Martín Santiago Del Río está detenido y acusado de ejecutar de cuatro tiros a sus padres José Enrique Del Rio (74) y Mercedes Alonso (72) en la mansión que las víctimas tenían a pocas cuadras de la Quinta de Olivos. Mientras los detectives del caso avanzan en la investigación y reconstruyen el derrotero final del brutal episodio, comienza a salir a luz cómo era la relación que Del Rio mantenía con sus progenitores. De este modo, Infobae accedió a los audios que el hombre le envió a su padre horas antes de presuntamente asesinarlo de tres disparos al cuerpo. “Qué hacés papuchi, estoy en camino”, se escucha decir al principal sospechoso de los aberrantes crimenes.
Los mensajes de audio ya son parte de la prueba que consta en el expediente recolectada por los fiscales del caso Marcela Semería, Alejandro Musso y Martín Gómez, quienes acusan a Del Rio por los delitos de doble homicidio cuádruplemente calificado por el vínculo, alevosía, criminis causa y por el uso de arma de fuego, que prevé la pena de prisión perpetua.
“Parte de esos audios fueron enviados el mismo día que Del Rio fue a la casa a matar a sus padres”, aseguró un investigador a este medio. De esta forma, Del Rio tras ser arrestado en el ingreso del barrio privado Barrancas del Lago de Nordelta, donde vivía junto a su familia, fue llevado a declarar este jueves frente a los funcionarios judiciales.
Del Rio brindó una indagatoria de cinco horas. No sólo hizo un relato extenso de diversas cuestiones, sino que también respondió preguntas. Los investigadores están convencidos de que incurrió en una serie de mentiras y que no pudo explicar puntos claves de la investigación.
Además, el detenido dijo que su padre, José Enrique Del Rio, “no era un tipo ético en los negocios”. Pero fue por más. Aseguró que juntos habían ideado un plan para estafar a la otra víctima, su madre Mercedes Alonso. Cuando intentó justificar qué estaba haciendo al momento de los asesinatos incurrió, según la visión de la Justicia, en una serie de posibles mentiras que quedaron comprobadas en el expediente.
Así, cuando comenzaron a relevarse las cámaras de seguridad de las casas vecinas, los investigadores descubrieron que un hombre ingresó a la vivienda el miércoles 24 de agosto por el portón, a las 17.33 y luego salía a las 18.36, justo en la franja horaria donde se cree que ocurrieron los asesinatos.
El seguimiento por imágenes de vigilancia de ese hombre que salía de la casona arrojó resultados sorprendentes: el asesino tenía la misma renguera que el hijo menor, Martín Santiago Del Rio. Cuando llega caminando a la esquina de Richieri y Libertador se sube a la camioneta, justamente, de Del Rio hijo.
La hipótesis de los investigadores es que Martín Del Rio llegó con su camioneta Mercedes Benz a las 16.30 al cruce de Richieri y Libertador y la estacionó. Luego caminó casi 40 cuadras hasta la casa de sus padres, los asesinó y volvió de la misma manera a su vehículo. Se subió a las 19.15 y se fue del lugar.
Los investigadores también creen que el móvil del crimen es económico. El hijo les mintió a los padres en cuanto a la compra de un piso en el Chateau de Libertador. Las víctimas estaban convencidas que el día del asesinato se mudarían a ese lugar, aunque habían sido engañados por Martín porque esa adquisición nunca se realizó como les había dicho. El matrimonio no quería quedarse más en la casona de Vicente López y buscaba irse a vivir a un lugar más seguro.
En la indagatoria, los fiscales le preguntaron a Del Rio hijo qué hizo el miércoles del asesinato entre las 16.30 y las 19.15. “Estacioné la camioneta cerca del Chateau y me quedé sentado dos horas contestando mensajes y respondieron mails. A las 18.30 fui hasta Belgrano”.
Sin embargo, en uno de los informes adjuntados en el expediente, se revela que el celular de Del Rio no registró casi ningún tipo de actividad en ese lapso de tiempo. El tráfico de datos marca que utilizó sólo 2KB, lo cual es lo mismo que decir que no se usó. Por otro lado, la antena de telefonía ratifica que el aparato no se movió hasta las 19.15 de la zona del Chateau. Lo mismo indican las cámaras de seguridad de la zona que recién lo observan salir del lugar a las 19.24, y no a las 18.30 como declaró anoche.
También intentó explicar la situación en el Chateau de Libertador. Dijo que, en realidad, con su padre habían ideado un plan para engañar a su madre., una especie de estafa entre los dos donde le mentían a Mercedes Alonso, diciéndole que habían comprado un departamento cuando eso no existió. Sin embargo, en los chats entre José Enrique y Martín se lee que el hombre estaba convencido, al igual que su esposa, de que se mudarían.
Por lo tanto, creen los fiscales, se trata de una mentira más del imputado.
No sería la única con respecto a este punto. Tanto a sus padres como en la indagatoria, Martín Del Rio dijo que tenía “todo arreglado con la Embajada de Tailandia” para que alquilen la casa de Vicente López una vez que quede liberada. También que, momentáneamente, un alto funcionario de esa entidad diplomática se quedaría en el Departamento del Chateau hasta la mudanza de sus padres. Con esa excusa dilató los tiempos de la mudanza.
Sin embargo, los fiscales comprobaron que nunca hubo contacto entre Del Río y la diplomatura tailandesa. El supuesto alto funcionario que se mudaría momentáneamente al Chateau no existe. Tampoco se pudo comprobar que haya ingresado alguna vez a la embajada del país asiático, a pesar de que en los chats le enviaba fotos de la fachada a sus padres.
Tampoco pudo explicar en la indagatoria el punto que involucra a la mudadora Verga Hermanos. Quedó comprobado en los chats que Martín les había dicho a sus padres que el día del crimen pasarían a recoger sus pertenencias y llevarlas al Chateau. Pero los fiscales consultaron a los responsables de la empresa y negaron cualquier tipo de contacto previo con el ahora detenido. En la indagatoria, Del Rio hijo no pudo explicar este punto.
La hipótesis es que, por algún motivo, Del Rio hijo les dijo a sus padres que el piso del Chateau estaba comprado y listo para la mudanza cuando, en realidad, lo había adquirido en 36 cuotas y recién se podrían mudar al mes 37. Y eso derivó en el brutal desenlace.
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