Apenas habían pasado unos minutos de las 20 de ayer miércoles cuando tres móviles de la DDI de Vicente López de la Policía Bonaerense se estacionaron a pocos metros del ingreso a la zona de Barrancas del Lago de Nordelta. Uno de los oficiales tenía en sus manos una orden de detención con nombre y apellido: Martín Santiago Del Rio. El empresario de 47 años, llegó al lugar poco antes de las 21 con la intención de ingresar al lote 27 donde vive con su familia. No alcanzó ni siquiera al portón de entrada. Los agentes policiales cortaron su paso y lo esposaron. La acusación en su contra es de una gravedad pocas veces vista: está acusado de ser el autor material del doble crimen de Vicente López, ejecutar de cuatro tiros a sus padres José Enrique Del Rio (74) y Mercedes Alonso (72) en la mansión que las víctimas tenían a pocas cuadras de la Quinta de Olivos.
La Justicia está convencida de que Martín Santiago del Rio ingresó el miércoles 24 de agosto a las 17.33 a la casa de sus padres y los asesinó dentro del Mercedes Benz que el matrimonio tenía estacionado en el garaje de su importante casona. La sospecha es que el móvil fue económico.
La investigación que llevaron adelante los fiscales Martín Gómez, Alejandro Musso y Marcela Semería, coordinados por el fiscal general John Broyad, conjuga una serie de elementos que sorprendieron a los propios investigadores. Detrás del doble asesinato se esconde una trama de mentiras familiares, millones de dólares en juego, un departamento en el edificio más exclusivo de la Ciudad de Buenos Aires y un engaño final que tuvo como consecuencia dos homicidios.
Cada una de las pruebas que permitieron reconstruir la historia son reveladas en exclusiva por Infobae.
José Enrique del Rio y su esposa Mercedes Alonso fueron encontrados asesinados en el interior de su Mercedes Benz modelo 2010, que, a su vez, estaba estacionado en el garaje de la mansión que el matrimonio tenía en la esquina de Melo y Gaspar Campos, en la zona más acaudalada de Vicente López. Ella estaba sentada en el asiento del conductor y él en el del acompañante. Ambos estaban bien vestidos y con el cinturón de seguridad puesto, listos para salir. La autopsia posterior confirmó que el hombre tenía tres balazos en su cuerpo y la mujer uno sólo, en su rostro.
El interior de la casa presentaba un desorden evidente. Parecía que alguien había revuelto cada ambiente, aunque los investigadores descubrieron rápidamente que se trataba de una escena “amañada”. Es decir, que el intruso revolvió a propósito para despistar. Además, la caja de seguridad estaba abierta y faltaba el DVR de las cámaras de vigilancia interna. Pero el dato más relevante fue ninguna pueta ni ventana estaba forzada. El o los intrusos habían entrado con llave.
En el interior de la casa había cajas de embalaje para hacer una mudanza. Es que, según relataron los dos hijos de la pareja en sus testimoniales, el matrimonio tenía pensado mudarse ese mismo miércoles 24 al piso 31 del edificio Chateau de Avenida del Libertador, en Núñez. Este dato se convertiría, luego, en fundamental para la investigación.
La primera detenida del caso fue la empleada domestica María Ninfa Aquino, que incurrió en serias inconsistencias en su testimonial. Mientras la mujer estaba en la cárcel, los tres fiscales avanzaron en cuanto a distintas medidas de prueba. La más importante, y que dio pie a la hipótesis de que el hijo menor podría ser el asesino, fue la revisión de cámaras de seguridad de las casas vecinas y del municipio de Vicente López.
Una cámara ubicada en una casa vecina, sobre la calle Melo, muestra en su esquina superior derecha el portón de la casa de los Del Rio. En esa imagen se muestra a un hombre salir a las 18.36. Luego camina por la calle Gaspar Campos. A partir de esa prueba más que fundamental, se inició el seguimiento del hombre para conocer su destino y poder identificarlo.
Otra imagen obtenida del sistema de vigilancia de una vivienda en Gaspar Campos al 800 muestra al mismo hombre, esta vez con una imagen de mayor calidad. Tiene una campera gris, barbijo celeste, una gorra y una bolsa de la inmobiliaria Remax con algo en el interior. Hay algo que llamó la atención de los investigadores: el hombre caminaba con cierta dificultad, con lo que pareciera ser una renguera.
Antes de continuar con el seguimiento de la huida del presunto asesino, los investigadores decidieron revisar, en paralelo, las imágenes en sentido inverso para poder determinar en qué momento el hombre ingresó. La misma cámara que lo había visto salir, lo observa caminar por la vereda opuesta a la vivienda de las víctimas a las 17.33. Cruza detrás de una camioneta Jeep Renegade blanca, y se dirige hacia la entrada principal de la vivienda de las víctimas, perdiéndose de vista sólo a metros del ingreso. Las características son las misma que las del hombre que escapa, sólo que en lugar de la campera gris, tiene un buzo azul.
