Detuvieron al dealer del cisne blanco: vendía drogas en la casa de Paternal donde cumplía una domiciliaria por una condena previa

El sospechoso colocaba un trapo rojo sobre el macetero con forma de ave para avisarles a sus clientes que podían ir a comprar. De 58 años, tenía una condena por una causa por estupefacientes que se tramitó en Mar del Plata

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La Policía de la Ciudad detuvo a un convicto que vendía drogas en Paternal

La curiosa metodología que usaba el sospechoso llamó la atención de los agentes encubiertos que tenían en la mira una propiedad del barrio porteño de Paternal luego de haber recibido una denuncia anónima por venta de drogas. El hombre colocaba un trapo rojo en un macetero con forma de cisne para avisarles a los compradores que ya podían adquirir los estupefacientes. Ante esto, la Policía de la Ciudad lo detuvo en las últimas horas: era un convicto de 58 años que cumplía una prisión domiciliaria con tobillera electrónica.

La investigación comenzó en mayo último, luego de que la denuncia anónima alertara a las autoridades sobre un domicilio ubicado en Paz Soldán al 4.800, a metros del Cementerio de Chacarita, donde vendían drogas.

De esta forma, personal de la División Investigaciones Antidrogas Área Norte comenzó la investigación e identificó al sospechoso que vivía en la dirección denunciada. La casa no pasaba desapercibida: en el frente del domicilio había un macetero con la forma de un cisne gigante del color blanco.

El particular macetero llamó la atención de los detectives que realizaban tareas de seguimiento encubierto sobre el lugar. Así, identificaron el sistema que el sospechoso utilizaba para comercializar los estupefacientes.

El cisne macetero que utilizaba
El cisne macetero que utilizaba para avisarles a los compradores que había comenzado el turno de venta de drogas

Según confirmaron fuentes del caso, el sospechoso colocaba un trapo rojo en el cisne blanco, a modo de bandera, para avisarles a los compradores que la venta había comenzado. Además, los agentes encubiertos vieron que el hombre cargaba con una tobillera electrónica. Situación que también les llamó la atención.

Con esos datos, la Unidad Fiscal Especializada en Investigación de Delitos Vinculados con Estupefacientes (Ufeide), a cargo de Cecilia Amil Martín, le solicitó al Juzgado Penal, Convencional y de Faltas N°13 de María Tula del Moral un allanamiento en la finca denunciada. La magistrada avaló y ordenó el procedimiento.

Durante el allanamiento, que fue realizado por personal de la división Antidrogas, con la colaboración de agentes de la Brigada Norte N°5 División Perros y de la División Intervención Rápida y Servicios Especiales (Dirse), se secuestraron 29 dosis de cocaína, 15 bolsas que contenían 40,7 gramos de pasta base para 122 dosis, una balanza de precisión, 44.110 pesos, una tijera y un teléfono celular.

En el interior de la propiedad estaba el sospechoso, quien quedó detenido. Tras el arresto, se confirmó que la tobillera electrónica que llevaba en una de sus piernas se debía a una prisión domiciliaria. Es que había sido condenado a cuatro años de cárcel por comercialización de estupefacientes por el Tribunal Oral en lo Criminal N°3 del Departamento Judicial de Mar del Plata.

El vencimiento de la pena del sospechoso ahora preso estaba previsto para el 7 de febrero del 2023, informaron las fuentes del caso. Y dijeron que, finalmente, se dispuso la prisión preventiva para el imputado mientras dure este nuevo proceso judicial en su contra.

La Policía de la Ciudad
La Policía de la Ciudad durante el allanamiento en la casa de Paternal

Pocos días atrás, la Policía porteña detuvo a dos mujeres de nacionalidad ecuatoriana acusadas de vender distintos tipos de drogas camufladas en productos de pastelería que elaboraban en un domicilio del centro porteño.

Bajo el nombre de “Con full magia postres felices”, la pastelería funcionaba en Bartolomé Mitre al 1.400, en el barrio porteño de San Nicolás, y estaba a cargo de dos reposteras de 22 y 23 años. Según las fuentes, mediante tareas de inteligencia se determinó que ambas tenían armada una red de comercialización de drogas que funcionaba a través de las redes sociales y aplicaciones de mensajería.

Ofrecían drogas sintéticas, flores de marihuana y tortas y brownies con esa sustancia. Las entregas se hacían por medio de retiros en el domicilio de la calle Mitre o mediante aplicaciones, y en todos los casos los productos iban en sobres de madera con un sticker con el logo de la empresa.

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