias hijas cuando eran menores. En ese momento ofrecía realizar los encuentros con las madres y sus hijas. Incluso, cuando las mujeres se negaban a acceder, F.G insistía y les decía que de igual forma concretaran los encuentros y él prometía no penetrar a las menores, como “un límite”.
Con toda esta información, los investigadores intensificaron la búsqueda y dieron con F.G que se encontraba trabajando en una parrilla en Posadas. Fue detenido y encerrado en un calabozo.
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