En lo que va de este año, Rosario ya alcanzó 205 homicidios. La mitad de ellos, según un informe oficial, fueron por encargo, una verdadera industria del sicariato: el 70 por ciento del total de los hechos se inscriben en la guerra de bandas narco.
Entre los pistoleros, hay una historia.
Un renombrado sicario de barrio Ludueña, uno de los territorios más calientes de Rosario, fue condenado este lunes por haber matado a un joven para vengar el crimen de su hermano, y por haber cometido al menos tres balaceras, en una de las cuales resultó herida en la cara una nena de 4 años. Se trata de Franco Matías Almaraz, de 23 años y apodado “Milanesa”, que aparentemente está relacionado con Los Monos y cayó en un allanamiento ocurrido en julio de 2020 en la ciudad de Pérez.
Almaraz, que actualmente está en la cárcel de Piñero, recibió una pena de 17 años de prisión en un juicio abreviado que fue acordado por el fiscal de Homicidios Dolosos Alejandro Ferlazzo y la defensa, y que luego fue homologado por un tribunal integrado por los jueces Carlos Leiva, Gustavo Pérez Urrechu y Román Lanzón. Sin embargo, como ya tenía una sentencia previa de tres años de ejecución condicional –por amenazas simples y coacción–, la resolución se unificó en 20 años de cumplimiento efectivo.
El crimen y las balaceras que motivaron la condena a Almaraz ocurrieron entre 2019 y 2020, en un contexto en el que según la causa mantuvo una disputa contra una presunta banda liderada por “El Gordo Gastón”, un vecino que controlaba búnkeres a la vuelta de su casa, y al mismo tiempo tenía una interna dentro de Los Monos después de haberse peleado –según distintas investigaciones que figuran en el Ministerio Público de la Acusación– con Ariel Maximiliano “Chanchón” Cantero, hijo del histórico fundador de la banda, Máximo Ariel “Viejo” Cantero.
“Milanesa”, como lo conocen, es para distintos investigadores policiales y judiciales el cabecilla de una presunta organización o célula que se dedica a la venta de droga y que operó para Los Monos en Ludueña, uno de los barrios más violentos de la ciudad, según datos del Observatorio de Seguridad Pública. Sin embargo, ante la Justicia provincial siempre dijo dedicarse a otro rubro: ante un fiscal de Homicidios Dolosos declaró de forma testimonial ser “vendedor de medias en los semáforos” y ante el tribunal que ahora lo condenó señaló ser “changarín en la zona del mercado de concentración de Fisherton”.
La zona donde Almaraz era visto con frecuencia era la de Einstein al 6100, donde tiene declarado su domicilio, y donde asesinaron de un tiro en la cabeza a su hermano Adrián Marcelo “Wino” Almaraz, de 25 años, el 3 de julio de 2020, en el presunto marco de una disputa narco entre bandas.
A “Wino” Almaraz lo mataron en la puerta de la casa familiar, donde se encontraba junto a un grupo de jóvenes, de los cuales dos también recibieron impactos de bala, pero sobrevivieron. Los disparos fueron gatillados por los ocupantes de un Chevrolet Astra gris que frenó de golpe. Los pistoleros abrieron fuego sin mediar palabra.
De acuerdo a la información que tiene el Ministerio Público de la Acusación, a “Wino” lo ejecutaron como respuesta a una balacera que había cometido minutos antes “Milanesa” en Esquiú al 6200 contra un joven que estaba en la puerta de una casa, pero que resultó ileso de milagro.
Enterado del asesinato de su hermano, Franco Almaraz volvió a tomar las armas y salió a buscar a los sicarios, que se presume que eran de la presunta organización del “Gordo Gastón”.
Ese mismo 3 de julio de 2020, “Milanesa” fue a pie hasta Ghandi y Solís y acribilló a tiros a un grupo de jóvenes con una pistola calibre 9 milímetros, según la información de la causa del fiscal Ferlazzo. Por ese ataque, Alexis Nahuel Ortiz murió en el lugar, y otras dos personas sufrieron heridas en brazos y piernas, aunque no quedó en claro a quién estaba dirigido el ataque, ya que vecinos indicaron a la Policía que Ortiz era totalmente ajeno al conflicto narco de Ludueña.
Pero, según la acusación del fiscal, Almaraz protagonizó más balaceras. A los disparos que gatilló en Esquiú al 6200 y al crimen de su autoría en Ghandi y Solis se le agregaron dos hechos más. Uno, el 24 de agosto de 2019, cuando en Junín al 6200 se bajó de una moto y le dio cuatro tiros a un joven –al que buscó por ser supuestamente un dealer de la competencia– que quedó malherido, pero que después pudo recuperarse en un hospital. Y el segundo fue el 14 de julio de 2020, cuando apuntó contra un hombre que dialogaba con una vecina en Barra y Gorriti, pero una de las balas impactó en el rostro de una nena de 4 años, que sobrevivió.
La balacera donde fue lesionada la niña pudo ser una tragedia mayor. Los vecinos relataron ante la Policía que “Milanesa” disparó desde un Gol bordó en el mismo momento en el que había muchos chicos jugando en la calle.
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