Dos presuntos integrantes de Los Monos fueron detenidos en el mediodía de este martes en allanamientos hechos por los mensajes intimidatorios a dos fiscales que fueron dejados la semana pasada en edificios públicos de Rosario. Se trata de dos jóvenes de 19 y 26 años que cayeron con armas de fuego, droga, dinero y municiones. Serán llevados a audiencia imputativa, en principio, el próximo viernes en el Centro de Justicia Penal.
Por la investigación que lleva adelante la fiscal Valeria Haurigot, jefa de la Unidad de Balaceras del Ministerio Público de la Acusación, personal de la División de Inteligencia de la Agencia de Investigación Criminal allanó varios domicilios junto con la Tropa de Operaciones Especiales.
Los agentes buscaban a Jonatan S. C. (26), quien quedó seriamente comprometido por las intimidaciones escritas a los fiscales Pablo Socca y Matías Edery, ya que una de sus huellas dactilares fueron detectadas en los papeles que fueron arrojados en la puerta de la sede de la Agencia de Investigación Criminal, situada en Lamadrid al 500 bis, en la zona sur de Rosario.
Jonatan S. C. fue arrestado junto a Leonel Alejandro D. (19) en Ayacucho y Hungría, en barrio Molino Blanco, en el distrito sur. Los agentes luego ingresaron en una casa en la que incautaron tres cajas de 50 municiones cada una calibre 40, una caja de 50 cartuchos calibre 9 milímetros, una balanza de precisión, otras 20 municiones calibre 9 milímetros sueltas, guantes de látex, documentación de vehículos, boletas de compras con comprobantes y bolsas de polietileno.
Antes de las detenciones habían sido allanados sin éxito dos domicilios de Magnano al 6500, de barrio La Carne, relacionados con el principal buscado por la investigación, que tiene un antecedente en el sistema judicial por haber sido aprehendido el pasado 15 de agosto con una moto robada. Pero también se hallaron fotos suyas cargadas en historias de Instagram donde posaba con armas de fuego, por lo que investigadores policiales ya lo tenían en la mira.
Los integrantes de la División de Inteligencia de la AIC secuestraron entre las prendas de Jonatan S. C. un revólver calibre 357 Magnum con numeración visible con 6 municiones en el tambor y una pistola calibre 9 milímetros sin numeración y con 12 municiones. Además, se le incautó un botinero que tenía 76.300 pesos, tres piedras de cocaína, dosis en bolsitas y un celular.
El acompañante del principal sospechoso también fue arrestado, pero porque se le encontró una pistola calibre 9 milímetros con un cartucho en recámara y 13 municiones intactas en el cargador.
Los procedimientos fueron la consecuencia de un hecho insólito que ocurrió entre la noche del miércoles y la madrugada del jueves de la semana pasada, cuando fueron dejados en la puerta de edificios públicos de Rosario amenazas a los fiscales Matías Edery y Pablo Socca, en papeles que además contenían el escrache público de narcos rivales.
“Fiscal Socca, Matías Edery, hacen meter presos y hacen causa a la gente que René Ungaro, Los Funes y Los Riquelme le apuntan para arreglar las condenas, abreviados y estadías en pabellones comunes”, decía el texto del papel arrojado en la puerta de la Agencia de Investigación Criminal. Frases similares fueron vistas en el Policlínico Pami II, en el hospital de Niños Zona Norte y en el Centro Municipal de Distrito Sur.
Esos carteles fueron dejados un día después de que el fiscal Socca acusara y encarcelara a presuntos integrantes de una célula que opera para Los Monos en los barrios Ludueña y Empalme Graneros, en la zona noroeste de Rosario. No es un dato menor, ya que los aludidos en la pancarta –Francisco Riquelme, René Ungaro y el clan Funes– son los que se disputan a tiros justamente ese territorio.
El domingo pasado vino la respuesta. Desde una bicicleta balearon uno de los edificios públicos donde se habían dejado los panfletos dirigidos a los fiscales. Ocurrió en el Centro Municipal de Distrito Sur “Rosa Ziperovich”, donde se constataron cuatro tiros en el frente del bar que funciona en el predio. Pero, además, se dejó una cartulina amarilla con el siguiente mensaje: “Guille Cantero, controlá tus gatos. Matías César “Pino”, Los Picudos, los que están batiendo la cana. Atte: La mafia”.
El texto era claro. Pedía al líder de Los Monos que revise el accionar de su ladero César –condenado el año pasado a 20 años de cárcel por planificar atentados a tiros contra domicilios de jueces y edificios judiciales– y a Los Picudos, una presunta organización de gatilleros adolescentes que trabajan por encargo.
Lo llamativo de toda la situación es que se usaron edificios públicos como medio para que dos presuntas bandas escrachen con nombre y apellido a sus rivales, y lo visibilicen a través de atentados, como el caso de la balacera.
SEGUIR LEYENDO: