El video aparecía en el teléfono. La cámara mostraba a una persona intubada, casi en estado de inconsciencia dentro de una ambulancia. El paneo terminaba con la cara de Juan Olivares García, orgulloso de lo que estaba haciendo. Olivares García es el falso médico que está acusado del homicidio con dolo eventual de un paciente. Pero ahora la Justicia busca saber si fue la única víctima fatal. Es que se comprobó que otras catorce personas murieron cuando él las fue a asistir, revelaron a Infobae fuentes judiciales.
¿Todas estaban destinadas a morir? Algunas no tenían ninguna enfermedad previa. ¿La falta de atención de un verdadero profesional derivó en su deceso y sus familiares hoy no lo saben aún? Esto es lo que se intenta esclarecer ahora. Los familiares de esos pacientes pueden estar enterándose de esta situación a través de esta nota.
Según se desprende de las pruebas de la causa, tres personas fallecieron antes de la muerte de Víctor Alejandro Calvo, ocurrida el 1 de diciembre de 2020, en el barrio de Belgrano, cuando llamó a emergencias porque se descompensó en su casa. Olivares García lo fue a atender y, al darse cuenta de que era un infarto, se fue para no ser descubierto. Calvo murió intentando llegar a un hospital por sus propios medios: se derrumbó en plena calle cruzando avenida Libertador.
Las otras once muertes ocurrieron después de la muerte de Calvo, cuando el falso médico siguió atendiendo para la firma Urgency Dom. ¿La suerte de estos pacientes estaba echada o si hubieran sido atendidas por un médico real se podrían haber salvado?. Eso es lo que ordenó investigar el juez de instrucción Edmundo Rabbione.
La denuncia la impulsó la viuda de Calvo, abogada penalista, cuando se puso a revisar las casi 1.200 historias clínicas firmadas por Olivares García, bajo el nombre de José A. Díaz, que fueron secuestradas en la casa del hijo del principal responsable de la empresa. La querellante detectó un patrón común: ¿Por qué los pacientes llamarían a un servicio de emergencias para que fuera a su casa y se negarían a ser trasladados? ¿Acaso no fue eso lo que pasó en su casa, cuando Olivares García reportó que Calvo y su mujer se habían negado a ser llevados a un centro asistencial porque tenían miedo del covid?
De las historias clínicas firmadas por el falso médico, surge que hubo 81 casos de pacientes que ante la presencia del médico en su domicilio se negaron a irse con el supuesto profesional. El registro comienza en septiembre del 2020, tres meses antes de la muerte de Víctor Alejandro Calvo. Aparecen allí casos con dificultades respiratorias, dolor en el estómago, crisis nerviosa, pérdida de conciencia o neumonía por covid. Llama la atención que si una persona se sentía tan mal como para llamar a una ambulancia de emergencia a su casa se haya negado a ser trasladada a una institución para una mejor atención; en esas carpetas se asegura que irían a esos centros asistenciales por sus propios medios.
Eso es lo que también se inscribió en la historia clínica de Calvo, aunque en ese caso fue el falso médico el que dijo que no podía trasladarlos y luego informó a la empresa de la negativa del paciente y su esposa sobre el traslado.
Hay otro dato que genera curiosidad. En ningún caso existe la constancia de que a alguno de esos pacientes se le informara sobre los riesgos que corrían ante la negativa de ser llevados a un centro médico “Es evidente que se trata de un modus operandi de Olivares García consensuado con la empresa para evitar ser denunciados por mala praxis. El caso de Víctor Calvo no fue un caso aislado. Hubo ejercicio ilegal de la medicina”, sostiene la presentación.
Según estos registros, hay tres personas que fueron atendidas por Olivares García y se reportaron muertas antes de lo que le pasó a Víctor Calvo. Después de eso, hubo otros once pacientes fallecidos más.
De acuerdo al análisis de las historias clínicas, uno de los pacientes que atendió el falso médico falleció por un paro cardíaco, como Víctor Calvo. Según las constancias, la ambulancia llegó a su casa y se dispuso el traslado a la clínica Adrogué por EAP. “En el momento en que sacábamos al paciente de la cama hace un parocardiorrespiratorio. Le realizamos RCP pasiva y de avanzada más protocolo ACLS sin respuesta. Se constata óbito”, dice Olivares García en su reporte. No aparecía ningún electrocardiograma. El diagnóstico del falso médico determinó un edema agudo de pulmón, pero en la historia clínica el falso médico ni siquiera anotó la toma de signos vitales o la saturación de oxígeno.
Son varias las historias clínicas en las que se consiga: “Pérdida de conciencia no recuperada”. Tampoco aparecen electrocardiogramas. No es un detalle al pasar porque, en el caso de Víctor Calvo, Olivares García llegó al departamento de Belgrano sin electrocardiógrafo, solo le tomó la presión y temperatura al paciente y, ante la solicitud e insistencia de la pareja, el enfermero subió el electrocardiógrafo del supuesto médico porque el de la ambulancia no funcionaba. Se lo tuvo que enchufar Laura Fechino, la esposa del paciente, porque Olivares García no sabía conectar los cables ni llevaba alcohol para poner en las paletas con el fin de hacer contacto con la piel y poder realizar el estudio.
“¿No le llamó la atención a nadie que haya dos fallecidos en el mismo día? ¿Es posible que un médico deje constancia del óbito se retire del domicilio sin dejar ningún tipo de certificado ni documentación que constate la falta de actividad eléctrica del corazón y no pase absolutamente nada? ¿Cómo es posible que un médico deje así nomás a un paciente fallecido, sin aportar a la justicia, a la cochería o a quien fuera pruebas de que efectivamente hubo una muerte científicamente comprobada?”, sostuvo la denuncia.
Otro de las claves apuntó a las maniobras de resucitación que se dejaron asentadas en la historia clínica. Para Fechino, el dato es falso. “Ambas atenciones las hizo Olivares García con el móvil 76; ese móvil ni siquiera tiene solicitud de habilitación ante el Ministerio, entonces ni siquiera podemos saber si tiene cardiodesfribilador”, aseveró. En otro de los casos, se reportó una muerte por un “traumatismo” y el supuesto médico ni siquiera llamó al 911 para dar intervención policial.
“Todas estas personas fallecieron en manos de Juan Olivares García, quien trabajaba como falso médico en la empresa Urgency Dom y en ningún caso se cumplió con el protocolo de actuación para determinar el óbito de un paciente. En realidad, no se acredita que se haya dado cumplimiento a las maniobras de básicas como indica el protocolo del SAME. No consta en las historias clínicas”, sostuvo la denuncia.
El juez Rabbione, que procesó al falso médico y al resto de los cómplices, corrió vista a la fiscalía para que impulse la causa y delegó la investigación. El fiscal Santiago Vismara apeló, pero su superior en la Cámara del Crimen desistió de ese recurso. La investigación quedó abierta. El Ministerio de Salud ya fue informado de la existencia de esta causa.
Del teléfono secuestrado, surge claramente que Olivares García no trabajó por primera vez como si fuera médico para Urgency Dom. Atendió por ejemplo a una mujer que se había caído y se había quebrado. Le prometió que volvería pero al parecer no lo hizo. Aparecían los mensajes del yerno: “dígame si viene o lo porque mi suegra no se levanta de la cama desde que usted la vio”. A los familiares de una paciente con constipación les indicaba cómo debían hacerle un enema de morphi. Un día le pidió a un amigo que le preste una caja de cirugía para hacer una escarectomía. “Es una changuita –decía en el audio-. Yo después veo el tema de la desinfección”.
Entre el teléfono también aparecen los audios que le mandaba a su pareja, quejándose angustiado porque muchos pacientes se le morían. “Hola, recién se me murió un infarto -decía- Trabaje con él 50 minutos y nada. Todavía no hicimos ningún otro servicio. Tuve que hacer el certificado de óbito y llamar a la policía porque murió en domicilio. Mandame tus angelitos por favor. Gracias”.
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