Doble crimen en Vicente López: los nuevos videos y la oscura revelación de la presunta amante del empresario acusado

P., una agente inmobiliaria de 49 años, declaró ante los fiscales del caso luego de que encontraran su nombre en un cruce de información

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Video: las filmaciones familiares antes del crimen.

En las últimas horas, el expediente que investiga el doble crimen de Vicente López tuvo dos revelaciones particularmente macabras. Primero, dos videos que muestran a Martín Del Río en situaciones familiares tiempo antes de que supuestamente asesinara a sus padres a bordo de su Mercedes Benz de cuatro tiros por la espalda. Los videos fueron hallados por la Policía Bonaerense en las redes sociales de un allegado del imputado. “Dia del Padre = mirar fotos viejas”, dice una de las imágenes. Para ese entonces, el empresario ya engañaba a sus padres y presuntas víctimas con una mudanza desde su mansión en Vicente López.

Luego, está la declaración de P., una agente inmobiliaria de 49 años, con la que Del Río tuvo una relación durante varios meses.

Para la Justicia, P. era la amante del sospechoso, que en paralelo a esa relación vivía en Nordelta con su pareja y sus hijos. Su nombre fue descubierto por una herramienta de data mining que analizó la información del empresario acusado. Una dirección profesional de mail de P. figuraba entre la información forense, con una particularidad en la dirección que la ligaba al mapa de la trama. Llegaron hasta ella como posible sospechosa, luego se convirtió en una testigo. En el medio, su casa fue allanada, la Justicia llegó hasta el domicilio de su madre. Según fuentes del expediente, intentó quitarse la vida.

El jueves pasado, en medio de una crisis de nervios, P. declaró ante el fiscal Alejandro Musso, uno de los investigadores del caso.

José Enrique y Mercedes, las
José Enrique y Mercedes, las víctimas.

Allí, P. relató que seis días antes del hecho, acompañó a Martín Del Río luego de que él se lo pidiera por un recorrido sumamente peculiar. Caminaron desde cerca del Chateau del Libertador, luego hacia la calle Zufriategui -sobre la cual está ubicada el estadio de Platense-, que bordea la General Paz, luego hasta la calle 25 de Mayo, ya en el lado de Vicente López. Allí, caminaron hasta Melo, donde estaba ubicada la casa de los padres, la escena del crimen.

Ese mismo recorrido fue el que hizo quien mató a los padres de Del Río en el día del crimen, ocurrido el 24 de agosto, el camino del matador, según cruces de cámaras de seguridad y municipales, una ruta recopilada en video.

Hasta ahora, ese relato solo estaba en las sospechas de los investigadores y en el testimonio de la amante. Hoy, ese relato fue confirmado por un cruce de información con teléfonos. El impacto de antenas ubicaba en esas calles y en ese día no solo a P., sino también en el aparato de Martín Del Río.

Audios: mensajes de voz de Martín Del Río.

Fue el hallazgo de esa cuenta de mail quien llevó al fiscal Musso a preguntarle a Del Río sobre su supuesta amante. El acusado, según investigadores del caso, confía mucho en sí mismo. “Siempre tiene una respuesta para todo, o diez. Y si no, la dibuja”, dice un hombre clave en la causa. El acusado, incluso, fue a su indagatoria sin siquiera leer el expediente, marcado por análisis tecnológicos de cámaras de seguridad e impacto de antenas, una instrucción altamente técnica que permitió a Musso y a sus colegas Martín Gómez y Marcela Semería -los tres coordinados por el fiscal general John Broyad, cabeza de la jurisdicción San Isidro- ubicar al empresario en tiempo lugar. . “¿Y quién es P.?”, le dijo Musso en la indagatoria del hombre. Ante esto, el empresario fue tomado por sorpresa.

Aseguró que su padre la había conocido primero, que le ofreció a José Enrique un campo en La Rioja como operadora inmobiliaria, y que luego la conoció él. En vez de cobrar su comisión, P. había entrado en el negocio de ese campo con un 5% en el paquete societario, siempre según la declaración de Del Río, un negocio que no prosperó. Allí, reconoció también la relación entre ambos, con dos encuentros semanales.

Por su parte, no dijo nada que la incriminara.

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