A.O., una oficial de la Policía de Rosario, mató de un tiro en la cabeza a un vecino para supuestamente defender a su marido en medio de una violenta discusión que mantenían. Sin mediar palabra, le disparó con su arma reglamentaria en el cráneo. Horas después, la víctima, Maximiliano Lucero, de 34 años, perdió la vida en un hospital zonal Por su parte, la oficial y su esposo quedaron detenidos.
Fuentes policiales indicaron a Infobae que el salvaje episodio ocurrió ayer antes del mediodía en el frente de una vivienda ubicada en las calles Caracas y Matheu del barrio Nuevo Alberdi, en el noroeste de la ciudad santafesina. De acuerdo con los primeros datos obtenidos en la investigación, Lucero -empleado de un local de hamburguesas y padre de dos chicos- se acercó hasta la casa de la uniformada y comenzó a llamar al marido, un hombre de 36 años identificado como D.S, para que saliera a pelear. El motivo, señalaron los testigos, habría sido el pago de una garrafa de gas.
Los gritos alertaron a la pareja y el escándalo se hizo sentir en todo el barrio. Desde adentro de la casa, el marido apenas le contestó. Lucero, por su parte, comenzó a tirar piedras a la casa hasta que se desató lo peor. A.O. tomó su arma reglamentaria y le disparó en la cabeza a su vecino. Luego, ambos se ocultaron dentro de la casa.
La víctima, dijeron las fuentes consultadas por este medio, cayó herida en la calle. Lucero fue trasladado hasta el Hospital Eva Perón, donde le diagnosticaron pérdida de masa encefálica producto de la herida. Tras agonizar durante casi seis horas, el hombre de 34 años perdió la vida.
“Un vecino del barrio discutía con un hombre de acá enfrente, lo invita a pelear y sale la mujer que es empleada policial y le da un tiro en el cráneo”, dijo a los medios el fiscal que interviene en la investigación, Gastón Ávila, desde el lugar y minutos después de ocurrido el episodio.
La pareja quedó inmediatamente detenida por orden del fiscal, quien adelantó que pedirá la participación de otra fuerza de seguridad para investigar el hecho. ”El arma está secuestrada. La mujer permitió el ingreso de personal policial para su aprehensión y entregó el arma”, sostuvo Ávila, que también ordenó la intervención de la Agencia de Control Policial, antes conocida como Asuntos Internos. “Tengo que recabar los testimonios de los vecinos y desentrañar bien cuál fue la participación de cada uno y cuál fue el rol en el hecho”, agregó el representante del Ministerio Público de la Acusación (MPA).
En el lugar sólo se encontró una vaina servida y una mancha de sangre en la cinta asfáltica. El arma de la oficial -que se desempeñaba en la Comisaría Nº12- fue secuestrada y será sometida a peritajes para determinar si fue efectivamente la que acabó con la vida de Lucero. Todo apunta a que fue la culpable. Debido a la conmoción en el barrio y para evitar posibles altercados, en virtud de que la acusada es integrante de la fuerza de seguridad, al lugar acudió una importante cantidad de efectivos policiales y la zona fue vallada. Ávila calificó el hecho como homicidio y ordenó, además, el relevamiento de cámaras de seguridad.
Luisa, la madre del hombre asesinado, que vive a pocos metros de donde ocurrió el hecho, habló con Canal 3 de Rosario y fue tajante a poco de consumado el ataque: “Los milicos se cagaban de risa porque somos negros de la villa. Mi hijo está agonizando, tiene un tiro en la cabeza”, sostuvo la mujer este mediodía, antes del fallecimiento, y agregó: “Se ríen porque somos de un barrio humilde, somos los negros de mierda”.
Más tarde, luego de confirmar la muerte de su hijo, la mujer aseguró que la policía acusada de asesinato no estaba bien psicológicamente. “A pesar de mi dolor quiero justicia. Maximiliano era una chico trabajador era padre de una nena y de un nene. Esta señora no está apta para usar un arma reglamentaria”, dijo la mujer al mismo canal de televisión local. Además reclamó que “una explicación sobre los motivos por los que la mujer está en funciones”.
En ese sentido, expresó sus dudas sobre el accionar de la Policía y pidió que no haya ningún tipo de encubrimiento. “Que no me vengan con que no está en funciones, porque sé que no es así. Esto es un homicidio, es gatillo fácil”, se quejó la mujer.
Luego dijo que con la muerte de Maximiliano le “falta un pedazo del corazón” y que nunca pensó que un uniformado lo podía matar. “Daría mi vida entera por tenerlo de nuevo acá conmigo. Mi hijo no hizo nada malo, eso me duele en el corazón”, lamentó la madre.
SEGUIR LEYENDO: