Martín Santiago del Rio, el empresario acusado de asesinar a sus padres en Vicente López, movió su primera ficha en el expediente. A última hora de ayer, su abogada Mónica Chirivin presentó un escrito pidiendo su libertad y realizando graves acusaciones a otros miembros de la familia. Puntualmente pidió que se investigue tanto a su amante como a su hermano Diego -garante en muchos de los alquileres que tomaba por miles de dólares y está acusado de incumplir- cómo posibles autores del hecho. Además, sembró dudas sobre la esposa del acusado y el testimonio de su suegro. Además, aseguró que hay elementos que permiten demostrar su inocencia.
Infobae realizó un análisis detallado, en base a las pruebas que existen en el expediente, sobre cada uno de los puntos que presentó Del Rio hijo junto a su abogada. Las refutaciones que ofrecen las pruebas mismas son varias.
Uno de los ejes centrales en lo que se para Del Rio para pedir su inocencia, es la hora en la que los médicos determinaron la muerte de José Enrique Del Rio y Mercedes Alonso. En la autopsia realizada en el Cuerpo Médico de la Delegación de Criminalística de la Policía de la provincia de Buenos Aires, se especificó que los asesinatos se habrían producido de 12 a 18 horas antes de la autopsia, es de después de la 1 de la mañana ya del jueves 25 de agosto. Sin embargo, los fiscales ubican a Del Rio asesinando a sus padres entre las 17.30 y las 18.30 del miércoles 24.
Pero este punto quedó zanjado en el expediente. Es que los fiscales citaron el lunes pasado a un grupo de médicos para que se expidan al respecto. Fueron Carlos Cassinelli, director de Medicina Legal de la Superintendencia de Policía Científica de la PBA; Ricardo Javier Grubisa perteneciente a la misma área y Martín Adrián Fernández del Cuerpo Médico de San Isidro y quien hizo las autopsias.
El documento que firmaron los tres es contundente: “Podemos afirmar que la muerte de ambos se produjo en un lapso de hasta 36 horas contando a partir de la operación de autopsia siendo la de Alonso a las 17.30 y la de Del Rio a las 19″.
Por lo tanto, quedó acreditado que la data de muerte sí coincide con el horario en que los fiscales creen que Martín Santiago mató a sus padres.
Otro punto central de la acusación tiene que ver con la amante de Del Rio. El escrito presentado asegura que la mujer debe ser investigada como participe porque extorsionaba al ahora detenido con revelar la relación amorosa si no le daba 15 mil dólares. Eso también se choca de lleno con lo que hay en el expediente.
Del testimonio de la propia mujer, de las investigaciones de la Justicia y del análisis de su teléfono, surge que no hay tal extorsión. Lo que si sucede es que, luego de los asesinatos, P. le comienza a reclamar una deuda de 15 mil dólares porque se quería ir del país. La mujer explica que al enterarse de los crímenes, creyó que el responsable era alguien a quien Martín había estafado y, cómo ella había participado en algunos negocios, temía por su vida. Por eso empieza a reclamarle que le devuelva un dinero que ella había puesto en un negocio fallido.
Hace algunos años, Martín Santiago le ofreció a P. ingresar a un negocio inmobiliario en La Rioja -al que se refirió él mismo en su indagatoria- aportando un 5% de la compra de un inmueble, equivalente a 15 mil dólares. La idea era comprar unos galpones para luego alquilarlos y sacar un rédito. Sin embargo, la mujer puso el dinero, pero los inmuebles nunca se explotaron y quedaron en manos de Del Rio hijo sin ningún tipo de explicación. P. nunca recibió una compensación. Luego de los homicidios, quiso recuperar ese dinero para irse del país. Eso surge de los chats que la justicia tiene en su poder.
En otra parte del escrito, aunque haciendo referencia al mismo tema, La abogada Chirivin se pregunta quien podría haberse beneficiado de la muerte del matrimonio Del Rio: “Ahora bien, sí podría tener interés en esas muertes ya que podría pensar que Martín Santiago Del Río heredaría mucho dinero y tendrían la posibilidad de beneficiarse con el mismo”.
Para los investigadores, acusar a la amante de extorsionarlo y de “hacerle la vida imposible” es contradictorio con el supuesto interés de la amante de beneficiarse con lo que Martín Santiago podría heredar por la muerte de sus padres.
Hoy, la amante no está sospechada por los fiscales, confirman fuentes del expediente.
Otro de los ejes fundamentales del escrito tiene que ver con la acusación contra Diego Del Rio, el otro hijo de la pareja asesinada. El acusado, a través de su abogada, menciona que Diego fue “sospechosamente” el jueves 25 de agosto, día en que se descubrieron los cadáveres, a la casa del country San Diego que el matrimonio tenía.
Sin embargo, esa visita se hizo por pedido de los fiscales y con presencia policial. Según un acta que está adjuntada al expediente y a la que tuvo acceso Infobae, los investigadores le pidieron al hijo mayor de las víctimas que vaya a la casa del country para observar si algunas armas faltantes en la casona de Vicente López, podrían estar en ese lugar. Diego Del Rio fue acompañado por personal de la DDI. En ese momento, ni siquiera se sospechaba de Martín Del Rio.
También se menciona que Diego Del Rio tenía odio para con su hermano menor. Eso no surge de las distintas declaraciones testimoniales que realizó. Lo que si dijo es que el detenido tenía varias deudas para con el y la que lo “odiaba” era su esposa por esa situación. De hecho, dos domingos antes de los crímenes, Diego compartió un asado con su hermano.
Tal como se desprende de los documentos de la causa, Martín Santiago Del Rio ya acusó a seis personas por el asesinato de sus padres: Al futbolista Fabricio Fuentes a quien le debía dinero, al importador local de Ferrari Malek Farah, a un escribano de apellido Nadela, a la empleada doméstica Ninfa Aquino, a su amante y ahora a su hermano.
Por último, la defensa asegura que el hombre que se ve saliendo de la casa del matrimonio asesinado es un “caminante implantado”, aunque no señala quien pudo haber sido el que introdujo a ese hombre. Tampoco aclara porque camina igual que Martín, con la misma desviación en su pierna izquierda.
La defensa del acusado pidió que se lo libere. Ahora el que debe resolver es el juez Ricardo Costa. Según se especula en los pasillos de los tribunales de San Isidro, las posibilidades de una libertad son casi nulas.
Seguí leyendo