Las pruebas en su contra en manos de la Justicia no dejan mucho lugar a dudas. En los videos que ilustran esta nota quizá se vea algo más que el simple hecho de corrupción. Las filmaciones en conjunto con los audios echan luz sobre escenas que muchas veces están fuera de campo y en este caso quedaron al descubierto: la presunta relación entre policías y una temible banda narco, una de las más célebres del Conurbano bonaerense.
Lo que se ve en las imágenes es, supuestamente, un sucio pase de manos entre un policía de San Martín que recibió 500 mil pesos dentro de una bolsa frente a la Comisaría 1ª San Martín para liberar a dos narcos pertenecientes a la banda criminal de Miguel Ángel “Mameluco” Villalba, que habían sido detenidos pocos minutos atrás, según la imputación de la jueza federal Alicia Vence. Luego, se ve salir a los acusados a pie acompañados por el mismo policía que había recibido el dinero e ingresar al auto desde donde supuestamente se le pagó al agente para que los soltara.
Este lunes, la magistrada Vence, titular del Juzgado Federal N°2 de San Martín, procesó con prisión preventiva a los policías, entre ellos al comisario de la seccional, identificado como Osvaldo Javier Calderón. También, acusó al oficial ayudante Diego Fernando Alanís y al oficial Darío Andrés Huaman. La jueza, así, descubrió un nuevo capítulo de una relación espuria que en muchas oportunidades queda por fuera del radar.
El hecho que se ve en los videos ocurrió el 27 de diciembre de 2021 en el ingreso de la Comisaria 1° de San Martín. Pero la trama por detrás del pago comenzó a develarse algunos meses después. En esa primera etapa, los detectives policiales a cargo de la jueza Vence, quienes investigaban al “clan Villalba”, escucharon una modulación del COM de San Martín, en la que relataban que una Volkswagen Amarok estaba involucrada en un robo y estaban yendo tras ella.
Esa misma camioneta estaba identificada como parte de los vehículos de Villalba.
Entonces, de manera encubierta, siguieron el operativo de la policía local. Cuando detuvieron la camioneta, vieron que en su interior viajaban Federico Luna y Pedros Pascuas, ambos sospechados de ser custodios en la banda de Villalba. Así, fueron trasladados a la dependencia de San Martín. Los detectives a cargo de Vence siguieron el operativo y estacionaron en la puerta de la seccional.
Una vez ahí, apareció un Honda Civic, que también estaba señalado como propiedad de la banda de Villalba. Allí comenzaron a sospechar y filmaron la secuencia. Si bien era evidente lo sucedido, había que reunir pruebas que lo acreditaran. Pasaron algunos meses hasta que en abril pasado llegó al Juzgado N°2 la pieza que faltaba.
Los detectives del caso recibieron una conversación entre dos miembros de la banda de Villalba, que estaban siendo investigados por Vence en otra causa: Alan Ezequiel Ramírez y Matías Ezequiel Pare y Ruiz, ambos ahora detenidos. Este último, alias “Mocho,” está señalado como secretario de Iván Gabriel Villalba, más conocido como “Salvaje”, hijo de “Mameluco”, condenado y detenido en agosto pasado. Pare y Ruiz, además, según la acusación en su contra, aparece en comunicaciones con Villalba padre, detenido en Rawson, en el caso de la cocaína adulterada.
“Es una bomba esa droga, ¿viste? Te manda al hospital, ¿sabés cómo la llamé? Suero la llamé, porque te tomás un pase y te manda a tomar suero al hospital, boludo, entonces la llamé suero”, dice “Mocho”.
De esta manera, en la conservación que recibieron, y que ilustra esta nota, se develó lo que ocurrió esa noche de febrero frente a la seccional 1ª de San Martín. “Mocho, quinientas lucas hay que bajarle a la Primera”, le dice Ramírez. “Si en la Primera, ahí me dijeron”, responde. “Que baje el perro, si él tiene la cabida o bajá vos, no sé, que los manden ahora”, le dice Ramírez. “Dale, dale, que los manden ahora”, concluye “Mocho”
En otra parte del diálogo se escucha que entre ambos se quejan porque los policías “los cagaron a palos” a los detenidos. Luego, antes de ir a hacer la entrega del dinero, Ramírez le confirma que “Salvaje” habilitó el pago a los policías: “‘Salvaje’ dijo que no hay problema”.
Así, Pare y Ruiz fue hasta la seccional, habló con el agente Alanís que, supuestamente, recibió el dinero y ambos fueron liberados a la vista de todos, y en plena calle.
Luego, comenzó la investigación para determinar qué policías habían participado de la coima para la liberación de los narcos Luna y Pascuas, quienes ahora se encuentran detenidos por otra causa que investiga la jueza Vence. De esta forma, lo primero que se hizo fue identificar a los agentes que se encontraban en el lugar en el libro de guardia.
Tras la identificación, se secuestraron sus teléfonos celulares y allí quedó en evidencia -en cálculos de la jueza- el círculo que conformaron el comisario Calderón, Alanís y Huaman. Por su parte, al ser indagado el comisario Calderón negó esa noche haber estado en la seccional y articuló una estrategia de defensa que lo ubicaba a esa misma hora en Ramos Mejía.
Sin embargo, una vez que se accedió a su teléfono celular, se observó cómo el comisario, utilizando su jerarquía, comenzó a pedir los registros de los anillos digitales ubicados en la General Paz para mostrar que su auto había pasado por allí a esa misma hora. Para la jueza Vence, esa actitud lo hizo aún más sospechoso, porque la maniobra la realizó por su cuenta sin un pedido de su defensa. Además, se aclara que, si bien el auto pasó por allí a esa hora, no significa que él estuviera abordo.
Luego, se descubrió que Calderón había trabajado con Alanís y Huaman en otra dependencia, en la Comisaría 5ª de Billinghurst, y él había arreglado para que fueran trasladados con él. Alanis y Huaman formaban parte del Gabinete Técnico Operativo -usualmente conocido como brigada- y respondían de manera directa a las órdenes de Calderón. Además, Alanís y Huaman se reconocieron en las filmaciones en el momento de su indagatoria. Sin embargo, Alanís declaró en su defensa que lo que había dentro de la bolsa en realidad era un perfume.
Así, la jueza Vence los procesó con prisión preventiva por el delito de cohecho pasivo y les trabó un embargo de 2 millones de pesos a cada uno. Por su parte, “Mocho” fue de igual modo procesado por el delito de cohecho activo. Todos quedaron detenidos.
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