El reloj de la cámara de la panadería “Martín Fierro” de la localidad bonaerense de Loma Hermosa marcaba las 6.19 de este martes. Verónica Esther Villalba (52) estaba en la caja del negocio cuando entró su ex, Hugo Antonio Marchi (65), quien la acosaba en redes sociales. Ella sabía que debía huir de él. Lo intentó, aunque no pudo escapar de la violencia machista: la mató de cuatro tiros.
Luego del femicidio, Marchi se suicidó.
Todo sucedió este martes en la panadería donde trabajaba la víctima, ubicada en la calle Morganti 9.200, esquina Florida, del partido de Tres de Febrero. En base a lo que se ve en las imágenes de la cámara de seguridad del comercio, luego de ingresar al local donde trabajaba Verónica, Marchi dejó en el mostrador un sobre de papel madera en el que, aparentemente, estaba el Formulario 08 para la transferencia de un auto.
Tras un breve intercambio, la mujer tomó el sobre. La respuesta de Marchi fue agarrar el arma que se le acababa de caer al piso. Ella, entonces, intentó escapar, y él la persiguió hasta salón del comercio, donde la mató a balazos.
Al menos un empleado fue testigo de lo sucedido. Y fue clave. Fue quien le contó a la Policía la secuencia del femicida y hasta explicó que el agresor lo amenazó con matarlo para que se fuera del local.
Lucía, la dueña de la panadería, relató que, primero, Marchi “le tira dos disparos y apunta a un compañero mío para tirarle también porque la quiso defender, entonces ahí él viene afuera a pedir ayuda”.
La mujer contó detalles de la vida de la víctima. Ambas se conocían desde 17 años, y trabajan juntas desde 2015. Así, dijo que Verónica se había separado hace un mes de Marchi, pero que él “continuamente la vivía llamando, escribiendo cosas”. Incluso, el 14 de agosto pasado ella publicó en su Facebook: “Felizmente soltera”. Él replicó: “Dolido pero no vencido” y “la venganza se sirve en plato frío”.
“Le mandaba mensajes y decía que se iba a matar. Hace dos semanas, le pregunté a Verónica por qué no lo denunciaba y ella decía que como él nunca le había pegado ni nada, no le iban a dar bolilla”, siguió la dueña del comercio. No existen denuncias previas en sede penal ni en el fuero de familia.
Lucía agregó sobre Marchi: “Yo sabía que, por ahí, no le pegaba pero no la dejaba ni que se pinte las uñas, todo le molestaba”. Mencionó, por otra parte, que él no quería que ella se “relacionara mucho” con Verónica. De hecho, recordó que en una ocasión viajó con la pareja en un auto y el hombre le dijo: “‘Mirá que ahí tengo el arma, así que ojo’”.
Por último, la empleadora dijo que el domingo pasado fue el último día que vio a Verónica y que le aconsejó que cambiara las llaves de la casa porque Marchi tenía unas que le había quitado, lo que finalmente hizo.
Por su parte, Marina, compañera de trabajo de la víctima, contó en el mismo sentido que el femicida “la acosaba con mensajes para volver porque hacía un mes que se habían separado” y él “no podía aceptar la separación”.
“Hasta el domingo me mostró que él le decía que la amaba y que quería volver. Ella no quería saber más nada. Quería terminar el trámite (transferencia) del auto, que era de él pero estaba al nombre de ella”, dijo la empleada en relación al Ford Focus con el cual Marchi llegó al comercio.
Marina añadió que la mujer asesinada tenía una hija de una anterior pareja y dijo que era “una excelente persona, muy solidaria y re buena”.
La Policía Científica realizó las pericias en el lugar del hecho bajo las órdenes de la fiscal Marcela Costa, a cargo de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 6 de San Martín. Fue secuestrado el revólver calibre .38 con el que cometió el crimen.
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