Jorge Julio López salió de su casa por última vez el 16 de septiembre de 2006 con un rumbo fijo, llegar a la audiencia donde se iban a leer los alegatos en el juicio que se seguía al represor Miguel Etchecolatz, un hombre que marcó parte de su vida, condenado por ser, según la Justicia, autor de delitos de lesa humanidad. Pero lejos de llegar al lugar, esta fue la última vez que se lo vio. Hoy, 16 años después, el Gobierno sigue tras las pistas que puedan dar con el paradero del hombre, quien fue sobreviviente de la última dictadura militar. Por esa razón, decidió incrementar a $5 millones la recompensa por información sobre su paradero.
Según precisó el Ministerio de Seguridad bonaerense, cualquier persona que dé información sobre dónde se encuentra el hombre deberá llamar al 0221-4293091 o comunicarse con la Fiscalía que interviene en la causa y “mencionar la recompensa”. El Gobierno garantizará la reserva de identidad y confidencialidad.
López, que actualmente tendría 92 años, desapareció luego de salir de su vivienda en la localidad de Los Hornos, partido de La Plata, provincia de Buenos Aires. El albañil y militante peronista sobrevivió al secuestro y torturas sufridas en el ex centros clandestinos de detención del denominado “Circuito Camps” y fue testigo fundamental en los juicios condenatorios al comisario de la Policía de la provincia de Buenos Aires Miguel Etchecolatz.
El desaparecido pudo identificar al represor como quien participó del operativo en el que fue secuestrado a fines de octubre de 1976 y como uno de los que les aplicaba torturas a él y a otros detenidos en el centro clandestino de Arana.
En el marco de su búsqueda, la Unidad Fiscal que interviene en los procesos por delitos de Lesa Humanidad continúa con la tarea de entrecruzar 10 millones de registros telefónicos en busca de pistas sobre el hombre y relevar la información existente sobre 66 tumbas NN en el Cementerio de La Plata, ciudad en la que desapareció López. Se calcula que se maneja esa cantidad de teléfonos debido a los registros que arrojaron las antenas cercanas al domicilio de López, las cuales incluyen llamadas y mensajes.
La causa, en la que interviene la Unidad Fiscal en procesos por Delitos de Lesa Humanidad, tiene movimientos permanentes con dos líneas de trabajo, según precisó una fuente de la investigación.
“Se sigue trabajando de modo constante con el Sistema Federal de Búsqueda de Personas Desaparecidas y Extraviadas (SIFEBU), particularmente en el relevamiento de información sobre los 66 NN enterrados en el cementerio de La Plata”, detalló y agregó que esa línea de la pesquisa es la que “tiene que ver con la posibilidad de localizar el cuerpo de López entre restos inhumados sin identificación”, se explicó.
En este caso se trata de los cuerpos NN ingresados a la necrópolis platense a partir del año 2006, y que figuran de forma tal. La segunda líneas es el estudio de una base de datos telefónicos que se logró reconstruir gracias a la DATIP, la misma tiene como objetivo establecer parámetros para la identificación de sospechosos.
“Hemos descartado pistas que surgieron en base a los nombres de titulares de líneas telefónicas que se correspondían con personal de centros clandestinos de detención. Es decir, había líneas activas de presuntos represores en el horario crítico en cercanías del domicilio de López (por los datos de las antenas), a los cuales investigamos y descartamos, pues no se trataba de represores sino de homónimos”, confió la fuente.
Según precisaron en la Unidad Fiscal que interviene en los procesos por Delitos de Lesa Humanidad, aún no se puede hablar de “avances”, sin embargo sí se puede afirmar que hubo “dificultades que se fueron salvando en estas tareas”.
“Por ejemplo, en cuanto a los NN se complicó la localización de información relacionada a los cuerpos inhumados sin identificación en el registro provincial de las personas. Esto ha insumido mucho trabajo a los profesionales del Sifebu, que han estado relevando información en las oficinas correspondientes”, explicó.
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