Ya con el horario de ingreso y egreso determinado. Se comprobó que el asesino estuvo una hora y tres minutos dentro de la casa, entre las 17.33 y las 18.36.
Retomando el seguimiento de la huida, los peritos confirmaron que el hombre caminó hasta salir del distrito de Vicente López por Avenida del Libertador. Cruzó la General Paz y continuó caminando hasta llegar a la esquina del Chateau. Fueron casi 40 cuadras las que recorrió a pie.
El hombre dobla en la esquina de Ricchieri para salir de Libertador. El horario preciso es el de las 19.11. En ese momento se genera un punto ciego en el seguimiento y el hombre se pierde. Aunque luego, en otra imagen, se observa el primer descubrimiento que hizo sorprender a los investigadores.
Una cámara ubicada en Richieri y Udaondo, a escasos metros de donde se pierde el rastro, ve pasar a las 19.24 una camioneta Mercedes Benz modelo ML 350. Gracias al anillo digital de la Ciudad se pudo acceder a la patente. Era la camioneta de Martín Santiago Del Rio. El dato quedó expresado de manera contundente en un informe reservado que figura en el expediente: “se trata de una camioneta color negra, con la particularidad de contar con dos obleas adosadas de la VTV en su parabrisas, idéntica a la utilizada por Martín Santiago Del Río y con la cual llegó a la casa de sus padres cuando fue avisado de las muertes”.
La Justicia reconstruyó de que manera llegó esa camioneta a esa zona de Núñez. Las imágenes muestran como la camioneta llega a la zona a las 13.39 de ese miércoles 24. Se observa que el conductor es Martín Del Rio y que se desplaza por Libertador mano a provincia, hasta que dobla en Ricchieri sin salir por Udaondo, que es la única salida posible. Por lo tanto, se cree que estacionó ahí.
El otro punto importante de la investigación, tuvo que ver con el impacto en las antenas de telefonía del celular de Martín Del Rio al momento del asesinato de sus padres. Entre las 16.48 y las 19.15, tiempo en el que se cree que camino desde la zona del Chateau hacia Vicente López para luego volver también a pie, el celular estuvo en la zona de Núñez y prácticamente no registra actividad. Los investigadores creen que dejó el teléfono en la camioneta.
El último eje importante de la investigación tiene que ver con lo hallado en el celular de las víctimas. Allí los investigadores encontraron una importante cantidad de mensajes en los cuales José Enrique Del Rio y Mercedes Alonso le insisten a su hijo más chico con la mudanza al Chateau. El matrimonio, según se lee en los chats, estaba convencido de que podrían mudarse al exclusivo edificio ese mismo miércoles 24. De hecho, hacía semanas que estaban esperando que su hijo acelere los tramites de la mudanza, algo que nunca llegaba porque Del Rio hijo siempre ponía excusas.
En este punto surge la mentira que, para los investigadores, puede ser la punta del iceberg para encontrar el móvil.
Es que el propio Martín Del Rio, declaró bajo juramento en una ampliación realizada el 2 de septiembre pasado, que el departamento lo había comprado en “36 cuotas de 10 mil dólares” y que sus padres iban a poder mudarse recién cuando se termine ese plazo y se cancele el total del monto que rondaba los 1.9 millones de dólares.
Ante esto, los investigadores se hicieron la siguiente pregunta: Si Martín Del Rio declaró que el departamento recién podía ser utilizado por sus padres dentro de 3 años, ¿por qué las víctimas venían insistiendo con la mudanza y dejaron expresado que estaban a punto de mudarse al Chateau? Algo no cierra.
Un ejemplo de este punto que surge de los chats. El mismo 24 de agosto a las 11.04 de la mañana, Mercedes Alonso le escribió a su hijo: “Hola Pato, estoy esperando a la de Verga. Pasame el celular y su nombre q la llamo y coordino con ella. Estoy en casa sin saber q hacer”. La mujer se refiere a la reconocida empresa de mudanzas Verga Hermanos.
Sin embargo, los fiscales comprobaron que esa empresa nunca fue siquiera contactada.
Al mismo tiempo que Del Rio hijo era detenido anoche y acusado, ni más ni menos, que de doble parricidio, se produjeron tres allanamientos en simultaneo. El primero fue en la casa donde vivía el acusado, un segundo se llevó a cabo en una propiedad dentro del country San Diego y el otro en una casa de Vicente López.
El empresario permanecerá alojado en la DDI de San Isidro y será indagado en las próximas horas por los fiscales del caso. La pena que le espera, en caso de comprobarse que fue el autor del asesinato de sus padres, es de prisión perpetua.
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